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OPINIÓN: Yanira Maldonado y su encuentro con la 'justicia' mexicana

La detención de una mujer estadounidense en México es el reflejo de que el país aún es dominado por la corrupción
vie 31 mayo 2013 01:00 PM

Nota del editor: Rubén Navarrette es colaborador de CNN y columnista del Grupo de Escritores del Washington Post.

(CNN) — Sigo pensando en esos comerciales turísticos que instan a los estadounidenses a visitar México.

Ir de visita no es difícil. Para algunos estadounidenses, salir es el problema.

Durante años, las autoridades estadounidenses han urgido a sus homólogos mexicanos a aplicar medidas más firmes contra los narcotraficantes. Los estadounidenses incluso proporcionaron 1,400 millones de dólares a través de la Iniciativa Mérida para ayudar a nuestros amigos de México a cumplir ese objetivo.

Sin embargo, el drama que se desarrolla en el estado de Sonora puede que no sea lo que tenían en mente las autoridades estadounidenses.

La idea era ayudar a la policía y a las fuerzas armadas mexicanas a perseguir delincuentes violentos —aquellos que aterrorizan a las personas al arrojar cabezas humanas en los centros nocturnos— y no para aprovecharse de los estadounidenses que se ven expuestos a unos policías corruptos para pedir un lucrativo rescate.

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Eso es lo que parece estar detrás de la historia de Yanira Maldonado, una ciudadana estadounidense de 42 años detenida en una prisión de Nogales, Sonora, al parecer por cargos relacionados con drogas. Maldonado —quien practica la religión mormona, es madre de siete hijos y abuela de dos— tiene un abogado mexicano. No sabemos con certeza qué ocurrió. Sin embargo, Yanira fue declarada inocente y ya fue liberada .

La pesadilla de esta familia empezó la semana pasada, cuando Yanira, una mujer nacida en México, abordó con su esposo, Gary, un autobús para regresar de México a Estados Unidos, luego de asistir al funeral de su tía.

Ese fue su primer error. Quienes visitamos México sabemos que nunca se viaja en autobús. Te vuelves blanco fácil de los ladrones y de los policías corruptos, y la mayoría de las veces no se puede notar la diferencia. Los asaltantes tal vez te quiten tu dinero y te dejarán ir. Los policías corruptos te quitan tu libertad y la conservan hasta que alguien envía suficiente dinero para dejarte ir.

De cualquier forma, no es algo personal. Es una simple transacción de negocios. Pero es cruel y desagradable.

Bueno, volvamos al autobús. Llegó a un punto de revisión militar —que podría llamarse caseta de peaje— y todos los pasajeros fueron obligados a bajar del autobús mientras los soldados lo abordaban.

"Me pidieron que bajara del autobús en el punto de revisión", relató Yanira a CNN. "Estaban buscando drogas y no sé qué más. Dijeron que habían encontrado algo debajo del asiento, pero yo nunca vi nada. No me mostraron nada. Fue asombroso lo que hicieron".

Los soldados afirman que encontraron un paquete con 5.7 kilos de lo que parecía ser marihuana debajo del asiento de Yanira. La arrestaron y llevaron el caso ante el Ministerio Público para su seguimiento.

Tal vez las autoridades dicen la verdad. Pudo haber sucedido que las drogas estaban ahí antes de que ella tomara ese asiento. O simplemente, los soldados las pusieron allí. Igual desde un principio no hubo drogas. Nadie lo sabe porque, convenientemente, los únicos que estaban en el autobús eran las autoridades oficiales.

Lo que sea que haya ocurrido, parece poco probable que una mujer hubiera llevado un paquete de más de cinco kilos en un autobús y lo pusiera debajo de su asiento sin que alguien lo notara.

Gary Maldonado dice que su esposa y él documentaron sus maletas y abordaron sin equipaje. También comentó que cuando pusieron bajo custodia a su esposa, uno de los soldados le dijo tajantemente que ponerla en libertad le costaría 5,000 dólares. Más tarde, de acuerdo con los familiares, las autoridades civiles le pidieron la misma cifra —5,000— dólares, fuera culpable o no.

Así es como funciona. Considérenlo un gasto administrativo.

En México, esta clase de historias —que tratan de dinero, corrupción y de lo ambiciosas que pueden ser algunas personas cuando ven la oportunidad— son tan comunes como las piñatas o las margaritas. Pero se supone que eso ya no debería ocurrir.

En noviembre pasado estuve en la ciudad de México para una reunión patrocinada por el Comité Judío Estadounidense. Platicamos con altos funcionarios, entre ellos el presidente Enrique Peña Nieto, y el mensaje no pudo ser más claro. "En una economía en crecimiento, con menos delitos en las zonas metropolitanas y el poder en control del Partido Revolucionario Institucional una vez más, el país está listo para los negocios. Este es el nuevo México".

Lo siento, amigos; parece que aún hay restos del viejo México y amenazan con socavar la remodelación.

En este momento, los Maldonado tal vez no piensen en la relación entre Estados Unidos y México. Ellos solo esperan a su madre y abuela de regreso.

Con suerte, Yanira Maldonado quedó en libertad. Este feo episodio en su vida y en la relación entre Estados Unidos y México terminará.

La intervención del presidente Peña Nieto debió ser primordial. Así como la del secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, al obtener la liberación de Yanira.

Por cierto, México sigue a la espera de que lleguen los últimos cientos de millones de dólares para financiar la guerra contra el narco bajo la Iniciativa Mérida.

El Congreso debería descontar los 5,000 dólares. Ese dinero tiene que llegar a la familia Maldonado. Considérenlo un gasto administrativo.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Rubén Navarrette.

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