OPINIÓN: Candidatos y redes sociales, un decálogo de autoayuda
Nota del editor: María Elena Meneses es profesora e investigadora del Tecnológico de Monterrey. Puedes seguirla en su cuenta de Twitter @marmenes
(CNNMéxico) — En México hay 34 millones de internautas, de los cuales el 63% (21 millones) tiene más de 18 años y por tanto está en edad de votar.
Seis de cada 10 accede diariamente a redes sociales, entre las que destacan en orden de popularidad: Facebook, YouTube y Twitter (AMIPCI, 2011).
Para nadie es ajeno a que las redes sociales son parte de la experiencia cotidiana, sobre todo de jóvenes, quienes pasan horas frente a una gran diversidad de pantallas. Entrar o no a las redes sociales ya no es la pregunta, sino cómo y para qué usarlas.
Aquí algunas propuestas para los candidatos:
1.- Evite usar las redes sociales como si fueran la televisión. Esta última, a la que la mayoría de ustedes están acostumbrados, cuenta con una audiencia con poca capacidad de respuesta. El internauta tiene la posibilidad de participar, interrumpir, modificar y compartir los mensajes.
2.- Tenga el valor de arriesgarse a realizar debates interactivos. Ante los formatos rígidos de la televisión, internet es un espacio libre y propicio para un acercamiento directo con los ciudadanos. Responda de manera directa las preguntas de los internautas (aunque no sean de su agrado). Estos ciudadanos apreciarán la transparencia y quizá coadyuve a modificar la percepción generalizada de que los candidatos mienten con tal de ganar votos.
3.- No use bots. Los robots son una simulación de popularidad en las redes sociales. Existen programas para detectarlos e internautas dispuestos a denunciarlos y ponerlos en ridículo (bien merecido). Los ciudadanos-internautas estamos cansados de la simulación que tanto ha dañado al país.
4.- No compre seguidores. Aunque estén en oferta, comprar followers en e-Bay o Mercado Libre es una burda trampa. Podríamos decir que equivale a llenar una plaza con personas forzadas (acarreadas) a cambio de una despensa.
5.- No trate de convertirse en trending topic. Antes pregúntese: ¿para qué quiero ser trending topic? o dicho de otro forma ¿El rey o reina por un día de Twitter? Los bots para inflar hashtags son un engaño y los ciudadanos-internautas lo sabemos. Adversarios podrían modificar el mensaje original, positivo e inspiracional para transformarlo en una mofa de usted y su partido. Ejemplos sobran.
6.- Respeto al TL ajeno. Deben tomar en cuenta que en la casa de campaña del adversario inventarán un antihashtag, dando lugar a un guerra que contamina el timeline ajeno. Tenga en cuenta que muchos internautas usan redes como Twitter de manera significativa para su vida productiva y afectiva.
Es necesario tener presente que lo único que generan las campañas sucias es el desprestigio de la política, que un día usted puede necesitar.
7.- Hágalo usted mismo. Asómese de vez en cuando a su perfil en Facebook, actualícelo y dígale a sus asesores o community managers: "¡Dejen, yo contesto!"
Las redes son espacios que posibilitan la articulación de comunidades en torno a sus propuestas. Recuerde que hay que trabajar para que esos likes se transformen en votos, aunque sus asesores le hayan dicho lo contrario.
8.- Use todo el potencial cívico de internet. Coadyuvará con una posible y necesaria reivindicación de la política y con el involucramiento cívico de los ciudadanos. Tenga en cuenta que la mayoría de los usuarios de las redes sociales desconfían de la política y los políticos (percepción ganada a pulso).
9.- Pida a sus estrategas no usar YouTube como el basurero de lo que no está permitido en televisión. Las campañas sucias quedan registradas en la memoria colectiva. Con la del 2006 tuvimos suficiente; pierde la democracia y en una de esas, usted.
10. - Aproveche el espacio ilimitado de la red. En internet, el tiempo y espacio se amplían y no es costoso. Piense en fórmulas creativas para que los ciudadanos contribuyan con la elaboración de sus propuestas.
Si no está dispuesto a aplicar cuando menos siete de estas 10 sugerencias, juegue sus cartas en otros espacios, se ahorrará miles de dólares en estrategas de redes sociales. Quédese con los spots y las encuestas, los internautas se lo agradecerán, aunque debe saber que está desperdiciando una poderosa herramienta con un enorme potencial cívico.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a María Elena Meneses