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OPINIÓN: ¿Por qué EU no debe de apresurar la guerra en Siria?

Debe analizarse con mucho detenimiento el impacto que tendría una eventual intervención militar de Estados Unidos en Siria
vie 09 marzo 2012 05:59 PM
Siria
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Nota del Editor: Wesley K. Clark, general retirado de la Armada y ex comandante aliado supremo de la OTAN en Europa, es académico superior en el Burkle Center for International Relations de la Universidad de California en Los Ángeles. Clark es consultor de compañías en temas de comunicaciones satelitales, biotecnología y campos energéticos, así como sobre contratos del gobierno y del Departamento de Defensa.

(CNN) — Los llamados para un intervención militar en Siria crecen al mismo tiempo que sube de tono la crisis humanitaria en ese país. El régimen de Bashar al-Assad ha sido brutal, calculador e insensible a los ojos de la opinión mundial. Con la ayuda de Rusia y China ha logrado esquivar un mandato de la ONU para ponerle un alto a los ataques hacia su propia gente.

El ya conocido patrón de la Primavera Árabe —manifestaciones populares por la libertad, derivadas de una terrible represión, como la que vimos en Libia en el 2011—, parece garantizar la intervención militar para detener la masacre en Siria. Pero primero necesitamos que nos contesten unas preguntas difíciles, por favor.

Acabamos de dejar Iraq después de 8 años y medio, con un costo de 1 trillón de dólares y pérdidas de unos 5,000 estadounidenses en servicio. E Iraq es todavía un nido de lucha entre grupos y de violencia.

En Túnez, Egipto y Libia, fuertes sentimientos islámicos han salido a la superficie inevitablemente a pesar de los aparentes guiños a la democracia y a occidente al principio de las manifestaciones de la Primavera Árabe. La orientación hacia el futuro de estos estados es probable que sea menos útil a los objetivos y políticas estadounidenses en la región que la de sus predecesores. Y al margen de Siria, existe la preocupación de la ambición nuclear de Irán, y el hecho de que "todas" las alternativas deben ser contempladas en caso de que la diplomacia no funcione.

Entonces, en el caso de Siria tenemos que preguntarnos primero ¿Cuáles son los intereses estadounidenses que están en riesgo?, ¿Cuál es nuestro objetivo? Después ¿Cómo atendería a ese objetivo el uso de la fuerza? ¿Qué estado estamos buscando?, ¿Qué bases de la ley internacional existen para actuar?, ¿Qué aliados nos ayudarán?, Y cuando ya se haya hecho y dicho todo, ¿Habremos hecho lo que planeamos y a qué costo y riesgo proporcional a los intereses de Estados Unidos?

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Aparte de las preocupaciones humanitarias, hay ciertos intereses estratégicos de EU en juego en Siria. El régimen sirio es un estado de frente para Israel, aliado de América, y por eso es importante que prevalezca la calma. Y mientras este régimen ha jugado con un acuerdo de paz, también ha servido como conducto de la influencia y las amenazas iraníes.

Siria da cabida a los asesores iraníes y ayuda a Hezbolá, una fuerza de combate, apoyada por Irán, que ha amenazado a Israel, ya provocó una disputa fronteriza y asume un papel de fuerza en el Líbano, además de que se inclina hacia el lado iraní, que por su parte apuesta a sus objetivos nucleares. Mientras, el régimen sirio es apenas una reliquia de la Guerra Fría, y mantiene lazos militares con el gran competidor de Estados Unidos, Rusia.

A diferencia del caso de Libia, los Estados Unidos tienen intereses estratégicos sustanciales en Siria pero se enfrentarán con una milicia fuerte, capaz y todavía mayormente leal a al-Assad. Siria es menos accesible militarmente que Libia, con una población de 22 millones, incluyendo a unos 2 millones de cristianos.

Las armas están llegando, los refugiados están escapando, pero parece que hay poco con qué trabajar por la manera en la que está organizada la oposición siria. Y mientras que Arabia Saudita y Qatar quieren que se vaya al-Asaad, esto parece más una estrategia oportunista anti-iraní.

Entre las fuerzas de la resistencia aparentemente hay radicales sunitas, probablemente de Al-Qaeda, y otros cuyo ascenso al poder causaría una futura crisis, con millones de cristianos y otras minorías religiosas huyendo de la región.

Mientras, el objetivo de EU es terminar con la violencia, por lo que el hecho de salvar vidas es obvio, este es un escenario mucho más complicado y demandante que el de Libia. Aún no hay un mandato internacional, ni siquiera por parte de la OTAN. La intervención más apropiada se está estudiando, pero parece que cualquier determinación abonará al aumento de la violencia, en lugar de reducirla. Pero, ¿quién estará dispuesto a ayudar?, ¿Cómo se formará un nuevo gobierno y cómo se las arreglará Siria hasta entonces?

Lo que se necesita en este momento es pensar claramente, elaborar una planeación sólida y una estrategia internacional bien estructurada para la región (incluyendo a Irán) antes de que se tome la decisión de actuar.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Wesley Clark.

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