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Ahorradores, los nuevos capitalistas

El capital de las empresas ya no proviene mayormente de familias o estados, afirma Jorge Fabre; el académico señala que los recursos provienen de los ahorros invertidos en fondos de pensiones.
jue 05 noviembre 2009 06:00 AM
México debe aprovechar la oportunidad de financiamiento que representa el ahorro de los fondos de pensión o de inversión, afirma el experto. (Foto: Cortesía SXC)
peso-billete-dinero-SXC.jpg (Foto: Cortesía SXC)

La Economía Global se genera por el cambio tecnológico que genera mayor conectividad global, mejoras en transportación, mejoras en comunicación, y adicionalmente se propicia la integración económica internacional por el estímulo que las menores tarifas arancelarias y las divisas interconectadas provocan en los flujos globales de capitales.

La maduración de mercados en países desarrollados ha producido como consecuencia un bajo crecimiento doméstico, mismo que ha sido el principal catalizador de las exportaciones agresivas y la desregulación. Esto genera más competencia, mayor velocidad de los mercados, mercados de consumidores más grandes y menos barreras de entrada.

Ahora bien, los cambios en las organizaciones que observamos en la última década fueron reestructuraciones, programas de calidad, fusiones y adquisiciones, cambios estratégicos y cambios culturales, pero en realidad los cambios por venir son mucho más profundos de lo que hemos visto.

¿Quién tiene la propiedad y quién toma las decisiones en las corporaciones del futuro?

Los dueños actuales de las corporaciones más grandes del mundo no son las familias ricas ni los estados, sino los millones de personas que tienen los ahorros de toda su vida invertidos en las acciones de las corporaciones a través de esquemas como fondos de pensiones o sociedades de inversión mutualista.

El ahorro de los trabajadores que se ha convertido en propiedad en los mercados de capitales es un fenómeno que nunca antes había sucedido, al menos en México.

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Los cinco fondos de pensiones más grandes en Estados Unidos son los de los empleados servidores públicos de California (2), los del estado de Nueva York, los del estado de Florida y el de empleados del Gobierno federal de ese mismo país. Juntos tienen más de 5 billones de dólares

En el 2004, el 69.4% de las 1,000 empresas listadas en las Bolsas de Nueva York más grandes de todo Estados Unidos eran propiedad de los fondos de pensiones. Esto representa un cambio único en nuestra época.

Analicemos: En 1963 los inversionistas individuales (los fundadores de las empresas) eran dueños del 54% de las empresas listadas en el Reino Unido. Ahora controlan menos del 15%. Mientras tanto, los inversionistas institucionales tenían más del 70% de las acciones de todas las empresas listadas en el 2005 en el Reino Unido. En 1963 tenían solo el 25%.

No es ninguna sorpresa el hecho de que el 65% de los trabajadores en el Reino Unido tiene un plan de pensiones activo y privado, y de igual manera en los Estados Unidos entre el 50 y el 60% de las familias invierten en los mercados de capital. Este cambio único en nuestra época no está limitado a los países anglosajones. En Europa continental, en Japón, en Brasil, en Corea y en otros lugares, el cambio en la propiedad es similar, sin embargo, los que controlan las corporaciones siguen siendo los mismos desde hace décadas, y lo hacen con mecanismos de preferencia en votos, restricciones, bloques, votos múltiples, pirámides de propiedad, y otros mecanismos de restricción de los derechos corporativos.

Los fondos de pensiones son el jugador más relevante de los mercados financieros a nivel mundial. La liquidez de nuestro tiempo es histórica. Nunca las posibilidades de financiamiento han sido tan vastas. ¿Y en América Latina qué pasa? En Chile las Administradoras de Fondos de Pensiones administran el equivalente al 120% del Producto Interno Bruto de ese país en sus portafolios; en Brasil tienen sus fondos de pensiones aproximadamente el 60% de su PIB; en Colombia los fondos de pensiones tienen acumulado el equivalente al  40% del PIB; en Perú y en México cerca del 25%.

Este tamaño se refleja directamente en la actividad bursátil y en el financiamiento a las empresas privadas: en el 2006 hubo 4 empresas que realizaron ofertas públicas primarias en Argentina, país en el que existen 101 empresas listadas en su Bolsa de Valores. En ese mismo año hubieron 30 ofertas primarias en Brasil, país con alrededor de  347 empresas listadas. Hubo siete en Chile que tiene un total de 244 empresas listadas, cuatro en Colombia que tiene 94 empresas listadas y cuatro en México que tiene 130 empresas listadas. En el 2006, en India se realizaron 248 ofertas primarias para llegar a un total de 5,952 empresas listadas y en Tailandia hubo 18 ofertas para llegar a un total de 518 empresas en su Bolsa de Valores.

Sólo como dato de comparación, en Perú y Chile las Administradoras de Fondos de Pensiones pueden tener el 100% de su portafolio en acciones locales o extranjeras.

Estos Inversionistas Institucionales (fondos de pensiones, sociedades de inversión, aseguradoras y fondos de capital privado) han mostrado ser excelentes catalizadores del buen gobierno corporativo de las empresas. Esto lo han logrado a través de la insistencia para incidir en la elección de miembros del Consejo de Administración, en el ejercicio efectivo de las funciones de la propiedad, en contar con estructuras de gobierno corporativo efectivas, en velar por tener pocas restricciones para ejercer los derechos de los accionistas, en promover políticas explícitas de gobierno corporativo y de activismo accionario, en exigir la revelación de conflictos de interés, y por último en buscar la coordinación entre inversionistas institucionales para promover la toma de decisiones "informada".

Estos son los actores del nuevo capitalismo.

Aquí la pregunta obligatoria es ¿cuándo va a pasar esto en México? Nuestro país tiene con muchos esfuerzos una convergencia ideológica, económica e institucional con los miembros del TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte). Es un excelente proveedor de manufacturas, recursos humanos y energéticos a EU y Canadá. Sin embargo, el modelo de negocio preferido por los empresarios sigue siendo el de un crecimiento moderado y con el capital cerrado a pocos socios.

Alrededor del 65% de las empresas más grandes del país tienen sus acciones en poder de tres o menos accionistas. Adicionalmente, tradicionalmente los consejeros son familiares, directivos y amigos de los socios. Si bien el control familiar puede ser una ventaja competitiva, - ya que alinea las decisiones con el largo plazo, posibilita el seguimiento de estrategias poco convencionales (flexibilidad), existe un deseo de construir un negocio para futuras generaciones, y hay un compromiso de la administración familiar hacia su empresa -, la realidad es que el cambio más grande que nuestro país enfrentará es el influjo de liquidez a los mercados públicos y privados que los fondos de pensiones, las sociedades de inversión, los fondos de capital privado y las aseguradoras inyectarán al sector privado en la próxima década. Los inversionistas institucionales podrán adquirir porcentajes elevados de las acciones y de la deuda de las empresas más exitosas de México.

Esta posibilidad de financiamiento a niveles nunca antes vistos, permitirá crecer y escalar los negocios a velocidades mayores, y requerirá de institucionalización a través del gobierno corporativo de las empresas que decidan aprovechar la oportunidad que la globalización y el ahorro de los mexicanos nos presenta.

*El autor es director de la Facultad de Negocios de la Universidad Anáhuac México Sur.

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