OPINIÓN: La alternativa de legalizar el consumo de marihuana entre adultos
Nota del Editor: David L. Nathan, profesor clínico asociado en la Escuela de Medicina Robert Wood Johnson, fue elegido hace poco como miembro distinguido en la Asociación Estadounidense de Psiquiatría. Da clases y consultas de psiquiatría para adultos en Princeton, Nueva Jersey.
(CNN) — David Frum es uno de los mejores y más congruentes representantes políticos de la actual corriente conservadora, por lo que su reciente artículo de opinión en CNN.com sobre la legalización de la marihuana resultó un tanto decepcionante.
No porque defienda la despenalización de la droga —piensa que encerrar o arrestar a las personas por utilizarla de forma ocasional es una mala idea—, sino porque se opone a la legalización de la marihuana para los adultos .
Concuerdo con gran parte de lo que comenta acerca del daño potencial de la marihuana, sobre todo para los jóvenes y los enfermos psiquiátricos. Al igual que Frum, soy un padre que se preocupa porque sus hijos vayan por el mal camino del cannabis antes de que sus cerebros tengan la oportunidad de desarrollarse. Pero también soy un médico que entiende que las consecuencias legales negativas son mucho peores que las consecuencias físicas.
Frum reduciría el castigo por el uso de la marihuana para adultos, pero nominalmente mantendría su carácter ilegal con el fin de enviar un mensaje a los jóvenes de que la marihuana es una "mala elección", como si romper las reglas no fuese un incentivo para disuadir a los adolescentes.
Cuando los niños son lo suficientemente inteligentes como para reconocer y rechazar un argumento del estilo "porque yo lo digo". Al tratar de ocultar a la marihuana de los jóvenes, curiosos por naturaleza, lo convertiríamos en el "fruto prohibido".
Creo que un mejor enfoque es sacarla a la luz, que sea legal para las personas mayores de 21 años y educar a los niños desde temprana edad sobre los peligros reales de su uso recreativo.
A lo largo de mi carrera como psiquiatra clínico, he visto vidas arruinadas por drogas como la cocaína, analgésicos y alcohol. También he atestiguado la devastación provocada a los consumidores de cannabis, casi nunca por el abuso de la droga, sino por un sistema de justicia que elige la represión para eliminarla.
El alcohol, el tabaco, la marihuana, la cafeína y el azúcar refinado se encuentran entre las sustancias recreativas más utilizadas que potencialmente producen dependencia. Es mejor apartar a todas de nuestra dieta diaria. Solamente la marihuana es ilegal, aunque el alcohol y el tabaco son claramente más perjudiciales. En muchos aspectos, incluso el azúcar representa una amenaza mucho mayor para nuestra salud que la cannabis.
Estoy de acuerdo con Frum en cuanto a que el uso crónico se correlaciona con cambios de humor y baja motivación, sobre todo cuando inicia en la adolescencia. En los individuos que presentan psicosis, su uso puede desencadenar o empeorar los síntomas.
Pero estos peligros son ampliamente superados por el alcohol, el cual está asociado a la pancreatitis, gastritis, cirrosis, demencia permanente, dependencia fisiológica y abstinencia, la cual conduce a la muerte. En los adolescentes y adultos jóvenes sanos, pero imprudentes, es increíblemente fácil consumir una dosis letal de alcohol, pero es prácticamente imposible hacer lo mismo con la marihuana. Además, el alcohol causa un grave deterioro del juicio, esto se traduce en violencia, conducta sexual riesgosa y un mayor uso de drogas más fuertes.
Aquellos que creen que el cannabis es una puerta de ingreso a los opioides y otras drogas de alta peligrosidad, no se percatan de que la compra ilegal de marihuana orilla a los consumidores a conocer otras sustancias más peligrosas, gracias a los distribuidores clandestinos. Dada la popularidad de la marihuana en EU, el consumo de otras sustancias fuertes podría disminuir si la hierba se adquiriera en una tienda de licores en lugar de en las calles donde se vende la heroína y el crack.
Existe otra razón importante para legalizar y regular la marihuana, incluso por el bien de nuestros hijos. La adulteración de la droga en el mercado negro y la sustitución por compuestos de imitación representan un gran peligro para los consumidores. Al igual que las muertes en la era de la prohibición del alcohol por la ingesta de moonshine, proliferan sustitutos sintéticos perjudiciales en la marihuana, con nombres callejeros como K2 y Spice.
La Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) intenta combatir estos compuestos mediante su prohibición, sin embargo, no veo ninguna disminución en su popularidad entre mis pacientes. La marihuana natural representa un peligro mucho menor que los cannabinoides sintéticos, legales o no.
Entonces, ¿quién tuvo la brillante idea de prohibirla? ¿Fueron médicos? ¿Organizaciones sociales? No. El mérito lo tiene la Agencia Federal de Narcóticos, que en 1937 impulsó diferentes iniciativas para poner fin al cultivo, el comercio y el consumo de todas las formas de cannabis, incluyendo la inerte pero comercialmente útil, el hachís. La prohibición de Estados Unidos conocida como Weed of Madness se basó menos en la ciencia y más en las historias inventadas de violencia cometida bajo su influencia.
La locura del cannabis puede atribuirse no tanto a sus usuarios, sino a aquellos que buscaban criminalizar la droga después del monumental fracaso de las leyes durante la prohibición del alcohol.
Eso no quiere decir que nuestras leyes sobre la marihuana no hayan cambiado el panorama de las drogas en Estados Unidos. La droga es una de las más utilizadas en la historia, incluso antes de su prohibición. En la antigüedad era un producto doméstico y desde entonces ha sido cultivada.
La prohibición de la marihuana también ha aumentado considerablemente la actividad ilegal y la violencia. Además de que lo usuarios privados se convirtieron en delincuentes y los criminales se enriquecieron através del narcomenudeo, el cual es libre de impuestos, sangriento y altamente lucrativo.
Sin embargo, las autoridades de EU pueden resolver la problemática con la legalización. Los gobiernos federal, estatales y locales pueden regular el comercio como lo hacen con el alcohol y el tabaco con un monitoreo del proceso de producción y pureza, un control de los lugares de venta, impuestos a todos los aspectos de la producción y el consumo de marihuana con el fin de redirigir los recursos del castigo hacia la prevención.
Olvide el viejo dogma y juzgue la prohibición de la marihuana por sus propios méritos. Si todavía crees que debería ser ilegal, por lógica, deberías apoyar también la criminalización del alcohol y el tabaco a través de un riguroso proceso e incluso el encarcelamiento de los productores y los consumidores. ¿Suena esto ridículo? Entonces la conclusión es que el único enfoque racional de la marihuana es legalizar, regular y gravar.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a David L. Nathan.