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Cuidar el ánimo de los colaboradores en la operación y modelo de negocio

Los cambios en el contexto laboral derivados del COVID-19 son una oportunidad para las organizaciones para fortalecer sus procesos de gestión de capital humano, considera Fernanda Zenizo.
mar 17 agosto 2021 05:00 AM

(Expansión) - El COVID-19 ha sido el gran influenciador de los últimos 18 meses que ha impactado y nos ha orillado a adoptar un nuevo estilo de vida y hasta de trabajo. En las empresas ni un rol, ni el asesor o consultor externo, ni el directivo más influyente de una organización había tenido tanto peso en este tema que los efectos que los que se han visto por esta pandemia y del que muchas entidades han sabido capitalizar y sacar el máximo provecho, no sólo en términos de negocio, sino también para mejorar y madurar internamente con sus colaboradores, que es lo más valioso que tienen.

Ya ha sido ampliamente abordado, por expertos y directivos de diversas áreas y sectores, que el contar con las herramientas más sofisticadas o sacar aún más provecho de las que ya teníamos adoptadas no es suficiente para entrar de lleno a la transformación tecnológica que desde hace tiempo debió y seguirá siendo considerada como algo relevante para cualquier organización; que la tecnología es sólo un componente de esta adopción y que a esto hay que agregar el ingrediente del factor humano, tanto de los clientes, proveedores y, principalmente, los colaboradores.

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Respecto a estos últimos, el factor de que hayan tenido (y que siga siendo así) las herramientas necesarias para realizar su labor diaria adecuándose a las circunstancias a las que la actual contingencia nos orilló, es y seguirá siendo de vital importancia.

Ante un regreso a las oficinas cada vez más cercano -todavía entre el estire y afloje por el contexto actual de la pandemia- diversas empresas, de acuerdo con sus posibilidades y necesidades, están apostando por el esquema híbrido en el que deben garantizar las condiciones laborales ideales para que los colaboradores desempeñen su trabajo de forma adecuada y a su vez se sientan cómodos y seguros trabajando desde casa o en la oficina.

Por esto, la atención se ha dirigido a ajustar o crear políticas y lineamientos que ayuden a mejorar las condiciones del trabajo en casa y en oficina, sobre todo para fortalecer su estabilidad emocional, mental y física ante un contexto que para muchos ha resultado agobiante y estresante en muchos sentidos, lo cual puede derivar en afectaciones de salud y psicosociales.

Ya sea para trabajar de manera remota o híbrida, tener los activos, tangibles o intangibles, necesarios para trabajar, sin duda puede impactar positivamente en la operación y el modelo de negocio de la organización, pero sobre todo en el bienestar, la motivación y el compromiso de los colaboradores. En resumen, en su ánimo.

Cuidar ese ánimo es imprescindible. Si bien la interacción física no es posible en estos momentos, las organizaciones y sus respectivos responsables, tienen la tarea de optimizar y aprovechar las herramientas que tienen a la mano (o buscar las necesarias) para mitigar el riesgo de que alguien tenga dificultades para trabajar, pierda el rumbo, o peor aún, la motivación.

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Los cambios en el contexto laboral derivados del COVID-19 son una oportunidad para las organizaciones para fortalecer sus procesos de gestión de capital humano y detonar la productividad de las empresas si optimizan sus procesos de administración, atracción y fidelización del talento, dar un paso más más allá de un cumplimiento legal de obligaciones como empleadores.

Se comenta de manera sencilla, pero es (ha sido), mucho trabajo por hacer. Ya pasaron varios meses de esta situación extraordinaria, pero aún vendrán semanas y meses en los que la salud como prioridad dará la pauta de dónde y cómo se trabajará y la cuestión es si las compañías ya están preparadas para esto, haciendo o ya hicieron un análisis integral al respecto y si en realidad están preparadas para lograrlo.

Nota del editor: Fernanda Zenizo es Licenciada en Ciencias de la Comunicación por parte de la Universidad del Valle de México. Actualmente se desempeña como Directora General de Intelab. Actualmente es Vicepresidente de Gestión de Comités Técnicos en el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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