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China y el corazón del planeta

La economía de China mejoró en eficiencia y se abrió a partir de 1978, dice Benjamín Nuñez; planificación, trabajo constante y cultura empresarial hacen de la región algo ideal para invertir.
vie 03 diciembre 2010 06:03 AM
Shangai es la capital bursatil de China y de gran parte del continente asíatico. (Foto: Photos To Go)
Chinashangai (Foto: Photos To Go)

En el nuevo milenio el mundo se ha mudado a producir a China. El Producto Interno Bruto (PIB) de este país crece a tasas promedio anuales de 9% , el doble de las de Europa y Estados Unidos (EU). La decisión de las empresas del mundo para mudar sus plantas a la zona costera del Este de China obedeció a una compleja combinación de fenómenos políticos, internacionales y empresariales, entre otros:

La visión del líder chino Den Xiaoping, quien desde 1978 inició un proceso de apertura de su país. La incorporación de China a la Organización Mundial de Comercio (OMC), que después de un difícil proceso finalmente se logró en 2001. La posibilidad de contar con abundante mano de obra calificable que disminuyera los costos, más allá del alza resultante de la transportación de los productos desde China hasta los centros de consumo. La existencia de un sistema internacional que garantizara la transportación marítima segura de lo producido en China hasta el resto de los rincones del planeta. El acercamiento de las empresas del mundo a un mercado potencial con el 40 % de la población mundial, que representan China e India. Las promesas de China de abrir paulatinamente más zonas de su territorio al mercado y liberalizar el Yuan. La crisis económica mundial y algún juego estratégico del país oriental han retrasado tal apertura. Al establecerse en China las empresas de occidente dejaron de lado tres condiciones de libre mercado:

A.      China es una economía centralmente planificada que impone restricciones regulatorias a la entrada de las empresas al mercado. Sólo las empresas de sectores que el plan central de China considera estratégicos pueden instalarse en la pequeña región que ese país ha destinado a la producción industrial de mercado. El conflicto con Google es un claro ejemplo de ello.

B.      También impone barreras a la salida. Al retirarse de China, una empresa deberá dejar en ese país todos los activos fijos de la misma y no podrá llevarse nada de ellos a una nueva ubicación.

C.      El Estado Chino -y no el mercado-  regula las tasas de utilidades de las empresas. Él recibe directamente los pagos que los importadores del mundo hacen a las empresas, se cobra los "impuestos" y después entrega la parte correspondiente a las tesorerías de aquellas.

Las empresas del mundo aceptaron relajar sus exigencias de libre mercado y apegarse a un plan central dirigido y establecido por la élite gubernamental de China a cambio de que este país se liberalizara paulatinamente .

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El resultado hasta hoy es que las empresas del mundo hacen crecer a una China que les controla sus tasas de utilidades. A simple vista pareciera que hoy China está ganando la partida.

Pero en el futuro la situación será diferente. Al establecerse en China las empresas del mundo se acercaron al corazón del planeta, al Cáucaso, a los Urales y a sus alrededores. Es decir, a las cuencas del Mar Negro y del Mar Caspio y a la Península Arábiga. En los alrededores de este corazón del planeta se concentran grandes cantidades de petróleo, gas natural y minerales. También se concentra ahí el agua de los grandes sistemas hídricos de ríos como el Tigris, el Eufrates y el Amu Daria.

En pocas palabras, estando cerca del corazón del planeta, las empresas del mundo obtienen dichos recursos a costos más bajos ya que la distancia de trasportarlos se acorta. Y en el futuro no será diferente.

Sin embargo, la cercanía de los recursos naturales estratégicos no basta para asegurar el éxito a largo plazo de las empresas del mundo establecidas en China. Se requieren dos condiciones más:

Que dichos recursos estén disponibles en el mercado, y La seguridad de que circularán por vía marítima desde el Golfo Pérsico hasta el Este de China. Esta condición está garantizada mientras los acuerdos internacionales existentes hoy se respeten. Para satisfacer la primera condición, en la primera mitad del siglo XXI las naciones que conforman el corazón del planeta desarrollarán sus sistemas financieros, de emprendimiento e innovación tecnológica con el apoyo de las naciones desarrolladas. Irak y las naciones del Cáucaso y los Urales que tengan mayor aptitud empresarial y menores niveles de conflictos étnicos y religiosos, serán los próximos países emergentes del mundo. Ese será el nuevo destino de la Inversión Extranjera Directa (IED) del mundo.

En ese proceso de desarrollo del corazón del planeta, India obtendrá importantes beneficios. China deberá acelerar su proceso de liberalización si quiere ser partícipe de dicho proceso.

América Latina será un mero observador. La inversión extranjera irá más al corazón del planeta  y menos a Argentina, Brasil, Chile y México.  Así nuestra región enfrentará el reto de innovar sus estrategias de competitividad y distribución del ingreso para mejorar los niveles de vida de su población. Valdría la pena empezar pronto aprovechando la ventaja de desarrollo empresarial que tenemos.

El autor es profesor de economía en la Universidad Anáhuac México Sur.

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