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¿Las universidades tienen la infraestructura para involucrarse en la industria?

Las patentes mexicanas nacen parcialmente desarticuladas de las prioridades nacionales y de los procesos productivos y comerciales del país, considera Juan Alberto González Piñón.
mar 21 septiembre 2021 11:59 PM
Industria - universidades

(Expansión) - La independencia tecnológica y sobre todo el bienestar de la población se debe apoyar en la generación de nuevos conocimientos que sean útiles para atender y resolver los problemas sociales, lo cual permitirá un mayor dinamismo de la economía y una mejor atención de los problemas nacionales.

Desde esa perspectiva, hay desarrollos tecnológicos con alto potencial de generar un impacto social positivo, en los que la gestión de la propiedad intelectual al interior de las universidades y centros de investigación se vuelve un instrumento para impulsar la trasferencia de tecnología hacia distintos mercados.

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Sin embargo, el éxito de esta ecuación está en romper el paradigma conservador tanto del sector público como de la industria nacional, los cuales históricamente han desestimado invertir en tecnologías nacionales en etapa temprana.

En el país, tendencialmente la tecnología de frontera no se adquiere en el mercado local, se opta por pagar las altas regalías en el uso de tecnologías no nacionales a costa de no asumir los riesgos al desarrollar tecnología propia y adecuada a las necesidades del país, con lo que perdemos competitividad y renunciamos al impacto positivo de usar y desarrollar tecnologías originadas por la fuerza de investigación albergada en las universidades y centros de investigación.

Esta tarea de conectar la generación de nuevo conocimiento con la creación de soluciones económicamente viables, y por tanto escalables, requiere que por parte de las universidades y centros de investigación se impulse la operación y fortalecimiento de oficinas para la gestión de la transferencia tecnológica y la innovación, centrando sus actividades en aspectos como:

- Asesorar la gestión del portafolio de propiedad industrial hacia su conversión en modelos de negocio innovadores.

- Desarrollar servicios tecnológicos específicos (como estudios de viabilidad o informes de estado de la técnica, valuación tecnológica, entre otros).

- Ayudar en la búsqueda de información sobre fuentes de financiamiento para la introducción de innovación en el proceso productivo.

- Difundir la adopción de tecnologías (diagnósticos científicos, información tecnológica, gestión de la innovación, fabricación de prototipos, comercialización de la cartera tecnológica).

- Brindar asesoramiento y asistencia técnica (ensayos y análisis, homologaciones, informes).

- Fomentar el conocimiento de las necesidades concretas del tejido industrial.

- Promover la innovación y la competitividad de las pequeñas y medianas empresas

Esta lista deja ver que las actividades de gestión de la transferencia tecnológica e innovación no puede ser un proceso informal.

Finlandia es un referente en cuanto a desarrollo tecnológico e innovación, actualmente ocupa la sexta posición en el Global Innovation Index. Con el fin de impulsar el desarrollo integral del conocimiento y la aplicación de tecnología, creó recientemente Team Finland Knowledge, una red de instituciones educativas y de investigación que busca, entre otras cosas:

1. Establecer relaciones con distintas compañías, mediante el impulso al desarrollo científico y tecnológico de vanguardia para poder hacer circular las innovaciones tecnológicas y de gestión entre la industria.

2. Mejorar la posición de los servicios de educación superior de Finlandia y darles mayor visibilidad.

3. Implementar un modelo operativo basado en la creación de nuevos negocios y empresas de base tecnológica para atraer la inversión privada hacia proyectos de exportación, desarrollo tecnológico y educación.

4. Facilitar la llegada de capital físico y humano a Finlandia, convirtiéndola en un lugar atractivo para el estudio y la investigación.

5. Iniciar un debate sobre la pertinencia de la investigación científica realizada y patentada en las universidades y centros de investigación, de cara a la atención de los problemas nacionales.

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La pandemia acelera la revolución 4.0 en las empresas

Las patentes mexicanas nacen parcialmente desarticuladas de las prioridades nacionales y de los procesos productivos y comerciales del país.

Según datos del reporte 2020 del Sistema de Información de Ciencia y Tecnología, con datos del Instituto Mexicano de la Propiedad Intelectual, las cinco entidades nacionales con mayor número de solicitudes de patentes concedidas entre 1993 y 2020, provienen del ámbito académico o del de investigación. Sin embargo, no existe información sobre su articulación productiva y comercial.

Diversas experiencias recientes muestran que la vinculación efectiva no es posible sin un órgano especializado eficaz. Todo indica que lo más conveniente es que las propias universidades y centros de investigación establezcan esta “oficina de transferencia tecnológica e innovación” y hacerla parte de la estructura funcional, con independencia de la figura que se elija (desde un departamento de la propia institución hasta una sociedad anónima que dependa de ella).

La gestión de la transferencia tecnológica da lugar a beneficios que no siempre son contractuales, pero sí necesarios para concretar la innovación.

La gestión de la propiedad intelectual y la transferencia tecnológica es un proceso integral, que facilita la realización de proyectos congruentes con las líneas de investigación de excelencia de la universidad; refuerza sistemáticamente las habilidades estratégicas de la institución, gracias a los aportes de áreas medulares de las empresas involucradas, y flexibiliza el crecimiento de campos o industrias críticos para el país, pues permite conectar los requerimientos de los proyectos con las áreas de capacidad de las distintas regiones.

En los países que han logrado crecer y transitar a una etapa superior de desarrollo, la innovación ha sido sin duda alguna un factor fundamental. Destacan los casos de China y la India, sobre todo en las últimas dos décadas, con crecimientos medios del PIB de 7% anual, que superan al promedio de entre 1.5 y 2.0% registrado en los países desarrollados.

Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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