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OPINIÓN: Trump podría aprender mucho de Angela Merkel

A muchos otros políticos (y a nadie más que a Trump) les gusta hacer afirmaciones audaces, actuar rápido y pensar después. Pero no a a la canciller alemana.
vie 07 julio 2017 09:27 AM
Trump
Trump Hasta ahora, Donald Trump (a quien le encanta impresionar) ha mostrado poca disposición a la humildad que caracteriza a Merkel. (Foto: MATTHIAS SCHRADER/AFP)

Nota del editor: Matt Qvortrup escribió el libro Angela Merkel: Europe's Most Influential Leader, de la editorial Duckworth. Las opiniones expresadas en esta columna son exclusivas de su autor.

(CNN) — Angela Merkel podría enseñarle al presidente de Estados Unidos un par de cosas sobre diplomacia internacional.

Lee: G20 y Trump, una lista de desacuerdos

Corría el año de 2005 y el entonces primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, seguía siendo una superestrella política en el escenario internacional. Angela Merkel era líder de la oposición en Alemania; aunque subestimaban su talento para la política, estaba destinada a volverse líder de su país. Blair lo sabía y por eso se reunió con ella. Sin embargo, Merkel no cayó en los lugares comunes de la cortesía, sino que fue directamente al grano.

"Tengo 10 problemas", dijo Merkel, quien procedió a enumerarlos comenzando con su propia falta de carisma. Así es como Jonathan Powell, jefe de gabinete de Tony Blair, recuerda el primer encuentro con su homólogo británico.

Merkel se sintió honrada con la misión de ser canciller de Alemania, el cargo político de mayor poder en Europa. Y tuvo la humildad de pedirle consejo a Tony Blair.

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A Blair le dio mucho gusto ayudar; tener amigos en Berlín sería muy útil de cara a las negociaciones importantes sobre el presupuesto de la Unión Europea que se llevarían a cabo al año siguiente.

Blair accedió magnánimamente a que Thomas de Maizière, el jefe de gabinete de Angela Merkel, acompañara a su homólogo británico para que aprendiera el oficio. Blair pensó que había encontrado una amiga y una aliada. Sin embargo, esa alianza duró hasta la cumbre europea. Merkel fue más astuta que su homólogo británico, quien estaba furioso, pero no podía hacer nada. Todo se vale en el amor, en la guerra y en las cumbres de la Unión Europea.

nullOtros líderes también han aprendido que el encanto y la humildad arrolladora de Merkel no cuentan mucho en la mesa de negociación.

Hasta ahora, Donald Trump (a quien le encanta impresionar) ha mostrado poca disposición a la humildad. Aunque es aún menos experimentado que Merkel en ese entonces, no es probable que les pida consejo a los otros líderes.

Lee: Merkel desafía a Trump antes de cumbre del G-20

La canciller de Alemania siempre ha sido muy buena para escuchar. Cuando era ministra de Medioambiente y estaba negociando el acuerdo de Berlín para el clima, recurrió al diplomático indio Kamal Nath, quien la asesoró para lograr un acuerdo. Encontró coincidencias con los países asiáticos y las aprovechó para lograr un acuerdo que favoreciera a los despachos de ingeniería alemanes especializados en energías verdes.

A lo largo de su carrera política, la virtud de Merkel ha sido que oye los consejos de los demás y espera pacientemente a que haya indicios de avance. Esto significa que siempre ha sido capaz de lograr acuerdos que den "prioridad a Alemania".

En este sentido, sus prioridades no son tan diferentes a las de Donald Trump, solo que frau Merkel se presenta como internacionalista y luego logra acuerdos que benefician primero que nada a las empresas alemanas. A muchos otros políticos (y a nadie más que a Trump) les gusta hacer afirmaciones audaces, actuar rápido y pensar después. Pero no a Merkel.

Se sabe que los alemanes inventaron la palabra Merkeln para describir el estilo de negociación paciente, lento y casi perezoso de Angela Merkel… y no siempre es un cumplido. Sin embargo, ha demostrado su eficiencia como arma contra los machos desbordantes con los que Merkel ha lidiado como canciller de Alemania y como anfitriona de la actual cumbre del G20.

A lo largo del fin de semana , lo más probable es que Angela Merkel sea una anfitriona cortés, atenta y relajada. Así lidió con Blair, con varios primeros ministros de Grecia y con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tras la anexión de Crimea en 2014.

En todos estos casos, frau Merkel ha sido más astuta que sus oponentes varones que han dejado ver sus cartas demasiado pronto. Parte de esta estrategia surge de la preparación y la planificación meticulosa. En los días previos a la cumbre, mientras Trump sin duda esté publicando tuits sobre sus oponentes , Angela Merkel seguramente estará forjando alianzas y acuerdos.

Donald Trump podría aprender de su anfitriona alemana un par de cosas sobre estrategia.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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