OPINIÓN: México, en busca de un nuevo equilibrio democrático
Nota del editor: John M. Ackerman es investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es el coordinador, junto con el Dr. Eric Hershberg, del foro Mexicos' Future: Envisioning a New Democratic Equilibrium , que tiene lugar este lunes 1 y martes 2 de abril en Washington, DC. El evento será transmitido vía internet . En México también puedes seguirlo en vivo . Puedes seguir al autor en su blog y en su cuenta de twitter: @JohnMAckerman
(CNNMéxico) — Después de nueve largos meses del proceso electoral de 2012 y otros nueve meses para consolidar el cambio de mando al nivel federal en México, es hora de pasar de las lógicas de las campañas y las "cargadas", al análisis y el debate informados.
Desde hace año y medio los políticos y los medios de comunicación dominantes han fijado los términos de la discusión pública.
A los ciudadanos y los universitarios nos han querido relegar al papel de simples testigos de una serie de pactos y arreglos cupulares, primero con respecto a las elecciones, y hoy en relación al programa de gobierno y las nuevas reformas constitucionales. Urge articular un debate ciudadano de altura que sirva de contrapeso a los arreglos tras puertas cerradas que hoy predominan en el escenario político nacional.
Mientras, en Estados Unidos la segunda administración de Barack Obama abre una oportunidad para rearticular y reconceptualizar las relaciones entre los pueblos y los gobiernos mexicano y estadounidense. Obama debe su victoria en gran medida al voto de los "latinos", dos terceras partes de los cuales son de origen mexicano, y existe la esperanza de que en el corto plazo podría haber avances en el tema migratorio. En general, la voz de México y los mexicanos tiene una renovada fuerza y presencia en Washington, DC.
Así mismo, la tragedia en la escuela primaria de Sandy Hook ha abierto una coyuntura favorable para posibles nuevas regulaciones sobre la venta de armas de fuego de alto poder en los Estados Unidos, algo que tendría un impacto positivo sobre la violencia al sur del Río Bravo. También, la legalización del consumo y la comercialización de la mariguana en cada vez más estados de la Unión Americana genera un contexto positivo para repensar la "guerra" contra las drogas en América Latina.
En esta coyuntura, este 1 y 2 de abril celebramos en la ciudad de Washington, DC una discusión pública e internacional con la participación de un elenco de algunos de los expertos más destacados en el sistema político, el desarrollo institucional y la transformación económica de México, así como en sus relaciones con los Estados Unidos. Convocado de manera conjunta por el Centro de Estudios Latinos y Latinoamericanos de la American University, dirigido por el doctor Eric Hershberg, y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el evento busca visualizar y poner a debate diferentes visiones del presente y el futuro de México con el fin de construir un verdadero equilibrio democrático y un pleno bienestar social para todos los mexicanos.
Existe un consenso generalizado entre los estudiosos de México de que la simple alternancia en el poder gubernamental no ha resuelto los problemas que enfrentan los mexicanos e incluso ha generado otros nuevos, quizás más nocivos que los anteriores.
Si bien han habido algunos avances en los últimos lustros, México todavía sufre bajo el peso de prácticas autoritarias heredadas del pasado y actualizadas en el presente. La corrupción, la desigualdad, la pobreza, la impunidad, la violencia, las limitaciones a la libertad de expresión y las violaciones a los derechos humanos, se mantienen como grandes lastres al desarrollo nacional.
En los últimos meses, Enrique Peña Nieto y los integrantes del "Pacto por México" han construido un diagnóstico de la problemática nacional y lanzado una serie de propuestas y mecanismos específicos para abordar la situación.
Este esfuerzo identifica la conflictividad política y las viejas "ideologías" como los principales adversarios a vencer. Propone un nuevo enfoque basado en la "unidad" y el "pragmatismo" para dar "un gran salto adelante" como Nación.
En el terreno político, se busca consensar los acuerdos antes de que lleguen al Congreso de la Unión. En el terreno económico, se busca aplicar demandas históricas del sector empresarial como el aumento al IVA y la privatización de la renta petrolera. En el terreno institucional, se busca crear nuevos organismos "autonómos" para generar mayor confianza ciudadana en el gobierno.
En contraste, otras voces sostienen que el discurso supuestamente "modernizador" del nuevo gobierno en realidad escondería el mismo neoliberalismo y corrupción estructural de siempre.
Recuerdan que el mandato de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) inició de la misma manera, prometiendo un nuevo México más desarrollado, pero que acabó en una tormenta de corrupción política, fracaso institucional y crisis económica. Estas voces críticas identifican la concentración del poder político y económico, así como la impunidad de estos mismos potentados, como los principales problemas a vencer. Proponen construir una "democracia verdadera" a partir de una amplia y activa participación ciudadana. Estas voces confían más en los millones de ciudadanos que sufragaron en contra del PRI que en los millones que votaron a favor de este partido en las últimas elecciones federales.
No hay ni habrá resolución a este debate en el corto plazo.
Conforme pasa el tiempo, las tendencias históricas y el verdadero impacto de las reformas actuales se irán aclarando. Pero el debate y la discusión en sí mismos tienen un enorme valor y no se pueden postergar.
Urge la reproducción de espacios para el intercambio libre de ideas y propuestas entre ciudadanos y analistas sin mayor compromiso que con sus propios principios y sus convicciones. De lo contrario, se secaría el río de la democracia y se congelaría la esperanza ciudadana. No lo podemos permitir.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a John M. Ackerman.