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Carstens: triunfe o fracase... caos

Las posibilidades de que el funcionario gane la dirección del FMI son pocas, dice Sergio Negrete; el doctor en economía advierte que México no tiene un plan en caso de que el funcionario triunfe.
mié 01 junio 2011 06:02 AM
Agustin Carstens fue el primer candidato oficialmente nominado a dirigir el FMI. (Foto: Reuters)
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¿Agustín Carstens tiene posibilidades de convertirse en el próximo Director Gerente del Fondo Monetario Internacional ? Sin duda, pero éstas son extraordinariamente pequeñas.

Puede esperarse que a fines de junio se sepa que el asiento otrora ocupado por Dominique Strauss-Kahn será para su compatriota Christine Lagarde . Y, en caso de que los temas legales que actualmente representan un problema para la francesa sigan siendo un obstáculo serio para su designación, probablemente otro europeo será nominado y electo.

Carstens conoce extraordinariamente bien al FMI, sobre todo por su trabajo como Director Ejecutivo (representando a México y otros países) y Subdirector Gerente, esto es, el número tres en la cadena de mando. Esto aparte de todas sus interacciones con el organismo desde los puestos de alto nivel que ha ocupado, tanto en el Banco de México como en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Es de suponerse que sabe perfectamente que su candidatura para presidirlo está destinada, casi con certeza, a perder.

¿Por qué entonces el Gobierno federal lo postuló ? ¿Por qué Carstens se prestó a lo que parece, y probablemente será, una candidatura meramente simbólica? Podría argumentarse que el trío de Calderón, Cordero y Carstens perdieron toda noción de la realidad en cuestiones de política económica internacional y que cayeron en el sueño guajiro de ver a un mexicano como el responsable del principal organismo en materia de crisis financieras internacionales.

Pero también puede decirse, por el contrario, que es una jugada magistral. Y ciertamente lo es desde varios puntos de vista.

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Por una parte, se demuestra con hechos que no se habla de dientes para afuera. La postura del Gobierno mexicano es que la elección del mandamás del FMI debe basarse en méritos , con la nacionalidad siendo un factor por completo irrelevante. En forma congruente con dicha posición, nomina a un candidato. Mientras tanto, brasileños, chinos, rusos, hindúes, entre muchos otros, siguen sin aspirante propio.

Pero además, Carstens se lanzó en la carrera apenas y se anunciaron las reglas del proceso. Fue el primer candidato oficialmente nominado, lo que ya le dio una ventaja especial. En ese sentido también la estrategia fue acertada.

Sencillamente, México les comió el mandado a los BRICs, que al parecer están todavía pasmados, y divididos, al respecto. Los rusos han dicho que postularían al banquero central de Kazajstán (cuyo nombre ni siquiera vale la pena citar). Los brasileños al parecer sueñan con Arminio Fraga y los sudafricanos con Trevor Manuel. Por supuesto, serían candidatos dignos de tomarse en cuenta, pero que por lo menos en apariencia no están dispuestos a arriesgarse sin que les aseguren posibilidades reales de triunfo. Una postura muy entendible, sin duda, pero cómoda e incongruente con el planteamiento de exigir una elección meritocrática.

En ese sentido, no es sólo destacable la rapidez con la que México lanzó candidato, sino la seriedad del mismo. Sencillamente, entre todas las cartas posibles, puso la mejor sobre la mesa.

Carstens tiene las credenciales y experiencia no sólo para dirigir el FMI, sino la credibilidad internacional para hacerlo, y la trayectoria más sólida. Guillermo Ortiz, por ejemplo, también fue Director Ejecutivo ante el FMI, pero nunca ocupó una posición en la gerencia. Ernesto Zedillo siempre ha sido mencionado como un candidato idóneo para el Banco Mundial, mientras que José Angel Gurría ya preside la OCDE , y en todo caso podría tener credenciales sólidas para también encabezar el Banco Interamericano de Desarrollo. De los cuatro, Carstens es con diferencia el que tiene mayor experiencia en el ámbito específico del Fondo. Aparte, su edad le ayuda, pues con 52 años de edad está lejos de la edad límite (65 años) para ser designado.

Puede presumirse que Carstens no da 'paso sin huarache'. En ese sentido, el factor edad también puede encerrar una estrategia de largo plazo. Su sólida candidatura, conjuntada con una campaña seria, lo posicionarían como un 'candidato natural' en cinco o 10 años, esto es, al cabo de uno o dos periodos hipotéticos de Lagarde al frente del FMI. Dado que ninguno de los tres últimos responsables del FMI ha durado más de cuatro años en el cargo, no sería una mala apuesta.

Se dice que en la década de 1950 el Secretario de Hacienda, Antonio Carrillo Flores, le dijo al presidente Ruiz Cortines:

- "Señor Presidente, tengo el plan perfecto para desarrollar a la economía de México".

- "¿De veras?"

- "Le declaramos la guerra a Estados Unidos, nos ocupan, y nos dan mucho dinero, como Europa con el Plan Marshall".

- "Pues no suena mal su plan; pero dígame, ¿y si ganamos la guerra, entonces qué hacemos?".

Y es un detalle que quizá el Gobierno no ha considerado con seriedad. Y si Carstens, contra todo pronóstico, se convierte en el próximo Director Gerente del FMI, ¿a quién se nombra como gobernador del Banco de México?

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*El autor es Doctor en Economía por la Universidad de Essex. Investigador asociado del Centro de Estudios Espinosa Yglesias y Profesor de Tiempo Completo del ITESO. Entre 2004 y 2009 trabajó en el Fondo Monetario Internacional.

 

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