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OPINIÓN: Falta de confianza o el peso depreciado, ¿qué detiene a la inversión?

La inversión fija bruta en maquinaria y equipo presenta una desaceleración creciente en México desde agosto de 2015, en gran parte por la depreciación del tipo de cambio real.
mar 04 octubre 2016 07:00 AM
Las razones de la depreciación
Las razones de la depreciación Lo más grave sería que la depreciación real se deba a un cambio en el patrón de demanda internacional en detrimento de los bienes producidos en México.

Nota del editor: Marcelo Delajara es director del Programa de Crecimiento Económico y Mercado Laboral del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Las opiniones expresadas en esta columna son responsabilidad del autor.

(Expansión) — En días recientes ha circulado a través de las redes sociales un GIF con el billete de veinte pesos mexicanos y la leyenda “El nuevo billete de un dólar”. Parece divertido, pero la depreciación del peso frente al dólar dista de ser una mera cuestión de burla, o un inconveniente menor que solo afecta a los mexicanos ricos que van de compras a Estados Unidos. En el resto de este artículo presentamos algunos datos que parecen indicar que la depreciación real del peso ya desplazó a la confianza de los empresarios como el principal determinante de la inversión en capital físico de las empresas.

El tipo de cambio real mide el poder de compra que tiene el peso respecto a una canasta de monedas extranjeras (en la que el dólar tiene un peso importante), y por lo tanto mide la capacidad de las familias y empresas mexicanas para adquirir bienes en el extranjero. En épocas menos globalizadas, una depreciación real era bienvenida porque, al ser los bienes producidos en México relativamente más baratos, impulsaba las exportaciones. Pero en un contexto en el que las empresas mayoritariamente adquieren los bienes intermedios y de capital en el extranjero, la depreciación real implica que la inversión es más cara.

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De acuerdo a datos del INEGI, la inversión fija bruta en maquinaria y equipo presenta una desaceleración creciente en México desde agosto de 2015, dinámica que se asocia, principalmente, con el comportamiento del rubro de maquinaria y equipo importado. Entre esa fecha y junio de 2016, la inversión en este rubro pasó de crecer a una tasa anual de casi 10% a reducirse a un ritmo de 7%.

Consideramos que hay elementos para atribuir la desaceleración en la inversión de maquinaria y equipo importados a la depreciación del tipo de cambio real. La razón es que, si bien la inversión en maquinaria y equipo importado ha estado asociada a las variaciones tanto en el tipo de cambio real como en la confianza de los empresarios manufactureros, desde agosto de 2015 el vínculo se ha fortalecido con la primera variable y se ha roto completamente con la segunda.

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Hasta mayo de 2015, las fluctuaciones en la confianza y en la inversión fueron en la misma dirección. En ese periodo la relación entre inversión y variaciones en el tipo de cambio real es negativa pero relativamente débil, principalmente porque el tipo de cambio real se mantuvo muy estable (Gráfica 1). Sin embargo, entre mayo y agosto de 2015 la inversión se desacopla de ambos determinantes y, a partir de agosto, presenta una fuerte relación negativa con el alza en el tipo de cambio real y ninguna con la confianza empresarial, que muestra una recuperación en el mismo periodo.

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Así, durante el último año, el comportamiento de la inversión en maquinaria y equipo importado no se corresponde con la variación que ha tenido el índice de confianza empresarial del sector manufacturero y claramente se ha visto influida por la depreciación real del peso. Desde mayo de 2015 hasta junio de 2016 el tipo de cambio real se depreció un 23% con relación al valor promedio que presentó durante los dos años previos, es decir, el costo de los bienes importados se ha incrementado significativamente en términos reales.

Otro dato que parece apoyar esta conclusión es lo que se observa en el caso de la inversión bruta fija en el ramo de la construcción. En este rubro, en el que los costos están más relacionados a los precios de productos nacionales, las fluctuaciones en la inversión continuaron estando asociadas a la confianza de los empresarios constructores durante el último año (Gráfica 2).

Durante años, la estabilidad del tipo de cambio real y el bajo traslado a precios de las fluctuaciones en el tipo de cambio nominal nos llevaron a quitarle importancia a las depreciaciones reales temporarias del peso. Y ello con razón, si la depreciación no tiene efectos importantes sobre precios, el tipo de cambio nominal permite a la economía nacional amortiguar los choques financieros externos sobre la tasa de interés. Sin embargo, cuando la depreciación real es relativamente prolongada y ya muestra una tendencia, como es el caso actualmente, la parte real de la economía, la inversión bruta fija por ejemplo, empieza a resentirse.

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La pregunta final entonces es, ¿cuánto más y durante cuánto más tiempo se depreciará el peso en términos reales? La respuesta depende de cuáles son los factores detrás de la depreciación. Si ésta es especulativa y el factor más importante es la apreciación del dólar —lo más probable, dada la velocidad de la depreciación real— entonces la normalidad se restablecería pronto (cuando la Fed por fin suba su tasa de interés, o cuando se conozca al ganador de la elección estadounidense, etc.).

Lo más grave sería que la depreciación real se deba a un cambio en el patrón de demanda internacional en detrimento de los bienes producidos en México y a favor de los producidos por nuestros socios comerciales, por ejemplo EU. Esos cambios son más estructurales y tienen efectos más permanentes. Lamentablemente, los datos sobre exportaciones de los últimos 12 meses indican que ello podría estar sucediendo. La debilidad del comercio mundial llevó a una reducción de las exportaciones tanto de EU como de México, pero mientras que las exportaciones totales de EU se redujeron un 2% entre julio de 2015 y julio de 2016, las exportaciones no petroleras mexicanas lo hicieron en casi 8%. Así, la posibilidad de un choque real a nuestras exportaciones no puede ser descartada todavía.

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