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OPINIÓN: La revolución sexual que trajeron Carrie Fisher y George Michael

Ambas celebridades se convirtieron en vívidos recordatorios del poder de cada uno de nosotros de dar forma y volver a moldear nuestra propia identidad y expresión sexual.
dom 01 enero 2017 09:00 AM
Carrie Fisher
Carrie Fisher Su vestuario en 'La guerra de las galaxias', especialmente ese infame vestido dorado de "esclava" en el El Regreso del Jedi fue un retrógado paso en la objetivación femenina. (Foto: Ethan Miller/Getty Images)

Nota del editor: Sally Kohn es una activista, columnista y comentarista de televisión. Síguela en Twitter en @sallykohn. Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a su autor.

(CNN) - En el lapso de tres días, dos de los más grandes iconos del entretenimiento a nivel mundial partieron de este planeta. Pero George Michael y Carrie Fisher fueron más que artistas o celebridades icónicas. Fueron símbolos de la sexualidad, arquetipos de una sexualidad de finales del siglo XX que en ese momento desafiaron y redefinieron moldes para lo que sería el siglo XXI.

La primera película de la saga de La guerra de las galaxias fue estrenada en 1977, el año en que nací, y, junto a sus secuelas, ayudó a definir la cultura de mi generación.

Nuestro sentido del bien y el mal, la valentía y el miedo, así como la sensación de que podemos culpar a nuestros padres de nuestros problemas se puede remontar a la trilogía de La guerra de las galaxias, igual que nuestro sentido de la sexualidad.

Aunque vi otras películas con protagonismo femenino antes o después, no recuerdo a esas mujeres en la forma como sí lo hago con la princesa Leia. Era como si fuera la primera mujer sexy de la galaxia. Por varios años, todo lo que supe acerca de lo que significaba ser una "verdadera mujer" orbitaba cerca de Fisher.

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Realmente, ella estaba en un planeta intersticial en el siempre convulsionado sistema solar de la revolución sexual. Su vestuario en las películas clásicas de La guerra de las galaxias, especialmente ese infame vestido dorado de "esclava" en el El Regreso del Jedi fue un retrógado paso en la objetivación femenina. Incluso el más conservador vestido blanco que Fisher lució tenía su propia norma de género impuesta.

nullEn un libro, Fisher recordó que el director George Lucas le insistió a ella en no ponerse un sostén debajo del vestido blanco porque, como lo explicó él con cierta confianza, "no hay ropa interior en el espacio". Pero dejando algo de lado la ropa, el personaje de Fisher presagió la siguiente generación de fuertes y seguras mujeres que pelearían por sus derechos y, literal y metafóricamente, al lado y en condiciones de igualdad con los hombres. Luke pudo haber sido el Jedi, pero fue la princesa Leia quien le dio forma al verdadero jiu-jitsu socio-cultural de La guerra de las galaxias.

Si La guerra de las galaxias definió los primeros diez años de mi vida, Michael lo hizo con los siguientes diez. Muy tempranamente en mi juventud, probablemente no estaba segura de si quería ser Fisher o estar con ella, pero a los 12 años, cuando el éxito de George Michael Father Figure llegó a los primeros lugares de las listas y de mi torrente sanguíneo, definitivamente estaba segura de que quería ser como él: seguro, galante y super sexy.
Todavía me quedaba media docena de años lejos de descubrir mi propia sexualidad, pero al mirar el vaporoso video de Father Figure recuerdo haber pensado en que para tener mujeres como las que aparecían en ese clip, había que ser como George Michael.

Me compré una chaqueta de cuero como la suya y me puse demasiado gel en mi cabello. Parecía una ardilla adolescente.
Fui una devota y activa fanática durante mi adolescencia, sin nunca notar la neutralidad de género en la mayoría de sus letras. Pero definitivamente sí me di cuenta de que Michael era gay. Realmente no recuerdo mucho de mi niñez, pero sí tengo bien presente en donde yo estaba y qué estaba haciendo cuando lo vi salir del closet en televisión nacional durante una entrevista con CNN.

nullFue solo tres años después de que yo le dijera mi condición a mi familia y amigos durante el bachillerato y estaba empacando mis cosas en mi dormitorio de la universidad. Salió la noticia y me senté en la cama como si todo se hubiera accionado en ese lugar. Entendí la doble vida que había estado llevando y el doble significado que representaba para mí. Pero también, de repente, aquí estaba un icono, tal vez uno de los iconos, de la sexualidad masculina de mi generación, confesándose gay. Me sentí validada, vista e incluida en el mundo en un nivel profundo. Ya no estaba condenada a estar apartada del vaporoso video de Father Figure, era parte de él y de todos sus tramas secundarios, así como había estado el mismo Michael. Todos estábamos jugando roles distintos en la siempre cambiante interpretación de la sexualidad.

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De repente me di cuenta que yo podría ser tan sexy, tan atractiva para aquellas mujeres en ese video como Michael lo había sido. Fue un abre mentes para mí, así como lo fue indudablemente para millones en el mundo entero que de improviso supieron que este paradigmático Don Juan encantador de señoritas era un Don Juan gay.

Más recientemente, Fisher completó el círculo de la conciencia feminista que había comenzado la princesa Leia. Liberada de los limitantes vestidos de décadas atrás, cuando apareció en la última película de la saga La guerra de las galaxias, fue criticada, no obstante, por su cuerpo, cosa que no pasó con los hombres. Ellos envejecieron y se volvieron algo regordetes, pero a los hombres se les permite envejecer así como lucir ropa interior en el espacio, creo yo.

A través de tiempos inmemoriales, tanto en la tierra como en las galaxias muy lejanas, se ha dado siempre el caso de que las reglas que aplican a las mujeres no aplican para los hombres. Fisher enfrentó un vergonzoso ataque a su edad y su cuerpo que ninguno de sus compañeros hombres ha enfrentado.

La respuesta de Fisher tuvo la brillantez de un Jedi. Tuiteó sobre cómo (¡¡¡Ay Dios!!!) su cuerpo no había envejecido como su mente y luego añadió una despectiva palabrota que dio una idea de lo que le valía.

Añadió: "La juventud y la belleza no son logros, son temporales y felices derivados del tiempo y/o del ADN". Ni la juventud ni la belleza tienen que ver con el talento, pero, ¿cuándo las mujeres han sido juzgadas solamente por su talento? Especialmente en una industria como Hollywood, conocida por sus estándares sexistas contra las mujeres, las palabras de Fisher sonaron extraordinariamente fuertes.

Y a la joven actriz Daisy Ridley, quien interpretó a Rey en El Despertar de la Fuerza, Fisher le dio un consejo que realmente parecía estar dirigido a cada mujer en el universo: "Debes luchar por tu vestido". Al aclarar que de lo que estaba hablando iba más allá de la ropa, añadió: "No seas una esclava como yo lo fui".

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Michael y Fisher fueron unos innovadores artistas que se convirtieron iconos innovadores sociales, cada uno a su manera desafiando los arquetipos que alguna vez los encumbraron a la fama. Se convirtieron (eternamente lo serán) en vívidos recordatorios del poder de cada uno de nosotros de dar forma y volver a moldear nuestra propia identidad y expresión sexual. Técnicamente hablando, ninguno de ellos era Jedi, pero ayudaron a liberar los roles de género y la sexualidad para todos nosotros.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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