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Rescate de GM, éxito incierto de Obama

La campaña republicana en EU asegura que el presidente no logró poner a salvo a la automotriz; la armadora acumula pérdidas millonarias en Europa que podrían cobrarle factura en una década.
jue 06 septiembre 2012 01:46 PM
Las acciones de GM han caído cerca de un tercio de su valor desde su salida a Bolsa en noviembre de 2010.  (Foto: AP)
general motors (Foto: AP)

En la etapa preelectoral de los comicios de 2012, los demócratas están usando el eslogan "Osama Bin Laden está muerto y General Motors está viva" para defender el historial del presidente Barack Obama.

Los republicanos no pueden negar el deceso de Bin Laden a manos de los Navy Seals bajo la administración del presidente Obama. Pero la oposición está ansiosa por polemizar en torno a la bancarrota de GM de junio de 2009, que fue gestionada por el Gobierno. La refutación que hace el Partido Republicano del alarde demócrata sobre el mayor fabricante estadounidense de automóviles estriba en qué tan "viva" está GM.

El candidato presidencial Mitt Romney ha afirmado que la gestión del Gobierno en ese tema debió haber sido bajo la forma de una bancarrota convencional, en lugar de un acelerado proceso de quiebra que apenas duró 30 días, sugiriendo con ello que de haberse hecho bien tal vez hubiera emergido una GM más fuerte. El plan del Gobierno incluyó despedir al CEO de la automotriz, eliminar cientos de concesionarios y suprimir marcas emblemáticas como Hummer y Saturn.  

En una decisión igualmente crítica, el equipo de Washington resolvió mantener y no de vender las tambaleantes operaciones europeas de GM. Las pérdidas de GM Europa y la incapacidad para mejorar las operaciones en el viejo continente están convirtiéndose en el peor problema de GM, y la razón principal por la cual la rentabilidad de la automotriz es insuficiente, según el CEO Dan Akerson.

Jeremy Anwyl, vicepresidente del sitio web especializado en el sector automotriz Edmunds.com, le da crédito al Gobierno por rescatar a GM de la insolvencia. "Pero la verdadera pregunta es si (GM) será exitosa en 10 o 15 años. Aquí la respuesta es menos clara", escribió el martes en un informe que analiza las ventas de vehículos en el mes de agosto. Anwyl hizo una pregunta que sonó retórica: "¿Realmente ha cambiado la cultura de GM?".

Las acciones de GM salieron al parqué en 33 dólares por acción en una oferta pública inicial en noviembre de 2010. Desde entonces, han caído alrededor de un tercio, cotizando en veinte y pocos dólares. El índice S&P 500,  por su parte, ha ganado un 17% durante el mismo período.

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En el lado positivo, GM ha reportado beneficios en los últimos diez trimestres consecutivos. La región global de GM más fuerte en términos de finanzas y vehículos vendidos es Norteamérica, donde se mantuvo como líder del mercado. A principios de agosto Akerson sostuvo una reunión con los empleados de GM donde criticó la complejidad de la empresa y los instó a practicar la iniciativa en lugar de "quedarse esperando a que alguien les diga hacia dónde vamos".

Akerson es, en cierto sentido, un recién llegado en la industria automotriz. Él y otros directores de GM forzaron la salida del CEO Fritz Henderson, un veterano de la industria que muchos pensaron sería ideal para poner en forma a una GM reorganizada y refinanciada. Henderson era partidario de vender las operaciones europeas de GM a uno de los varios postulantes que la junta directiva de GM desestimó. Desde principios de la década, GM ha perdido más de 12,000 millones de dólares en Europa.

Un veterano de la industria y especialista en reconversiones, Steve Miller, cree que GM podría haberse quedado sumida en la quiebra durante una década si el Gobierno de Obama no la apoya y financia su reorganización. Miller reconoce que "GM tal vez no hubiera sobrevivido al proceso, pues el proceso no es nada bueno", refiriéndose a que las grandes quiebras suponen demasiados litigios y se han vuelto demasiado costosas.

Bajo la supervisión del Gobierno, señala Miller, los acreedores de GM fueron tratados con dureza, mientras que el sindicato de trabajadores United Auto Workers (UAW) recibió un plan de jubilación financiado con las acciones de GM. "La lección de la bancarrota de GM es que los acreedores deben tener cuidado cuando un sindicato políticamente bien conectado está involucrado", agrega.

En las ciudades y los estados donde operan las plantas automotrices del UAW, la fórmula Obama-Biden tendrá su cuota de electores. Pero en esas mismas comunidades podría haber también una proporción sorprendentemente grande de votantes que favorezcan a Romney-Ryan, quienes creen que una industria patrocinada por el gobierno no es un modelo duradero para la inversión o el empleo.

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