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OPINIÓN: El nacimiento de un bebé panda, una esperanza para la sociedad

La llegada al mundo del panda se convierte en un regalo perfecto para olvidar diferencias y lograr un sentido de comunidad
mar 18 septiembre 2012 12:32 PM

Nota del Editor: Mike M. Ahlers, Productor de Aviación y Regulación de CNN, establecido en Washington.

Washington (CNN) – Él, o a lo mejor ella, es descrito como una tierna criatura de poco pelo, piel rosada, tan resbaladiza como la mantequilla y muy vocal.

En otras palabras, ¡Hermoso!, para un panda.

El alegre anuncio del nacimiento de un panda aún sin nombre en el Zoológico Nacional que sucedió el lunes pasado, le da motivos a Washington para celebrar. La ciudad que acaba de salir de un verano ardiente e inicia un ejercicio cuatrienal al que llamamos elecciones presidenciales, tiene algo más de que hablar gracias a este nuevo miembro de la fauna. 

El bebé de 114 gramos y segundo cachorro de Mai Xiang (pronunciado may-SHONG) se cree que es el primer nacimiento en la ciudad que no ha sido utilizado con fines políticos como un tenebroso recordatorio del costo futuro de una beca universitaria, o por los actuarios del gobierno para recalcular la bancarrota pendiente del fondo fiduciario del Seguro Social.

Es el nacimiento perfecto para nuestra época imperfecta.

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La encargada del zoológico fue la primera en reconocer el memorable suceso. 

Es bastante difícil hacer que un panda se embarace por su corto período de fertilidad. Y los científicos muchas veces esperan hasta que nazca un bebé antes de confirmar que los esfuerzos de la inseminación fueron exitosos.

El encargado del zoológico “escuchó las vocalizaciones del cachorro” con un monitor, dijo Brandie Smith, curador experto en el zoológico, a los reporteros. “Y ella inmediatamente llamó a otros trabajadores del zoológico para confirmar … Y yo también fui requerido. Los tres nos sentamos frente a la pantalla de nuestras computadoras en casa cerca de las 11 de la noche diciendo a cada rato, '¿Oíste eso?' '¿Oíste eso?' '¿Oíste eso?'

“Y una vez que lo confirmamos, en efecto, realmente era un cachorro. Una vez que superamos nuestra incredulidad, el increíble trabajo que hicimos y la euforia, empezamos a llamar a todos para que vinieran”.

Otro curador checó la cinta para ver si se había grabado el momento del parto.

“No vimos al cachorro salir, pero vimos su reacción y fue similar a la que tuvo ella cuando vio a su primer bebé en el 2005”, dijo Smith. “Afortunadamente fue una gran madre esta vez, se volteó inmediatamente, agarró a su cachorro, lo meció y se hizo cargo de él al instante".

Oficiales del zoológico dijeron que Mai Xiang era una madre apta, amorosa y cuidadora.

“Es una fantástica mamá”, dijo Nicole MacCorkle, cuidadora de los pandas. “Hizo un gran trabajo con el otro cachorro y confiamos en que lo hará de nuevo. Es grandioso verla con su cachorro metido debajo de su barbilla como lo hizo hace muchos años. Es excepcional e increíble para todos nosotros que hemos estado a su alrededor por tanto tiempo”.

Por ahora el bebé no tiene nombre. El zoológico retomará la tradición china de nombrarlo 100 días después de su nacimiento .

Para Washington, y para una nación que busca desesperada el sentido de comunidad, es el regalo perfecto en un año de elecciones.

Los pandas son considerados la unión de las tres razas, son tanto blancos como negros y de origen asiático. No tienen denominación, ni partido, no evocan ni el tamaño de los elefantes republicanos ni el temperamento de los burros demócratas. Un extra es que los científicos del zoológico aún no determinan el sexo del bebé, por lo tanto no tiene sentido en una discusión de igualdad de género. Simplemente es el bebé perfecto para nuestra época.

Por supuesto que engloba la relación Estados Unidos y China. Pero por ahora, eso tendrá que esperar.

La gente está feliz y espera la oportunidad de ver a esa criatura sin pelo y de piel rosada. 

Y esperar que la venta de pandas de peluche traigan la calma durante este periodo de campañas. 

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Mike M. Ahlers. 

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