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Empleo y salarios. La precarización persistirá

Un año y medio después de iniciada la novela negra del COVID-19, el salario promedio en México sigue bastante deprimido, señala Jonathán Torres.
mar 03 agosto 2021 12:02 AM

(Expansión) - La precarización salarial ya es tradición. El sueldo promedio mensual de los trabajadores registrados en el IMSS en febrero de 2020 era de 11,929 pesos. Para diciembre se ubicó en 12,648. Al cierre de junio de 2021, se cotizó en 12,960 pesos. Y las expectativas no son nada alentadoras: junto con salarios castigados viene más informalidad, menos beneficios, más vulnerabilidad.

Un año y medio después de iniciada la novela negra del COVID-19, el salario promedio en México sigue bastante deprimido y, en el corto plazo, no se espera ni siquiera una leve mejoría. Todo lo contrario.

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De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2020, 9 de cada 10 hogares mexicanos tuvieron una disminución significativa del ingreso; es decir, su ingreso corriente trimestral pasó de 53,418 pesos en 2018 a 50,309 pesos en 2020 (los cuales incluyen percepciones laborales, rentas, transferencias, entre otros).

La fragilidad se expresa de diferentes formas. La generación de empleo, también lenta, se caracteriza a través de ofertas salariales más bajas, con menos o nulos beneficios, castigando la seguridad social y, en contraste, exigiendo más y mejores habilidades y competencias.

Según datos del IMSS, febrero de 2021 ha sido el mes en el que se han generado más empleos formales: 115,287; al cierre de junio, se registraron 401,648 (el resto del reparto fue así: enero, 47,919; marzo, 88,771; abril, 44,774; mayo, 38,961; junio, 65,936). En pocas palabras, lo que nos dicen los datos es que la generación de empleos no empata con el optimismo de la llamada cuarta transformación.

Hay más datos fríos: al cierre de junio de 2021, consigna un reporte de Manpower, había 20 millones 175,380 trabajadores asegurados en el IMSS; mientras que para el mismo periodo se contabilizaron 30 millones 498,497 trabajadores en la informalidad laboral.

En estos momentos, en buena parte de las áreas de Recursos Humanos de las empresas hay mucho alboroto para adaptarse a las condiciones económicas y a las nuevas políticas regulatorias. La historia en cada organización es distinta pero, en términos generales, la reestructuración en sus nóminas ha derivado en renegociaciones contractuales en las que las partes han tenido que sacrificar algo; nadie puede levantar el puño en señal de victoria.

La receta no es la misma para todas las empresas. Algunas ya cubrieron el pago que tenían pendiente con sus trabajadores, después de sostener salarios recortados. La política del fondo de ahorro, en la que la empresa aportaba una cantidad a favor del empleado, permanece suspendida. Beneficios, como el pago de gasolina, no están considerados. El golpe se ha dado en el diseño de la compensación variable (el bono de productividad). Las pocas buenas noticias pueden venir en una de las prestaciones obligatorias: el pago del PTU (utilidades), en caso -claro- de que las haya.

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Médicos continúan su labor en este hospital a pesar de su "salario de hambre"

En contraste, Aon México proyecta un crecimiento en sueldos de personal no sindicalizado (que va desde administrativo hasta ejecutivo) de 4.7% para el cierre de 2021 y, para 2022, calcula un alza de 5.1%; para sindicalizados observa un crecimiento de 5.1% en salarios y 0.9% en prestaciones para 2021 y, para el año próximo, un alza de 4.8% y de 1.1%.

Si bien se ha declarado una prórroga para que entren en vigor las reformas en materia de outsourcing (1 de septiembre), lo cierto es que muchas empresas siguen corriendo los riesgos de mantener los dedos en la puerta aún para las próximas semanas, lo que podría llevarlas a operar en la ilegalidad. Sea por desconocimiento, por falta de dinero, por la dificultad para registrarse en las interfaces del Infonavit y el IMSS, por lo que sea, muchas empresas mantienen en vilo su relación con sus equipos de trabajo.

No cumplir con los tiempos es un escenario para muchas empresas, como lo es también establecer una política de pago a través de recibos de honorarios dejando en sus colaboradores la obligación de cumplir con sus obligaciones fiscales, pero sobre todo burlar cualquier contribución a la seguridad social en beneficio de sus propios colaboradores.

La recuperación tardará. Más de lo esperado. La precarización salarial continuará y será hasta 2023 cuando veamos señales de mejora. Aguantemos la respiración.

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“Las empresas están siendo muy cautelosas antes de quitar prestaciones. No es una prevalencia. Están buscando una armonización”, sostiene Rocío Hernández, directora de Consultoría en Talento y Compensación de Aon México. “Con pandemia o sin ella, seguimos en un mundo de competitividad por el talento, de tal forma que si le quitas al colaborador un fondo de ahorro, lo reclamará y, eventualmente, la empresa perderá imagen y competitividad”.

Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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