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Agricultura mexicana vs agricultura 4.0: una brecha por cerrar

Las tecnologías de frontera como el internet de las cosas, drones y big data son elementos que tienen una aplicación directa en el sector de los agronegocios, señala Eduardo Durazo Watanabe.
vie 18 junio 2021 12:00 AM

(Expansión) - Uno de los sectores que no ha parado su dinámica a pesar de los embates del COVID-19 es el de la producción primaria. Sus trabajadores fueron considerados como parte de la infraestructura crítica esencial en todos los países. La generación de alimentos e insumos que provee el sector agrícola son indispensables para la subsistencia humana, por lo que detenerlo no es ni será una alternativa viable.

Sin embargo, la evolución del sector agropecuario es un tema no resuelto dada la naturaleza tan heterogénea de la industria. El rango puede ir desde la denominada agricultura 4.0 con todo el uso de la tecnología más avanzada en la actualidad hasta la agricultura de temporal, que en México representa alrededor de tres cuartas partes de la superficie total sembrada.

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Uno de los factores más importantes a considerar es el cambio climático. La variación dramática de las temperaturas ha venido a representar un reto mayúsculo, sobre todo a la superficie sembrada que no cuenta con algún tipo de control sobre sus procesos.

Este elemento ha venido también a afectar uno de los elementos cruciales del proceso: el acceso a fuentes de agua. El estrés hídrico ya es una crisis en diversas regiones del país y a pesar de que existen tecnologías que permiten el uso de agua regenerada para fines agrícolas, la inversión en muchos casos es cuantiosa y los tomadores de decisiones no siempre son sensibles a las consecuencias de no contar con una fuente constante y segura de abastecimiento de agua.

Las empresas con capacidad financiera tienen a su disposición un sinnúmero de tecnologías de las que pueden echar mano para optimizar sus rendimientos: invernaderos, sistemas de riego controlado, sensores, RFID’s, entre muchos otros que les permiten, por medio de la digitalización, planear, controlar y predecir a lo largo del proceso de la cadena de valor.

Es así que las tecnologías de frontera como el internet de las cosas (IoT), los drones, el aprendizaje máquina y el big data son elementos que tienen una aplicación directa en el sector de los agronegocios. Es así que la información es el complemento necesario a la intuición o la experiencia en la toma de decisiones.

Otra tendencia importante es la Inteligencia de Negocios o Business Intelligence (BI) que nos permite generar sistemas de datos que a través del análisis se traducen en información relevante de negocios y que tiene un impacto positivo en el crecimiento de las empresas que lo integran.

Las herramientas del BI propician la optimización de las áreas de negocio, desde departamentos internos como las ventas, los niveles de producción, gestión de recursos y gastos, hasta el análisis comercial de los competidores, el mercado y sus tendencias.

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La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas

Al recabar la información se pueden generar reportes según las necesidades de la organización y formular las estrategias y acciones más asertivas para el logro de los objetivos. De esta forma, generar una alianza entre innovación y tradición representa una ventana de oportunidad para el crecimiento de la producción, la especialización y la competitividad del agro mexicano.

La tecnología de frontera ha sido vista como un costo que debería evitarse en las PYMES puesto que pesan mucho los elevados precios que implica adquirir o desarrollar este tipo de herramientas. Mas no se ha considerado que, gracias al desarrollo tecnológico, cada vez son más accesibles y deben verse como una inversión para promover la eficiencia y el desarrollo empresarial.

Sin embargo, queda claro que este escenario de tecnificación no puede construirse desde un solo actor del proceso. El sector público debe invertir decisivamente en generar la información adecuada a nivel macro que sirva como punto de partida para caracterizar a nivel micro las variables más críticas que se traduzcan en un mayor rendimiento de los cultivos.

La academia tiene también un rol sumamente importante en capacitar y habilitar mediante el análisis de la información a los productores, de tal forma que aporte en la planeación estratégica, pero también en la toma de decisiones de la operación cotidiana.

Un viraje al uso de estas herramientas permitirá una industria más competente y resiliente, con innovaciones como la vigilancia más precisa de cultivos en tiempo real por medio del Big Data, un mejor control a través de la automatización de procesos, la detección anticipada de plagas reduciendo el riesgo de una pérdida de cultivo, entre muchas otras ventajas que pueden llevar a la agricultura mexicana en su conjunto a competir con éxito a nivel global.

Nota del editor: Eduardo Durazo Watanabe labora en el Centro de Estudios Vitivinícolas de Baja California, CETYS Universidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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