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Carstens, política económica inoperante

La nominación de Carstens a dirigir el Banxico consolida una política ineficaz, dice Roberto Vélez; el ex secretario de Hacienda falló en el combate a la crisis económica, opina el investigador.
vie 11 diciembre 2009 06:03 AM
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Banco de Mexico (Foto: Especial)

El presidente Calderón propuso a Agustín Carstens para ocupar el puesto de gobernador del Banco de México (Banxico) y nombró a Ernesto Cordero como nuevo secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

El secretario Cordero , en su primer mensaje a los medios de comunicación, se comprometió a "trabajar para consolidar la reactivación económica" y declaró que el Presidente Calderón lo "ha instruido a utilizar todas las herramientas al alcance de mi nueva encomienda para detonar el crecimiento económico, que ya es posible percibir". Consulta el mensaje completo aquí .

La consolidación de la reactivación y la percepción de crecimiento, sin embargo, son supuestos que generan dudas sobre la selección correcta de las herramientas al alcance de la SHCP necesarias para impulsar a la economía mexicana.

Si de consolidar la "reactivación" se trata, habría que preguntarse por qué México no ha sido capaz de cerrar la brecha en la caída del crecimiento del PIB con respecto al promedio de América Latina y el Caribe para el año 2009: -6.7% y -1.7%, respectivamente.

Por otro lado, si bien es cierto que para el año 2010 el crecimiento del PIB esperado para México es de 3.5%, resulta inevitable no hacer la comparación con el 4.3% esperado para toda la región latinoamericana y del Caribe, según el Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2009 de la CEPAL .

En lo que se refiere a Agustín Carstens, su postulación para convertirse en el nuevo gobernador de Banxico es un claro ejemplo de las distorsiones existentes en el mercado laboral mexicano.

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Después de la falta de capacidad demostrada para proponer y promover una reforma fiscal integral y de los pobres resultados obtenidos en el combate a la crisis económica, Carstens será premiado con una posición que trascenderá a la administración del Presidente Calderón. Es cierto que su trayectoria anterior lo avala para ocupar el puesto de gobernador de Banxico, sin embargo, no se debe dejar pasar por alto su desempeño durante la actual administración federal.

Un problema de forma y potencialmente de fondo en la elección del gobernador de Banxico es que, tanto Guillermo Ortiz como Agustín Carstens, han llegado a dicha posición (todavía sujeto a la aprobación del Senado en el caso del segundo) inmediatamente después de haber ocupado el puesto de secretario de Hacienda, siendo que Banxico debe ser autónomo del poder ejecutivo. En el caso del gobernador saliente la autonomía se mantuvo, sin embargo, es necesario establecer los mecanismos institucionales para garantizarla: la elección transexenal del gobernador puede ser una condición necesaria para asegurar la autonomía pero no es suficiente, ya que todo gobernador coincide tres años en el cargo con el presidente que lo propone.

El presidente Calderón no ha sido capaz de convertir el cambio de dirección en Banxico en una oportunidad para impulsar cambios de fondo, ni en el ámbito institucional ni tampoco en materia económica. Por un lado, se ha confirmado que la oferta de trabajo que se le hizo a Agustín Carstens en el año 2006 no fue por seis, sino por nueve años. Y aunque habrá que darle tiempo al secretario Cordero, todo indica que habrá continuismo en las políticas aplicadas desde la SHCP, haciendo caso omiso a los resultados negativos en los indicadores de crecimiento y empleo y concentrando sus esfuerzos en "consolidar la reactivación económica".

Es imperativo, sin embargo, recordarle al gabinete económico del poder ejecutivo y al Congreso de la Unión que su obligación es, por un lado, reconocer la problemática económica actual y cimentar las cambios necesarios en una reforma fiscal integral (por cierto, tema incluido en la agenda del presidente Calderón para la segunda parte de su sexenio), y por el otro, asegurar la autonomía de Banxico .

*El autor es investigador del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY).

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