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Acicate energético

Un mercado energético, sin una definición de misión, dentro de 10 años estará destinado a ser parte de la codependencia mundial energética, señala Ramses Pech.
mié 03 marzo 2021 01:00 AM

(Expansión) - Cada administración en México ha caído en tentaciones energéticas, un ciclo repetitivo de nuestra política.

En nuestro país hemos tenido por muchos años la tentación del poder, que podría cambiar si entendemos que el fin único “es saber cómo utilizar la energía para cada una de nuestras actividades”. Entendamos que podemos tener el placer de tomar las energías primarias de forma ordenada, con un mínimo costo de parte de la inversión pública, y siendo la parte privada la que aporte acceso a tecnología, capacitación, salarios y proyectos de largo plazo.

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El negocio ha sido por muchos años la comercialización del crudo para ser usado en su mayoría para ser transformado en portador de energía, como los combustibles para el transporte. Ahora, el primer mensaje que nos da el mercado regionalizado entre Canadá, Estados Unidos y México, es que el gas natural será la polémica, la discordia y el peso específico sobre el crecimiento de una nación.

¿Por qué? Todas nuestras actividades necesitan electricidad: hogares, comercios, industria, y dentro de poco en su mayoría en el transporte.

Del año 2030 al 2060, el negocio del gas natural será un hecho, y el que tenga su propia producción cubierta o más del 70%, no será codependiente de otro país. Este mercado es regionalizado y el gas natural licuado sustituirá en volumen en el transporte mundial al crudo en 2040.

En Estados Unidos existen corporaciones sin fines de lucro que administran el suministro y distribución de energía eléctrica, entre las que está el Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas (ERCOT). Programa la entrega de energía en una red eléctrica conectada por más de 74,400 km (México 109,000) de líneas de transmisión y alrededor de 700 unidades de generación (México 524). Texas tiene una demanda en promedio de alrededor de 40,000 MW por hora (México 38,000), y es producida con gas natural el 45% del total de demanda (México 60%).

El estado comparado con nuestro país tiene una mayor respuesta y una mejor coordinación. Enfatizo estado contra país (Estados Unidos consume entre 400,000 y 450,000 MW en promedio).

Hemos caído en la trampa energética de nuevo y no nos damos cuenta. Debemos catalogarla con las icónicas tentaciones en el mercado:

Tener: Hacer lo que sea necesario para controlar la energía, sin permitir que otros puedan arriesgar, limitando a poseer tecnología, dinero, y crecimiento en la infraestructura.

Placer: Tener la gula de tomar de las energías primarias más de lo necesario, en función de tener un balance de cuánto, cómo y dónde se utiliza. Tomar en forma exagerada sin un fin crea un vacío en el futuro.

Poder: Creer que el control de la naturaleza lo tienen las leyes, las normas, y las regulaciones realizadas, cuando ella es la que decide. El poder no es significado de control, deberá definir la capacidad de adaptar, entender y tener una misión de cómo deberá usar las energías primarias para su transformación por medio de tecnología, dinero y avances.

Un mercado energético de una nación, sin una definición con un plan bajo una misión, dentro de 10 años estará destinada a ser parte de la codependencia mundial energética.

El objetivo será poder tener un desarrollo económico y después planear un crecimiento dentro del mercado mundial que existe entre las naciones. Pero sin energía, el placer de ser competitivos nunca existirá al no haber un acuerdo entre las partes.

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Actualmente se están dando los primeros pasos, pero no los suficientes, como la inauguración del centro de almacenamiento en Veracruz de petrolíferos, donde la secretaria de Energía comentó: “Valero es la que va a surtir de combustibles a esta terminal, pues nos da seguridad, es una empresa seria, tiene refinerías en Texas”. Esto significa que estamos dejando de liberarnos de la tentación de que el Estado arriesgue y permita que otros lo hagan. Esperemos que sí, por el bien en el largo plazo para la nación.

La Auditoría Superior de la Federación indica que hay una diferencia por la cancelación de una obra por 331,000 millones de pesos. Este dinero representa un monto que no fue empleado para poseer materias primas, y en función de un poder dejamos de tener placer energético. Con el 10% de esta cantidad podríamos disminuir entre un 40 a un 50% la codependencia del gas natural al realizar actividades en la Cuenca de Burgos para la extracción de gas seco en cuencas convencionales.

No caigamos en la tentación del poder, sin tener placer y dejemos de poseer lo que realmente necesitamos para poder evolucionar en el planeta. Todo aquel que crea que el cambio climático no existe tendrá problemas para poder mantener su economía, esto sucederá si no adapta su misión para entender cuánto deberá tomar de la naturaleza.

Nota del editor: Ramses Pech es analista de la industria de energía y economía. Es socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects. Síguelo en Twitter y/o en LinkedIn . Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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