(Expansión) - Durante el primer trimestre del año el consumo masivo creció +6.7% en volumen; sin embargo, ya no se observó la dinámica de crecimiento a doble dígito que vivimos a partir de marzo 2020.
Existen diversos planteamientos sobre la dinámica del resto del año. Por un lado, están quienes apuestan a un sólido crecimiento impulsado por la recuperación de sectores afectados como el de servicios, el consumo on the go y el de canastas como la de belleza y cuidado personal, por ejemplo.
Por el contrario, están quienes sostienen que el efecto de crisis económica predominará; por lo que la recuperación será lenta y dolorosa. ¿Cuál de estos dos escenarios es el más probable?
Podemos anticipar lo que podría suceder a través de la lectura de los hábitos actuales de compra y movilidad, así como de algunas variables económicas que impactan en el bolsillo del consumidor como la inflación, el empleo y el crédito al consumo.
La gente está volviendo a las calles, pero aún estamos lejos de retornar a la llamada “normalidad”. A partir de datos de compra sabemos que el comportamiento de confinamiento se mantiene. Lo anterior pese a haber transcurrido 13 meses desde el inicio de la pandemia y estar en plena segunda etapa de vacunación (adultos de 50 a 59 años).
De lo anterior resulta que la compra de categorías de consumo para el hogar, así como los canales y misiones de abastecimiento se mantienen creciendo; mientras que los canales de cercanía y el gasto en consumo fuera del hogar continúan con una dinámica negativa.
Además, con datos del informe de movilidad ante el COVID-19 de Google, el canal de ocio mantiene un tráfico de -15%, parques -26%, estaciones de transporte -20% y lugares de trabajo -14%; el Supermercado es de los pocos puntos de tráfico que crece de manera consistente.
En resumen, la compra y la movilidad, más allá de las restricciones que cada vez son menos, siguen estando marcadas por el confinamiento y las nuevas costumbres de relacionamiento, trabajo, movilidad y esparcimiento que hemos adoptado.
Según el último reporte disponible del INEGI, la inflación se situó en un nivel de 6.08% anual en abril. El incremento se debió principalmente al componente no subyacente (+12.3%) que contabiliza productos agrícolas y combustibles, entre otros; sin embargo, también el rubro de mercancías y alimentos se ha encarecido en el año.
Este incremento en los precios, aunado a la problemática del empleo, puede limitar la capacidad del gasto del hogar. Al primer trimestre de 2021 se han creado apenas poco más de 250,000 empleos ante el IMSS.
Además, impulsar el sector de servicios es clave, pues representa el 63% de la población ocupada y es uno que continúa siendo duramente golpeado por la pandemia y cuya dinámica se encuentra en entredicho por los nuevos hábitos del consumidor como, por ejemplo, el mantener buena parte del consumo en casa y el entretenimiento remoto y digital.
Por último, independientemente a la recuperación del empleo, que será progresiva, esto no significa que el consumidor vuelva a su nivel de gasto previo, pues hoy México vive un entorno de más deuda y menos crédito que harán que el hogar priorice sus gastos.
Para febrero, el crédito al consumo cayó -13.6%, viéndose afectados varios rubros como lo son los créditos personales, las tarjetas de crédito, los créditos de nómina y a las empresas, afectando la capacidad de financiamiento de las empresas pequeñas y medianas.
Recordemos que el crédito es un elemento importante en el crecimiento económico del país al favorecer el apalancamiento de empresas y hogares para producir y consumir.
Conforme avanza el semáforo epidemiológico y la vacunación en el país podremos entender realmente cuál va a ser el escenario post COVID19 del que tanto se ha escrito. Al día de hoy, con la mayor parte de los estados en verde o amarillo, aún no podemos tener un entendimiento claro del futuro del consumo en México. El cambio del semáforo en la CDMX es clave por la concentración poblacional y el peso económico que esta entidad representa.
Más allá de pensar en escenarios de crecimiento sólido o de lenta recuperación generalizada, lo importante es entender que el consumidor, como siempre lo hace, priorizará su consumo y buscará hacer rendir su dinero entre diversos rubros como alimentación, cuidado personal, servicios, ropa y calzado, educación y transporte.
Lo anterior, en un entorno que puede ser más o menos positivo dependiendo de la presión inflacionaria, del crédito al consumo y de la movilidad que alcancemos en los próximos meses.
Nota del editor: Juan Carlos Jouve es Director de Servicio al Cliente de la División Worldpanel de Kantar México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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