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OPINIÓN: En protección a la naturaleza, México podría estar mejor

Las iniciativas propuestas en cuidado del medio ambiente son buenas, pero hace falta exigir su debido cumplimiento
vie 18 octubre 2013 09:19 AM
méxico
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Nota del editor: Omar Vidal es director general de México y el Arrecife Mesoamericano del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Jorge Rickards es director de conservación de México y el Arrecife Mesoamericano de WWF. Puedes seguir la cuenta de Twitter: @WWF_Mexico .

(CNNMéxico) — México es el cuarto país con mayor diversidad biológica y el segundo en diversidad de ecosistemas.

Con menos de 1% de la superficie del planeta, alberga 10% de las especies terrestres de fauna y flora, 1% de las cuales no existen en ninguno otro país. El  66% del territorio nacional (128 millones de hectáreas) está cubierto por bosques, según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés)

Como fue documentado en 2012 por 20 organizaciones de la sociedad civil, el agotamiento de los recursos naturales y la degradación ambiental le costaron al país 941,670 millones de pesos en 2007 (unos 84,000 millones de dólares).

La crisis ambiental se puede ilustrar así, de acuerdo con el Centro Mexicano de Derecho Ambiental: 

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  • 104 de 653 acuíferos están sobreexplotados y 75% de 718 cuencas hidrográficas están contaminadas.
  • El país perdió 34% de su cobertura original de bosques y selvas.
  • 2,557 de 81,540 especies y subespecies descritas para México están en riesgo.
  • El aumento de la flota vehicular, la falta de actualización de las normas que establecen los máximos permisibles de contaminantes para vehículos y el alto contenido de azufre en los combustibles, ocasionan la mala calidad del aire, que se asocia con la pérdida de 14,000 vidas/año

Durante las pasadas dos administraciones federales, México avanzó en temas ambientales de relevancia nacional, en particular la expansión y fortalecimiento de áreas naturales protegidas y la conservación de especies prioritarias.

De particular importancia son los instrumentos de política pública sobre cambio climático y el agua. En junio de 2012, el congreso mexicano publicó la ley general de cambio climático, que podría colocar al país a la vanguardia del combate al calentamiento global y que incluye compromisos importantes en la mitigación de gases de efecto invernadero. 

Consideramos que los desafíos que enfrenta México para alcanzar el desarrollo sustentable son en gran medida consecuencia de, en primer lugar, la falta de instrumentación de políticas multisectoriales que consideren los impactos ambientales de la agricultura, pesca, uso del agua, energía, transporte y turismo.

En segunda instancia, la ausencia de marcos legales apropiados y cabal cumplimiento de la ley, así como la falta de armonización en las políticas públicas, seguido del bajo nivel de inversiones públicas y privadas a largo plazo, la falta de valoración económica de los servicios ambientales, al igual que la limitada educación ambiental y participación ciudadana. 

Desde nuestro punto de vista, entre las acciones a tomar por parte de la nueva administración federal debe ser considerado lo siguiente:

  • La efectiva instrumentación y financiamiento de la ley general de cambio climático —sobre todo en el contexto de las reformas energética y fiscal— para eliminar los subsidios a combustibles fósiles e impulsar energías renovables; conservar los ecosistemas como estrategia central para adaptación al cambio climático, disminuir la vulnerabilidad y prevenir el riesgo de poblaciones humanas; e invertir en sistemas de alerta temprana para eventos hidrometeorológicos extremos.
  • Adecuada instrumentación del programa nacional de reservas de agua.
  • Estricto cumplimiento de la ley respetando los ordenamientos ecológicos territoriales en construcción de desarrollos turísticos y urbanos costeros.
  • Disminución de la deforestación y sobreexplotación pesquera.
  • Recuperación de especies amenazadas y en peligro de extinción.
  • Fortalecimiento de las comisiones nacionales de áreas naturales protegidas, forestal, de acuacultura y pesca, y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, para que cumplan con eficacia y transparencia sus funciones.

Estamos convencidos de que en el uso equitativo y sustentable de los inmensos recursos naturales de México yace la clave para una nación más resistente al cambio climático, pero también para un país más justo, más competitivo y mejor preparado para enfrentar los desafíos, así como para aprovechar las oportunidades de un mundo cambiante y globalizado.

El presidente Enrique Peña Nieto tiene la oportunidad de consolidar una política de Estado fundamentada en el aprovechamiento sustentable del capital natural del país, bajo los conceptos de justicia y equidad social, en particular para los más pobres y los pueblos indígenas. Tiene una oportunidad que no puede dejar pasar.

Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Omar Vidal y Jorge Rickards.

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