Las propuestas de México en la cumbre

Ineludiblemente la agenda doméstica de los Estados Unidos se convierte en global para el resto de los países del mundo.

En materia internacional, problemas como la seguridad hemisférica, la lucha contra el terrorismo, el sello de las fronteras y en lo económico, la recesión, el desempleo, la crisis financiera y de forma particular, proyectos legislativos vinculados con el pueblo norteamericano, como es el caso de la reforma al sistema de salud, integran la agenda  de los poderes ejecutivo y legislativo del vecino del norte y seguramente tenderán a imponerse en las conversaciones tripartitas, en la cumbre que se lleva a cabo en la ciudad de Guadalajara.

Bajo este contexto es seguro esperar que la agenda de las conversaciones entre Calderón, Obama y Harper incluya los temas consabidos de seguridad fronteriza, lucha contra la violencia generada por la delincuencia organizada, la recesión económica y la crisis financiera. 

Surgen  entonces de manera natural las siguientes  preguntas: ¿Qué propuestas debe llevar México a la cumbre? ¿Qué probabilidad tienen de ser incluidas en los acuerdos? Y por último ¿cuáles estrategias pueden sugerirse para tener mejores resultados para nuestro país?

A pesar del dominio previsible de Estados Unidos en la cumbre, México pudiera tener buenas probabilidades de éxito en las siguientes iniciativas, tanto en materia de seguridad fronteriza como de desarrollo económico. 

1) Concertar con los Estados Unidos la reestructuración de la lucha contra la delincuencia mediante un cambio de modelo, pasando de uno exclusivamente policiaco-militar que no ha sido eficaz , a un modelo más integral, basado en la corresponsabilidad, la información y orientado a combatir las bases patrimoniales de las organizaciones delictivas controlando el flujo inter-fronterizo de armas, dinero, drogas e incluso de personas.

2) Descontando que tanto Estados Unidos como Canadá, requieren la mano de obra, en sus modalidades de no-calificada y semi-calificada, incluir en la discusión la necesidad de ordenar, regular y formalizar los flujos migratorios, de acuerdo a la operación de los mercados productivos en dichos países.

Es aquí en donde México puede presentar sus argumentos en contra de las disposiciones consulares canadienses hacia nuestros connacionales, en un ambiente propositivo y con mayores perspectivas comerciales y económicas.

3) De forma simultánea es necesario separar de la propuesta anterior,  el uso de la migración como válvula de escape para la pobreza de nuestro país, por lo que se requiere elevar la discusión migratoria a un siguiente nivel, más relacionado con la seguridad nacional en los tres países: Esto es, la corresponsabilidad de generar oportunidades de inversión-empleo en México como parte de una política migratoria y de integración regional proactivas.

4) A pesar de que el comercio internacional no es una prioridad para los Estados Unidos, en la actual coyuntura, México, junto con Canadá puede promover  su revitalización, incluso en las condiciones actuales del TLCAN a partir de una mayor integración de las cadenas de valor orientadas hacia el mercado norteamericano. Esto implica resolver situaciones o disputas hoy no resueltas. Ejemplos, existen varios y muy diversos, tan solo se menciona uno de ellos,  como es el caso del libre tránsito de transportes mexicanos de carga en los Estados Unidos.

5) Más específicamente y a la luz del TLCAN, se requiere promover con el sector empresarial estadounidense, la instalación de nuevas plantas industriales y procesos complementarios, particularmente en los ramos de electrónica, mecánica y en particular la industria automotriz, aprovechando los procesos de reconversión industrial  y de reingeniería derivados de la actual recesión, mismos que hoy se están trasladando hacia los países asiáticos.

6) Propiciar con nuestros socios comerciales, la inversión en proyectos productivos de alta tecnología en su diseño, pero con requerimientos bajos de adaptación tecnológica por parte del país recipiente. Se tienen  excelentes ejemplos de esta política industrial en México, en donde se pueden aprovechar tratados,  ubicación geográfica y mano de obra semi-calificada mismos que son integrados con éxito por empresas, incluso canadienses, como es el caso del conglomerado de la industria aeronáutica en Querétaro, por mencionar solo uno de ellos.

7) Analizar la posibilidad de generar procesos con mayor valor agregado en los procesos de explotación minera a partir de co-inversiones en este sector hoy dominado por empresas canadienses en México.

8) Como parte de una estrategia económica interna de nuestro país, proponer un re-lanzamiento de los sectores proveedores de servicios en México a partir de la promoción de una oferta turística y comercial más diferenciada y consecuentemente con mayor valor agregado en los tres países socios del TLCAN.

9) Y a largo plazo, sentar las bases para una mayor cooperación con los países firmantes del tratado,  en los ámbitos educativo, tecnológico y de innovación con el propósito de incrementar la productividad de nuestros recursos humanos y estar en posibilidad de alcanzar mayores niveles  de desarrollo sustentable para nuestro país.

Estas propuestas, son apenas una pequeña muestra de todas aquellas que pudieran integrarse bajo una perspectiva de desarrollo regional, como eje de la seguridad fronteriza de los Estados Unidos y al TLCAN como una palanca de primer orden en este proceso.

Tal pareciera que para México, la estrategia más viable no sólo para la cumbre, sino para su propia evolución y ante la asimetría de los participantes, pudiera ser: Colocar sobre la mesa de discusión el concepto de "la prosperidad de la región como la base de la seguridad hemisférica".

* El autor es profesor e investigador del Departamento de Finanzas y Economía en el Tecnológico de Monterrey, Campus Estado de México. carlos.canfield@itesm.mx