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La maldición de los 13 años se repite, Argentina devalúa

El analista Roberto Ruarte explica cómo el dólar puede alcanzar hasta los 16 pesos argentinos; la moneda argentina pasó de liberarse a una flotación sucia.
mar 22 diciembre 2015 06:05 AM
Unos 20 pesos argentinos y 100 dólares son sostenidos por una persona en un casa de cambio de Argentina (Foto: Getty Images)
Unos 20 pesos argentinos y 100 dólares son sostenidos por un

El pasado 16 de diciembre a las 18:00 hora local de Argentina, el ministro de Hacienda y Finanzas de la nación, Alfonso Prat Gay, anunció lo que era un secreto a voces: el inminente levantamiento del denominado cepo cambiario.

El dólar-peso oficial que cotizaba por debajo de 10 pesos al cierre de ese miércoles en cuestión, abrió al día siguiente en niveles de 13.75 pesos, lo que significó una devaluación de más del 30% en el dólar oficial de Argentina.

El dólar-peso argentino, que era controlado por el anterior gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, pasó a liberarse con el nuevo gobierno del presidente entrante Mauricio Macri, con una flotación sucia como el propio ministro se encargó de remarcar.

En realidad, Argentina tenía numerosos precios de dólar antes del 16 de diciembre, a saber: el dólar oficial con el que el Banco Central liquidaba importaciones y exportaciones; el dólar agro que recibían los exportadores de cereales que sería el dólar oficial menos una retención; el dólar ahorro para el público que tenía dos variantes (si uno lo dejaba en el banco no era el mismo precio; si uno lo retiraba tenía un recargo adicional); el dólar tarjeta: los consumos en el exterior de los argentinos con tarjetas de crédito se regía por un dólar oficial más un recargo; el dólar financiero que era legal llamado contado con liquidación que surgía de arbitrar acciones y bonos en dólares que cotizaban en el exterior, con las mismas acciones y bonos que cotizaban en pesos en Argentina; el dólar informal llamado azul o negro que cotizaban en lo que técnicamente se denominan “cuevas financieras” o lo que los turistas extranjeros veían en el microcentro de Buenos Aires llamados “arbolitos”, considerado dólar ilegal en la anterior administración. Así que había precio para todos los gustos y seguramente me he estado olvidando de algún tipo de dólar.

El ministro de Finanzas tomó como referencia para el nuevo dólar unificado oficial, el llamado contado con liquidación, es decir, el dólar financiero declarado legal por la justicia que surge del valor de comparar precios de bonos en dólares en el extranjero contra los mismos bonos en pesos en Argentina, o bien acciones muy líquidas cotizando en Nueva York en dólares, con los precios en pesos de la Bolsa local.

El dólar informal sigue aún existiendo debido a que la compra de dólares, si uno no está bancarizado, está limitado, pero la brecha entre uno y otro se ha reducido notoriamente.

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En la realidad para el dólar oficial, que es el que reciben los exportadores y el que liquidan los importadores, este cambio es una devaluación implícita del más de 30% entre los valores del 16 al 17 de diciembre.

Argentina es un país cíclico y ciclotímico, si los hay. Su ciclicidad con el dólar ha demostrado tener un intervalo muy claro de 13 años y en esta oportunidad no se pudo saltear la denominada “maldición de los 13 años”. Efectivamente, en 2002 Argentina también devaluó su moneda cuando entró en función el presidente Eduardo Duhalde, en 1989 ocurrió lo mismo con la salida del entonces presidente Raúl Alfonsín y en 1976 con el golpe militar que significó la salida de la presidente Isabel Martínez de Perón.

Esto nos recuerda el ciclo sexenal de México. De hecho, cuando México tenía crisis cada seis años 1982, 1988, 1994, en Argentina la devaluación de la moneda parecía reconocer ese intervalo con total precisión. Debido a esto es que la llamamos “la maldición del dólar de los 13 años”, que a su vez es un número importante de la serie de Fibonacci.

Ahora bien, la preocupación luego de esta devaluación que algunos en realidad toman como parte de la cristalización de las variables argentinas, son dos aspectos: la inflación y el futuro de la relación dólar-peso, habida cuenta de las limitadas reservas que tiene el Banco Central de la República Argentina para habilitar una flotación sucia.

Con respecto a la inflación, Argentina es uno de los países que tiene inflación por encima de dos dígitos con mediciones que van desde 15 al 26 %, dependiendo si la cifra es informada por el INDEC (organismo oficial de Estadísticas de Argentina) o por las consultoras privadas. Hay solo 10 países en el mundo con inflación arriba de los dos dígitos y solo cinco países, a saber: Venezuela, Irán, Sudán y Malasia además de Argentina, por encima del 20%.

El problema real es que muchos argentinos piensan en dólares, ven que el dólar devaluó y por ende se ven tentados a trasladarlo a precios y de ese modo puede empezar una carrera peligrosa, entre dólar y precios que solo puede ser controlada por altas tasas de interés.

El gobierno tiene la expectativa que los avances sean moderados, teniendo en cuenta que la economía argentina no pasa por su mejor momento y si los precios aumentan, el país puede entrar en un “stagflación”, es decir estancamiento con inflación, algo que ni los empresarios, ni el gobierno desean que ocurra y mucho menos la clase trabajadora.

Con respecto a la flotación sucia, los principales socios comerciales de Argentina son Brasil y China. Con un dólar ahora liberado, el desempeño del Real y del Yuan directamente afectará a la competitividad de Argentina. Por lo tanto, esas son las dos monedas que seguramente los operadores monitorearán a la hora de comprar y vender dólares.

En términos técnicos, el dólar tiene un gran soporte en 11.40-12.50 pesos y una resistencia muy importante en 15-16 pesos, dependiendo del dólar que tomemos: el oficial el valor más bajo y el informal el más alto.

Es difícil que el dólar pueda perforar esos soportes donde seguramente encontrará compra; mientras que superadas las resistencias de 15-16 es posible que se habilite una mayor depreciación del dólar- peso, con el fantasma de 2002 en donde el dólar se devaluó 30% inicialmente y luego pasó desde 1 a 4 pesos en apenas cinco meses. Esperamos que este no sea el caso, pero de cualquier manera arriba de 15-16 pesos habrá que andar con mucho cuidado.

*El autor es director/editor de Ruarte’s Reports y analista de Infosel.

Twitter: @RuarteReports

facebook.com/ruartereports

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