(Expansión) - En el entorno laboral actual, la diversidad e Inclusión (D&I) ya forman parte del diseño estratégico de empresas y negocios… ¡afortunadamente!
Estos dos conceptos, más allá de mejorar la colaboración en los equipos de trabajo, reducir conflictos y aumentar la satisfacción de las y los colegas, generan mejores resultados financieros y de satisfacción del cliente. Comprobado.
El impacto positivo generado en las empresas al fomentar la creación de equipos diversos donde se promueva la participación de cada persona en un entorno de confianza se ve reflejado en aspectos como mayor productividad, más innovación y mejores resultados financieros.
De acuerdo con el informe Diversity Matters, de la consultora McKinsey, las empresas que promueven activamente las estrategias de D&I tienen 35% más probabilidades de obtener retornos financieros superiores a la media.
Otro dato importante: el Instituto de Economía Internacional Peterson –un think tank privado e independiente enfocado en economía– señala que las empresas con 30% de mujeres en puestos de liderazgo obtienen 6% más ganancias que aquellas que no las tienen.
Además, las organizaciones con equipos de alta dirección diversos son más innovadoras y reciben 19% más ingresos como resultado de dicha innovación, de acuerdo con una encuesta de The Boston Consulting Group. Esto se debe, en parte, a que la diversidad y una cultura inclusiva son necesarias para generar diálogo y creación de ideas distintas: diferentes voces y formas de pensar crean ideas frescas y disruptivas, que permiten encontrar los puntos ciegos que inhiben el crecimiento empresarial.
Los buenos resultados de negocio de las empresas incluyentes y diversas son consecuencia del vínculo tangible entre D&I y el compromiso de las y los colegas, quienes al sentirse parte fundamental del negocio y más involucrados en el trabajo, están más motivados y comprometidos a poner su mejor esfuerzo para entregar los mejores resultados. Además, permanecen en su trabajo por más tiempo, tienen una mejor actitud e incluso se reduce el ausentismo por enfermedad.
Por el contrario, el personal que no está involucrado, que no se siente incluido y cuyas ideas no son escuchadas se encuentra menos comprometido y por tanto tiene más probabilidades de realizar el mínimo esfuerzo, lo cual pone en riesgo los objetivos del negocio.
Ahora bien, escuchar a los colegas es fundamental para tener una cultura laboral positiva y mantener alta la moral de los equipos. Con un grupo más diverso e inclusivo, algunos miembros de la organización podrían ayudar a otros compañeros a sentirse cómodos en decir lo que piensan, fomentando la creación de un espacio seguro para que todos expresen sus opiniones y obtengan la retroalimentación y apoyo de los demás.
Una cultura laboral inclusiva evita que las personas se sientan tan desconectadas en el trabajo que incluso puedan llegar a renunciar, provocando fuga de talento de la organización.
Una cultura de trabajo inclusiva, en la cual las personas se sienten apreciadas, valoradas y libres para ser ellas mismas se ha convertido en parte fundamental no prescindible para elevar la productividad y mejorar los resultados de negocio.
Las compañías más diversas y que promueven una cultura inclusiva están en mejores condiciones para atraer al mejor talento (sin importar edad, religión, género u orientación sexual, entre otros), mejorar su enfoque al cliente, la satisfacción de los colegas y la toma de decisiones. Todos estos elementos crean un círculo virtuoso de rendimientos crecientes.
A continuación, comparto algunos puntos clave para que las empresas trabajen en pro de una cultura más inclusiva:
- Abrazar la inclusión y la diversidad no significa únicamente contratar una fuerza laboral diversa; sino promoverla, así como fomentar la inclusión y tener ambos conceptos como valores centrales del negocio.
- Promover el rol de los aliados y la importancia que tiene que todas y todos participemos activamente en la construcción de una cultura laboral inclusiva.
- Además de ser parte explícita de las políticas de la empresa, las actividades de D&I deben ser vistas como un valor organizacional y un comportamiento de liderazgo deseado. Son la esencia misma de la organización: su cultura.
- El equipo de liderazgo debe ser el principal promotor de estas mejores prácticas, y predicar con el ejemplo.
- Las organizaciones deben adoptar un enfoque que cultive la inclusión y la diversidad de forma continua, de manera que puedan cosechar sus beneficios a largo plazo. Desde el proceso de contratación hasta la capacitación de líderes y más allá.
Estos puntos deben ser una prioridad para cualquier empresa, pues no solo ayudan a generar nuevas ideas, promover innovación disruptiva y mejor colaboración entre equipos, sino que mejoran la productividad, el clima laboral y colegas más felices y comprometidos, lo que se reflejará en mejores resultados del negocio, así como una sustentabilidad en el largo plazo.
Nota del editor: Jorge de Lara es Vicepresidente y Gerente General de GCS para American Express México y América Latina. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
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