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La educación financiera es para todos

En México debemos promover la educación financiera y debería ser asignatura en los planes de estudio, considera Mauricio Hubard.
vie 05 marzo 2021 12:11 AM

(Expansión) - “Compra solamente lo necesario, no lo conveniente. Lo innecesario, aunque cueste un céntimo, es caro”: Séneca.

Cuando el hombre se vio en la necesidad de dividir las actividades para sobrevivir, surgió el trueque. Básicamente es el intercambio de productos, por ejemplo, pieles de animales para protegerse del frío, por alimentos; fue el principio del comercio en su forma más básica.

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Tiempo después, con el avance de algunas civilizaciones, se dio un valor especial a metales preciosos, como el oro o la plata, los que se usaron para el intercambio de dichas mercancías; con esto, surge el intercambio de mercancías por algo más que la mercancía misma, fue el fin del trueque como tal.

Con el tiempo se vio la necesidad de poder dividir estos metales preciosos en lo que fueron las primeras monedas, las que se acuñaban y se les daba un valor común para todos, fue el surgimiento del dinero.

Fue el primer instrumento financiero, fácil de transportar, y reconocido por diferentes pueblos a fin de realizar su comercio.

En la época actual se cuentan con diversos productos financieros que han permitido un desarrollo de las economías, que cubren diferentes necesidades del ser humano, de las empresas y naciones.

Es una realidad que todos hacemos uso del dinero, sin importar la situación económica de cada uno, y con esto, de otros productos básicos como tarjetas de débito o crédito, cuentas de ahorro, seguros y ahora hasta pagos digitales; si bien no toda la población tiene acceso a los segundos, la inclusión financiera va tomando un lugar cada día. Son productos que benefician a quien los utiliza, que les ayudan a tener una mejor actividad productiva, cuidar su patrimonio, acceder a bienes y servicios que de otra manera no tendrían acceso.

Un tema de gran importancia es la educación financiera. Esta no aplica únicamente para las clases socioeconómicas más bajas, en realidad, y por su relevancia, debería ser para todos.

En muchos países como Canadá, Noruega, Alemania, entre muchos otros, hay materias de educación financiera dentro de las materias que se imparten en los colegios, esto debido a la importancia que le dan a la materia en el futuro de los jóvenes para su vida.

Pensemos cada uno desde qué edad utilizamos el dinero o vimos a nuestros papás y familia hacerlo. Piensen ahora, si alguna vez tuvieron una educación financiera básica, y si fue así, a qué edad y por qué medio.

Hay elementos básicos de una educación financiera de calidad:

1. Realizar un presupuesto personal o familiar, que permita entender claramente cuáles son los ingresos con los que se cuentan, y cada cuando se reciben esos ingresos.

También, los gastos que genera la operación de nuestra vida, personal o familiar, entre los generales y básicos, pago de renta o hipoteca, servicio eléctrico, de gas, alimentos, educación, televisión, internet, telefonía, vestimenta, esparcimiento, salud, seguros, transporte, etcétera.

De igual manera que con los ingresos, saber cada cuándo se pagan estos gastos, la periodicidad.

Una vez hechas estas listas, comparar los ingresos contra los gastos, entender si nos alcanzan los primeros para cubrir los segundos, si necesitamos guardar el dinero por algunos días a fin de cuadrar el flujo de efectivo, a fin de poder pagar los gastos en tiempo.

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Inclusión financiera, el nuevo horizonte de la banca | Expansión Live

2. Buscar tener acceso a créditos que nos permiten disponer de dinero hoy con el compromiso de pagarlo en el tiempo. Pero de igual manera que es un producto de gran utilidad, implica un problema para quien no lo utiliza adecuadamente.

Se deben incluir los pagos a los que nos compromete el crédito en el presupuesto mensual. El buen uso del crédito abre las puertas a continuar disfrutando de este servicio en el tiempo, de lo contrario, nos cierra las puertas a créditos en el futuro.

Hay diferentes tipos de créditos, los más comunes son: consumo, hipotecario, nómina, para actividad productiva, tarjetas de crédito. Entender que el uso de estos nos genera intereses y comisiones, es decir, vamos a pagar más del monto que usamos.

3. Uso de cuentas de débito, a fin de depositar nuestro dinero en estas y no tener efectivo, normalmente van acompañadas de una tarjeta que nos permite acceder a nuestro dinero en cajeros o negocios que reciben pagos electrónicos.

4. Seguros, estos nos protegen de imprevistos y nos ayudan a cuidar nuestro patrimonio; por ejemplo, los de gastos médicos, de vida, de casa y su contenido, coches.

5. Inversiones, para ahorrar y ganar un rendimiento, ya sea fijo o variable. Hay planes de corto y largo plazo, por ejemplo en cetes o en fondos de inversión; estos implican disciplina y entender para qué buscamos el ahorro; por ejemplo, el enganche de una casa, o para el retiro.

Parecen cosas muy obvias, pero el porcentaje de la población que no utiliza bien sus créditos, que gasta más de lo que gana, que no ahorra, es altísimo.

En México debemos promover la educación financiera y debería ser asignatura en los planes de estudio; las empresas financieras debemos asumirla como una forma de apoyar a sus clientes a manejar mejor su patrimonio y tomar decisiones de forma informada.

La educación financiera es para todos y debemos promoverla en familia.

Nota del editor: Mauricio Hubard es Fundador y Presidente de Juntos Financiera , estudió Relaciones Industriales en la Universidad Anáhuac del Sur, graduado de la escuela de Negocios de Harvard (Harvard Business School) en la maestría ejecutiva “Owners, President Management Program, OPM “ en la generación 34, es miembro activo del Harvard Alumni Association, ha tomado diversos cursos en esta escuela relacionados con Microfinanzas, Gobierno Corporativo, entre otros; Desarrollo de Instituciones Financieras en el JFK School of Goverment de Harvard, también de Responsabilidad Social de las Empresas por la Universidad de Stanford y el ESADE de Barcelona. Escríbele a hubardm@gmail.com. Síguelo en su cuenta de Twitter . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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