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JPMorgan, ¿librará sanción en EU?

La SEC no acusaría a directivos por las pérdidas de la ‘Ballena de Londres’, dice Eleanor Bloxham; esta decisión alentaría a quienes tergiversan u ocultan la información financiera de las empresas.
mié 14 agosto 2013 06:03 AM
La SEC no se ha mostrado firme en la investigación que realiza contra el banco. (Foto: Getty Images)
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Las supuestas acciones que la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) realizará podrían ser ingeniosas, pero poco inteligentes. Según numerosos informes publicados la semana pasada, la entidad no tiene previsto acusar a ejecutivos u operadores de JPMorgan relacionados con presuntas declaraciones falsas en el fiasco de la "Ballena de Londres". En cambio, esperan ganarse a la gente ingenua pidiendo al banco que admita que sus acciones fueron negligentes.

Bueno, si los informes resultan ser ciertos, qué vergüenza. ¿Exactamente eso a quién le impediría engañar al público en el futuro?

Cualquier acción de la agencia gubernamental que se muestre firme, pero que en última instancia absuelva a los ejecutivos del banco, ofrece esperanza para los directivos de las empresas que tergiversan u ocultan los hechos en informes escritos y en llamadas con analistas. Pero para los "peces chicos" esa confianza probablemente estaría fuera de lugar.

Es cierto que el caso de JPMorgan sugiere que los ejecutivos pueden librarse fácilmente de la cárcel si invocan el conjuro mágico de que "actuaron de buena fe y nunca tuvieron la intención de engañar a nadie". Pero los ejecutivos harían bien en ser cautelosos ante esta línea de pensamiento a menos que, por supuesto, sean los directivos de una de las corporaciones más grandes y mejor conectadas del mundo.

The New York Times informó el 8 de agosto que el presidente ejecutivo del banco, Jamie Dimon, "no es sospechoso de delito". Pero el Times no explicó precisamente quién lo liberó de tales sospechas. ¿El propio Times, tal vez? El 13 de abril de 2012, cuando el CEO dijo a los analistas que la "Ballena de Londres" era solo una "tormenta en un vaso de agua", ya había más de 700 mdd en pérdidas incrustadas (o escondidas, si lo prefieres) en la página 12 de la presentación de resultados del 13 de abril. (Esto fue antes de la actualización del reporte del primer trimestre del banco, y antes de cualquier cantidad de otros movimientos contables que podrían despertar una curiosidad natural).

El examen que realizó el Subcomité Permanente del Senado sobre Investigaciones a las revelaciones de JPMorgan ciertamente expresó sus dudas acerca de este ejecutivo. El informe dedica 50 páginas a una sección titulada "desinformar a los inversores, a los reguladores y al público", explicando que cuando Dimon dijo que la Ballena era solo "una tormenta en un vaso de agua", la evidencia indicaba que "el señor ya estaba en posesión de información sobre la compleja y considerable cartera de SCP (portafolio de crédito sintético, por sus siglas en inglés), las pérdidas sostenidas durante tres meses consecutivos, el aumento exponencial de las pérdidas durante marzo y la dificultad para salir de las posiciones en SCP".

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El reporte del subcomité señala que en enero de 2012, el ejecutivo ya había aprobado un aumento al límite de riesgo aplicable en todo el banco después de que éste fue violado durante cuatro días seguidos debido a operaciones de SCP -y que él fue informado de que un nuevo modelo de riesgo implementado posteriormente provocaría que los riesgos reportados (frente a los reales) disminuyeran drásticamente (por ejemplo, casi a la mitad).

A medida que las pérdidas por trading aumentaban a finales de enero, el CEO ordenó al personal dejar de dar informes a su regulador, la Oficina del Contralor de la Moneda, de acuerdo con el informe del subcomité. Ina Drew, quien reportaba a Dimon en aquel entonces como jefa de inversiones de JP Morgan, estableció llamadas diarias con el ejecutivo en el período previo a la llamada con analistas sobre el reporte trimestral del 13 de abril, debido a las crecientes pérdidas y a la atención de los medios, señala el informe. Por múltiples razones, el informe no encontró que el testimonio de este personaje ante el Congreso en junio acerca de las pérdidas de la "Ballena de Londres" fuera franco y sincero.

Tal vez el Times cree que el FBI y la SEC no sospechan que el señor haya cometido un delito. En respuesta a si se trataba de una postura de la SEC, el portavoz de la institución, John Nester, me escribió en un correo electrónico: "No estamos comentando".

¿Acaso la agencia gubernamental ha entrevistado al directivo del banco acerca de su papel en los lapsos indicados en el reporte del Senado? Ciertamente, no queremos una repetición del asunto John Mack-Pequot, cuando la actual presidenta de la institución reguladora, Mary Jo White, intervino en ese caso de información privilegiada y nunca cuestionó a Mack, quien pasó a convertirse en presidente ejecutivo de Morgan Stanley.

Esperemos que los reportes noticiosos estén equivocados. Si las divulgaciones públicas deben tener algún significado, necesitamos que la SEC haga cumplir la obligación y deje en claro que las reglas aplican a todos los directores y funcionarios de las empresas públicas que regulan. Sin excepciones.

*Eleanor Bloxham es presidenta ejecutiva del The Value Alliance y de Corporate Governance Alliance ( http://thevaluealliance.com ), una firma de educación y asesoría a Consejos directivos.

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