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OPINIÓN: Al estigma contra el barrio, en Tepito lo combatimos con carisma

Sí, el barrio tiene una mala imagen, pero también es semillero de campeones y de gente que se esfuerza por salir adelante
lun 10 junio 2013 02:08 PM
enfrentamiento
disturbio tepito 1

Nota del editor: Alfonso Hernández Hernández es cronista y fundador del Centro de Estudios Tepiteños de la Ciudad de México. 

(CNNMéxico) — Sí, el barrio de Tepito y quienes lo habitan infunden temor o son temidos porque esta zona, ubicada en la colonia Morelos, es uno de los epicentros de esta ciudad caótica.

También lo es porque me parece que en esta ciudad, un barrio sin sombra no infunde respeto, y porque -tal vez a pesar de los pesares- con su fuerza, bravura y resistencia, ha pasado todas las pruebas del urbanismo depredador de los barrios originarios -muchos de los cuales han desaparecido-.

Sí, el barrio tiene una mala imagen. La atribuyo al estigma delincuencial con el que suele ser etiquetado, pero sin dejar entrever, en contraparte, su carisma barrial, su creatividad y productividad local, así como su capacidad de resistencia a todos los embates contra sus formas de trabajo y vida, cualesquiera que estas sean.

Pero Tepito es mucho más que crimen, estigma o violencia.

Su escala urbana integra arraigo, identidad y cultura, ya que es uno de los pocos barrios citadinos que en la historia de la ciudad lo ha sido todo: modesto barrio indígena, miserable enclave colonial, arrabal de la ciudad de los palacios, atracadero urbano, tianguis y tendajón de sobrinas, laboratorio socioeconómico contra los procesos arruinadores del sistema, abrevadero cultural de los chilangos y tendedero de existencias de propios y extraños.

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Me parece que el hecho de que solo sea destacado lo malo de Tepito se debe a que se generan noticias que se venden como flor de un día, aunque al siguiente sean periódicos de ayer. También se recrea el morbo de un barrio supuestamente marginal que desde siempre forma parte de lo que yo llamo el tianguis global.

Sostengo que Tepito es un barrio que preserva la savia de su nopal genealógico. Un rizoma urbano policéntrico. Un mecanismo automático de relojería barrial  donde la economía informal es una modesta fábrica social contra la poderosa industria del crimen y su fordismo delincuencial.

LEER: Tepito, un barrio del DF que se resiste a la autoridad

Al barrio le pasa lo mismo que a los chilangos con el resto del país: con el desprestigio bien y mal ganado, solo el carisma se sobrepone al estigma.

¿Qué pensamos los tepiteños de quienes se alinean ante este estigma? Pues nos sirve para calibrar el grado de ingenuidad de quienes no se atreven a valorar lo que es Tepito, lo que representa y lo que significa un barrio que siempre se la ha rifado por defender su esencia cultural.

Tepito dejó de ser un barrio miserable ejerciendo la cultura de la pobreza, con la que ha aprendido a resistir todos los embates del urbanismo depredador, del afán expansivo de quienes compran y compran propiedades históricas, de la especulación inmobiliaria por estar en el segundo perímetro del centro histórico, de estar dejado a su suerte para que se criminalice, de bloquear sus deportivos para que no vuelva a ser semillero de campeones, de la corrupción imperante y de que sean más noticia unos cuantos, en lugar de los miles que trabajamos en lo que deja, mientras a otros pocos los dejan que surtan lo que apendeja.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Alfonso Hernández H.

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