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OPINIÓN: Las posturas ambivalentes de los precandidatos sobre el aborto

El debate no es si los políticos están de acuerdo o no con el aborto, sino en la disposición a respetar el derecho a decidir
mar 04 octubre 2011 11:32 AM
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Nota del editor: El autor es politólogo e internacionalista. Miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales, profesor en el ITAM y en la UIA. Coautor de los libros Same Sex Marriage in the Americas¿Qué es Estados Unidos? y Ciudadanos.Mx: Twitter y cambio político en México

 

“No tengo por qué imponer mis convicciones personales a mis conciudadanos... Como católico estoy en contra del aborto, como Presidente de los franceses considero necesaria su despenalización”

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Valéry Giscard D'Estaing 

 

(CNNMéxico) — Varios temas polarizan a las sociedades y aún más en momentos electorales. Los matrimonios entre parejas del mismo sexo y la adopción de menores por parte de estas parejas, la eutanasia y el aborto son  temas que dividen a familias y que los políticos tratan de evitar, sobre todo  en tiempos de campaña.

Desde que en 2007 la Asamblea Legislativa del Distrito Federal despenalizó el aborto en todas sus variantes, hasta las 12 semanas de gestación, el tema ha sido cada vez más discutido en las sobremesas familiares, en las iglesias y en los medios de comunicación, pero también en la política a través de los congresos locales de los estados, entre los precandidatos presidenciales y hasta en la Residencia Oficial de Los Pinos.

De hecho, tras la reforma sobre el derecho a decidir en la capital mexicana, 18 estados de la República blindaron sus constituciones locales para que no avanzaran propuestas similares, e inscribieron la protección de la vida desde la concepción en sus constituciones locales; en algunos casos incluso reformaron los códigos penales para sancionar con prisión a las mujeres que decidan practicarse un aborto o incluso a aquellas que sufren un aborto natural.

La discusión que se dio la semana pasada en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a dos de esas leyes, una en Baja California y la otra en San Luis Potosí , volvió a revivir el tema del derecho a decidir en nuestro país y obligó a los precandidatos a la Presidencia, y al mismo presidente Calderón, a fijar una postura sobre el tema.

El primero en hacerlo, y el que lo ha hecho de manera y más clara, fue Marcelo Ebrard. El jefe de gobierno del Distrito Federal aprovechó la coyuntura de su informe de gobierno para montarse en el tema y responder a una pregunta formulada por internautas. Ebrard mencionó que de llegar a otro cargo público de elección popular (léase la presidencia del país) no cambiaría su postura y seguiría defendiendo temas como el derecho a decidir de las mujeres y el matrimonio entre parejas del mismo sexo.

La panista Josefina Vázquez Mota por su parte, se movió más a la derecha en este tema. Hace unos meses, durante una conferencia ofrecida en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), al ser cuestionada sobre el tema dijo: “soy coincidente con la plataforma de mi partido, pero jamás estaría de acuerdo con la criminalización de las mujeres y yo no he estado del lado de las leyes donde una mujer después de sufrir un aborto se tenga además que ir a la cárcel”.  Con la discusión en la Suprema Corte, la precandidata panista agregó la defensa del “derecho a la vida desde la concepción” a su discurso electoral y sin duda será ella la más cuestionada con respecto a este tema por el simple hecho de ser mujer y más aún durante el proceso de selección interna de la candidatura presidencial del PAN, donde -en efecto-, se tiene que mover hacia las posturas dominantes en su partido si desea ganar la candidatura.

Quien no se pronunció al respecto en esta ocasión, pero que ya lo ha hecho en otras de forma clara es el priista Enrique Peña Nieto. En otras ocasiones el ex gobernador del Estado de México ha dicho que personalmente está a favor de la vida y que está en contra del aborto como “un método de planificación familiar”, pero que como político está a favor de que las mujeres que han conquistado este derecho puedan ejercerlo libremente. Y de hecho, pese a haber tenido el respaldo de una mayoría priista en el Congreso de su estado, el Estado de México no es de los 18 estados que han criminalizado el aborto.

Una postura similar ha sido la de Andrés Manuel López Obrador, al tiempo que otro priista con aspiraciones presidenciales, Manlio Fabio Beltrones, ha esquivado posicionarse claramente sobre el tema y solo ha mencionado la incursión del presidente Calderón en estos temas, calificándola de “intenciones nobles”.

Así nos acercamos a la carrera presidencial del 2012. Con posturas ambivalentes de los precandidatos en torno a este tema que ciertamente divide a la sociedad, con un desorden jurídico entre los ámbitos de las constituciones locales y la Federal, donde las constituciones de 18 estados han decidido reconocer la personalidad jurídica del cigoto , al tiempo que la Federal no lo hace y con una diferencia enorme en la forma en la que se han realizado estos procesos.

En la Ciudad de México la despenalización del aborto ha sido gradual. De hecho,  fue el primer lugar del país donde se despenalizó el aborto por violación y por peligro de vida de la madre, en 1931, y de ahí un salto al 2000 con la despenalización por causales como inseminación artificial no consentida y malformaciones genéticas y congénitas. Reformas que han ido aparejadas de debates públicos y con participación de la sociedad civil.

En contraste, las reformas aprobadas en los 18 estados de la República se realizaron de manera expedita, sin un debate entre diversos sectores sociales y con el apoyo de los legisladores del PAN y del PRI principalmente.

Como ya ha mencionado la feminista Marta Lamas, al final la protección a la vida desde la concepción se encuentra regulada en las constituciones de los países europeos que tienen las leyes más liberales sobre el derecho a decidir, porque absoluto a la vida tiene sus restricciones, como la defensa propia, la guerra y sí, el aborto.

Por ello, al final de cuentas el tema es una falsa disyuntiva. Lo que se tiene que discutir de ahora en adelante es que las mujeres que decidan practicarse una interrupción del embarazo no sean sometidas a sanciones penales y que no se obstaculice el acceso a un aborto legal y seguro a quienes así lo decidan. Desde que se abrieron estos debates en nuestro país y en otros, en la década de 1970, la opinión pública se ha ido moviendo cada vez más a favor del derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo y solo será cuestión de tiempo para que una mayoría lo respalde, ésta es una realidad que cualquier persona que quiera gobernar México tendrá que tomar en cuenta para dejar sus posiciones personales de lado y aplicar políticas públicas que protejan a las mujeres y sus derechos.

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