Publicidad

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Un Bicentenario sin innovación

Los festejos se han centrado en las fiestas del 15 y 16 de septiembre, dice Gabriela Arriaga; cuando se celebró el centenario de la Independencia, hubo obras de infraestructura para el avance.
lun 20 septiembre 2010 06:04 AM
“Detonar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública” resumió Porfirio Díaz en el centenario. (Foto: AP)
festejo bicentenario (Foto: AP)

Ya es septiembre y corresponde celebrar el ser mexicano. Sin embargo, es claro que es un mes especialmente diferente al de otros años. La celebración de los doscientos años del inicio de la Independencia y cien del comienzo de la Revolución es de tal magnitud que debería dar como resultado no sólo una gran fiesta, sino el inicio de un cambio en distintos ámbitos en búsqueda de un mejor entorno.

Estas fechas conmemorativas son un escenario ideal para que, de forma natural y casi sin que fuera un propósito consciente, innováramos como gobierno, como compañías y como individuos. Es un momento histórico donde las conversaciones y reflexiones debieran haber girado al rededor de: ¿qué hemos hecho hasta ahora? ¿Qué podríamos cambiar? Esas preguntas básicas que se plantean en cualquier plan anual de una compañía, aplicadas ahora al país pudieron haber traído muchas acciones alentadoras para un mejor futuro.

Sin embargo, pareciera que la Copa del Mundo ha despertado mucho más entusiasmo que las emblemáticas fiestas patrias. Esto ha sucedido, entre otras cosas, justamente porque no ha sido una celebración emblemática. En la conmemoración de los cien años de la independencia, durante el gobierno de Porfirio Díaz, un sin fin de obras públicas de llevaron a cabo. Inauguraciones de monumentos como el Monumento a la Independencia, parques y jardines, obras de desagüe, edificios de beneficencia pública, escuelas, líneas telegráficas y telefónicas, bibliotecas, calzadas, teatros, panteones, etc.

Díaz lo tenía muy claro. Él resumió el propósito de las celebraciones en una frase: "detonar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública".

Cien años después, mientras muchos esperaban que fuera un año de noticias, exposiciones e inauguraciones de obras, todo se ha reducido a los días cercanos al 15 y 16 de septiembre y con obras inconclusas que podrían estar listas en el 2011, otras en el 2012 y otras que ni siquiera tienen fecha definida.

Para algunos, esto podría no ser importante. No obstante, así como Porfirio Díaz envió un mensaje de que México debería encaminarse a la modernidad, este 2010 el mensaje es que somos un país lento para dar un paso adelante. Esta falta de entusiasmo y compromiso baña de desánimo a la sociedad y no estimula la innovación.

Publicidad

Es verdad que México no es un país calificado como innovador. De hecho, el Reporte de Competitividad Global 2009-2010 del Foro Económico Mundial que ubica a México en el lugar 67 en el factor de "innovación y sofisticación". Sin embargo, estas celebraciones pudieron además haber enaltecido el orgullo de ser mexicano que en otras ocasiones se ha logrado.

En el libro "Nuestros Valores" de Alejandro Moreno donde se analiza el sentir de los mexicanos de acuerdo a los resultados de la Encuesta Mundial de Valores, se explica que en la década de los noventa "los mexicanos fueron testigos de magnicidios, de revueltas populares, de conflictos armados, pero también de alternancia política y de la apertura comercial".  Todo ello provocó que el mexicano se orientara a sus tradiciones. El porcentaje de entrevistados que dijo sentir "mucho orgullo de ser mexicano" subió considerablemente de 56% en 1990 a 87% en el 2003.

Fue entonces cuando surgieron nuevas marcas locales como la línea de camisetas y accesorios NaCo, la apreciación por la música mexicana como Julieta Venegas y firmas nacionales de alta costura como Pineda Covalin.

Regresando a nuestros días, y buscando el lado positivo, es quizá la falta de innovación a nivel macro la que está dejando ver las iniciativas y empuje de los ciudadanos que buscan un cambio y toman acciones para lograrlo. Son las personas quienes viven una problemática como falta de agua, poco acceso a la educación o un gran deterioro del medio ambiente las que están accionando y proponiendo soluciones innovadoras.

Estos proyectos los podemos observar en espacios como "Iniciativa México", "Genera" de la Asociación Civil Pase Usted, entre otros, que dejan ver que México sí puede ser un país innovador. Que este cambio se puede generar desde la población hacia las compañías y gobierno y esto sí el alentador.

Habrá que estar al pendiente del avance de cada proyecto y sobre todo de que sigan existiendo foros para su difusión y que entusiasme al resto de la población para que implemente sus ideas que hoy quizá sólo está en su imaginación.

*La autora es mercadóloga y maestra en Administración con 10 años de experiencia en agencias de publicidad multinacionales en México y España. Es parte del comité directivo de la Account Planning Group México ( http://www.apg.org.uk/about-us/international/apg-mexico.cfm ) . Actualmente es fundadora y Directora General de la compañía de inspiración e innovación L1452 ( http://l-1452.com/ )

Newsletter

Únete a nuestra comunidad. Te mandaremos una selección de nuestras historias.

Publicidad

Publicidad