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OPINIÓN: Líderes del mundo, presionen a Donald Trump en la ONU

Jen Psaki da algunos consejos a los líderes mundiales que estarán en la primera reunión de Trump en la ONU: que lo presionen en los temas de Corea del Norte, Irán y el cambio climático.
mar 19 septiembre 2017 09:45 AM
Ante líderes del mundo
Ante líderes del mundo El presidente estadounidense, Donald Trump, se dirige a la 72ª Asamblea General de la ONU en Nueva York el 19 de septiembre de 2017. (Foto: TIMOTHY A. CLARY/AFP)

Nota del editor: Jen Psaki es analista política de CNN. Fue directora de comunicaciones de la Casa Blanca y portavoz del Departamento de Estado durante la presidencia de Obama. Es vicepresidenta de Comunicaciones y Estrategia de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional. Síguela en Twitter: @jrpsaki . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

(CNN) — Año con año, las reuniones de la Asamblea General de la ONU son mitad " Modelo ONU " (casi todos los países del mundo envían a sus representantes a un puñado de hoteles en la ciudad de Nueva York) y parte cita diplomática rápida, en la que la pareja más codiciada es el presidente de Estados Unidos.

Este último propósito se intensifica el año en el que hay un nuevo presidente: la reunión de dos semanas se vuelve la primera oportunidad de hablar en persona con el nuevo líder del mundo libre.

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En 2009, la presencia de Barack Obama suscitó la misma expectación; Obama usó su discurso ante la Asamblea General para exhortar al mundo a unirse para combatir la amenaza del cambio climático. Este discurso sentó las bases para la labor diplomática que se llevó a cabo tras bambalinas en los años previos al acuerdo para el clima de París en 2016.

Otra vez, tras bambalinas, Estados Unidos ha usado a la Asamblea General de la ONU como telón de fondo de acciones diplomáticas significativas. Lo hizo en 2013, cuando Obama y el presidente de Irán, Hassan Rouhani, hablaron por teléfono por primera vez mientras este se dirigía al aeropuerto, y una vez más en 2014, cuando Estados Unidos anunció el apoyo a una coalición de 60 miembros y la primera ronda de ataques aéreos contra ISIS.

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Pero este año, está claro que, a nivel de liderazgo, simplemente no tenemos la capacidad ni el interés de ser el motor de la agenda mundial, como lo fuimos alguna vez. Ya no estamos en el mismo territorio que en 2016, cuando Obama centró su discurso en el rol de Estados Unidos como fuerza del bien.

nullLíderes mundiales, los necesitamos esta semana. Antes de seguir, es importante reiterar que aun en este periodo de la historia, Estados Unidos espera que mantengan la clase de relación de reciprocidad que han tenido con el presidente de Estados Unidos y su equipo desde hace décadas, en las buenas y en las malas.

Como estadounidenses sabemos que es difícil entender el pensamiento y la estrategia de nuestro presidente. Pero no deberían dedicarle mucho tiempo a tratar de entenderlo. El secreto es que a veces parece que no hay estrategia.

Sin embargo, es importante recordar que Trump responde a dos cosas: la primera es la fuerza y la segunda es la negociación. Tienen que hablar con Trump sobre cómo la toma de decisiones afectará tanto a su popularidad como a su fuerza.

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También ha demostrado que respeta y valora las recomendaciones de las fuerzas armadas. Ha mostrado deferencia al secretario de Defensa, Jim Mattis, y a las recomendaciones de su equipo.

El secretario de Estado, Rex Tillerson, no ha mostrado interés en dedicar tanto tiempo como sus predecesores a negociar o a ponerse en contacto activamente con el resto del mundo. Sin embargo, ha demostrado que es una voz de la razón en algunos asuntos clave, tales como el acuerdo para el clima de París y la necesidad de asumir un enfoque diplomático en el tema de Corea del Norte. Es difícil saber, desde afuera, cuánta influencia interna tiene, pero en él, líderes mundiales, pueden encontrar una caja de resonancia útil.

Además, hay algunos temas en los que deberían centrar su atención, porque están presentes en los debates que se llevan a cabo en Estados Unidos.

Primero, Corea del Norte

No cabe duda de que este será un tema central del discurso de Trump el martes 19 de septiembre (y que lo tendrá en mente en las reuniones privadas). Desafortunadamente, Corea del Norte ha brindado la mejor oportunidad para que Trump y su equipo hagan una exhibición de lo que consideran fuerza a través de un discurso incendiario.

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Como saben bien, la acción militar nunca ha estado fuera de discusión, pero tampoco ha sido la opción preferida. Estamos en un punto en el que necesitamos saber exactamente cuál es el plan de la presidencia de Trump tras bambalinas. Nos sería útil que nos ayudaran a extraer esa información. ¿Cuál es la vía diplomática en la que la amenaza militar está influyendo? ¿Trump entiende que China tiene objetivos diferentes a los de Estados Unidos? ¿Cuál es el plan para "el día siguiente" si opta por la acción militar?

Finalmente, les recomendaría que le reiteraran a Trump que saben que las fuerzas armadas estadounidenses son las mejores del mundo, pero que las consecuencias y los efectos de la acción militar podrían afectar la percepción que se tiene de su liderazgo y su capacidad de lograr que las cosas se hagan.

En segundo lugar, el tratado con Irán

Aunque Trump decidió a principios de septiembre que continuarán las excepciones a las sanciones como parte del tratado nuclear de 2015, su equipo podría negarse a certificar el cumplimiento de las condiciones en octubre, con lo que la cuestión volvería a estar en manos del Congreso estadounidense.

Trump tiene que oír que aunque esta maniobra pasiva parezca correcta en la superficie, la comunidad internacional ya sabe qué se trae entre manos. Lo culparán cuando el régimen de sanciones se desmorone e Irán esté en condiciones, una vez más, de tomar medidas para adquirir un arma nuclear sin que la comunidad mundial lo sepa.

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Los líderes del mundo pueden y deberían reconocer que el acuerdo no es perfecto, pero también reiterar, tras haber dedicado años a las negociaciones, que no hay otro acuerdo mejor. Las consecuencias de que el acuerdo se caiga equivaldrían a una gran crisis para el resto de su presidencia.

En tercer lugar, el acuerdo para el clima de París

Como saben, en el gobierno estadounidense hay muchos defensores del acuerdo y, como no es un acuerdo vinculante, el acuerdo no se ha deshecho pese a que Trump anunció que retiraría a Estados Unidos. Sin embargo, vale la pena explicarle que su decisión le abrió la puerta a China para que cree una alianza más cercana con la Unión Europea, cosa que China ha querido hacer desde hace tiempo.

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En vez de quedar en una posición de fuerza, la decisión de salirse del acuerdo para el clima sacó a Trump y a su equipo de la mesa de negociación, con lo que Estados Unidos quedó como un ente ajeno y no como una potencia mundial encabezada por un presidente que marca la pauta.

Si sobra tiempo, los derechos humanos

Tristemente, la promoción de los derechos humanos y de la libertad de prensa en todo el mundo no será prioridad en la lista de muchos de ustedes durante su visita, pero hay una oportunidad para hablar de ellos, particularmente porque la prensa estadounidense estará receptiva dado que este gobierno prácticamente ha callado. Ser la voz en estos temas, en un momento en el que el presidente de Estados Unidos calla, podría servir para dar prominencia a su propia voz en el escenario mundial.

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En conclusión, sean valientes. En cuestiones internacionales, Trump usualmente ladra, pero no muerde.

La Asamblea General de la ONU también se lleva a cabo en un momento crucial para tomar decisiones respecto a Corea del Norte e Irán, específicamente. Varios de los funcionarios de ambos partidos preferirían que el tratado con Irán no se caiga y que no haya guerra con Corea del Norte. Agradeceríamos su ayuda para promover enfoques sensatos en la presidencia.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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