OPINIÓN: Llegó la hora de que los republicanos 'se ganen' a los latinos
Nota del editor: Ruben Navarrette es colaborador de CNN y columnista del Grupo de Escritores del Washington Post. Síguelo en su cuenta de twitter: @rubennavarrette
(CNN) — Al describir el estado de una relación en Facebook, existe la opción "es complicado".
Esta opción resume la relación entre los votantes hispanos y los partidos políticos.
Por una parte, es mucho más probable que los hispanos se conecten con los demócratas que con los republicanos (casi por un margen de tres a uno). Una nueva encuesta publicada por el Public Religion Research Institute, un grupo de investigación sin fines de lucro con base en Washington mostró que 56% de los votantes hispanos registrados se identifica con los demócratas, 19% se identifica con los republicanos y 19% con los independientes.
En la encuesta, más de 6 de cada 10 hispanos dijeron sentirse cercanos al Partido Demócrata, mientras que solo 3 de cada 10 dijeron lo mismo del Partido Republicano. Al solicitarles que describieran a los partidos, en 48% de las respuestas sobre los republicanos fueron palabras negativas como "intolerante" o "desfasado", mientras que solo 22% de las respuestas sobre los demócratas fueron negativas.
En el siglo XX, el Partido Demócrata era hogar de los grupos étnicos de la clase trabajadora (polacos, irlandeses, italianos, etc.) que veían a los republicanos como el partido de los ricos. Hoy, el Partido Demócrata es donde los latinos que se sienten molestos por el Partido Republicano deben estar.
Sin embargo, para los republicanos no todo está perdido.
Los votantes hispanos han demostrado que pueden pensar por sí mismos. Al escoger candidatos, con frecuencia elegirán a la persona antes que al partido. Lo que ha resultado en el apoyo a republicanos que adoptan posturas moderadas sobre la inmigración y evitan la tendencia del Partido Republicano de convertir al debate, ya de por sí polémico, en una guerra cultural nefasta en la que los inmigrantes muchas veces son caracterizados como inferiores a los nacidos en Estados Unidos.
Funcionó para el presidente Ronald Reagan y para el exsenador John Tower de Texas, quienes tomaron el contacto con los hispanos de manera seria e invirtieron los recursos necesarios para logar el apoyo hispano. Otros republicanos que, en diferentes momentos de su carrera, lograron un apoyo latino significativo (es decir, más del 30% del voto) incluyen al senador John McCain, de Arizona, a la exgobernadora de Arizona, Jane Hull, al exalcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, al exalcalde de Los Ángeles, Richard Rioridan, al ex gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, al exgobernador de Florida, Jeb Bush y, por supuesto, al expresidente George W. Bush.
La mayoría de los latinos no cambia su afiliación política. Son significativamente leales a su marca. Aún cuando coquetean con un candidato republicano, regresan a casa, al Partido Demócrata.
El presidente Obama logró un impresionante 71% del voto latino en la elección de 2012. Pero incluso esa parte de la historia es complicada. En agosto, una encuesta de Gallup demostró que cuando uno observa la tasa de aprobación del trabajo de Obama, hay un gran cambio de un trimestre al siguiente entre los latinos.
Algo que se escucha mucho en los círculos latinos es que gran parte de estos votantes, al escoger a Obama sobre su contendiente republicano Mitt Romney escogieron el "menor de dos males".
En una entrevista reciente con Jake Tapper de CNN, Romney dijo que el error estratégico más grande de su campaña fue "no invertir lo suficiente en particular en la televisión hispana y en el contacto con votantes hispanos para ayudarlos a entender que nuestro partido es la facción de la oportunidad". También insistió que su mensaje no llegó a todos. "Creo que mi actitud y la postura de nuestro partido no fue bien entendida en la comunidad hispana", dijo Romney.
Creo que los hispanos entendieron lo que Romney vendía, simplemente no querían comprarlo. Pero sea como sea, ahora que Romney no está en el panorama, muchos latinos no tienen problema en expresar su visión de que Obama no ha estado de su lado y de que ellos no están en su radar.
Los votantes latinos pueden cambiar las cosas si el candidato republicano es inteligente al dirigirse a ellos. De acuerdo con las encuestas, el número de latinos que se identifican y dicen que estar en la izquierda radical es muy pequeño. En una encuesta de agosto de 2012 el Pew Hispanic Center reveló que solo 30% de los hispanos son considerados "liberales" mientras que el 63% dicen ser ya sea "moderados" o "conservadores".
Aún así, un área en la que ninguno de los partidos ha sido muy inteligente es el tema crítico de la inmigración. Una razón por la que los latinos cada vez se sienten más ambivalentes sobre Obama y los demócratas es que en esta administración, el número de deportaciones de inmigrantes indocumentados podría alcanzar los 2 millones en 2014. Mientras, muchos republicanos siguen obstinados en oponerse a otorgar a los indocumentados un camino ganado al estatus legal y mimar a los defensores del nativismo generando ansiedad sobre la demografía cambiante del país.
Es cierto que a los latinos les preocupan otros temas más que la inmigración. De hecho, los tres temas de mayor preocupación para los votantes latinos normalmente son el empleo/la economía, la educación y la salud. Pero la inmigración también es un factor determinante, una prueba de laboratorio que les dice si pueden confiar en un candidato o en un partido determinado para tratar con ellos de manera justa y honesta otros temas.
Esos temas ahora incluyen el cierre del gobierno debido al plan Obamacare . Aunque ambos partidos son claramente culpables, las encuestas muestran que la mayoría de las personas culpa al Partido Republicano de esta debacle. La mayoría de los latinos apoyan el plan Obamacare, por lo que no van a ver con buenos ojos que el Partido Republicano proteste sobre un programa que los latinos ya apoyan. Es un poco temprano para decir cuál será el resultado, pero podría ser que el cierre solo sirva para mantener el declive de la imagen republicana en la comunidad latina.
El Partido Republicano ya estaba en un problema con los votantes latinos y este problema parece haberse agravado. Aún así, también es completamente posible que los latinos finalmente opten por hacer, durante el cierre, lo que ya habían contemplado cuando hubo un debate sobre la reforma inmigratoria, y culpen a ambos partidos.
No importa qué tan sobrecogedor sea el reto, los republicanos no deben darse por vencidos en sus intentos de atraer el apoyo latino. Han sucedido cosas más extrañas. Pero necesitan cambiar su plan de juego, hacer a un lado la intolerancia y comenzar a acercarse a los votantes para ofrecerles algo que no han obtenido de ambos partidos: honestidad y respeto.
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Rubén Navarrete.