Iniciamos la ‘nueva alianza’ en medio de una pandemia y vamos a soplar las velas del pastel en una crisis mundial atizada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Ambos eventos afectan los delicados hilos del comercio internacional y las cadenas de suministros, y han encendido un demonio olvidado: la inflación.
Entramos al T-MEC como la economía 14 del mundo; hoy estamos en el lugar 16 y, según el FMI, en 2023 seremos el 17. En este tiempo, Estados Unidos y Canadá no han cambiado de posición (1 y 9 medido por su PIB). Este lugar 16 solo lo tuvimos en 1988, tiempos de inflación de más de 50%, y de una economía cerrada y ahogada en una pesada deuda externa.
En crecimiento tampoco nos ha ido bien: tras la caída de -8.2% en el PIB en 2020, el año pasado la economía creció 4.8% y para este año el FMI calcula un aumento de 2%. Nuestros socios en cambio crecerán al doble, entre 4 y 4.1%.
Además, este año, por tercera vez consecutiva, quedamos fuera del top 25 de los países que más atraen y retienen inversión extranjera directa (IED), según el índice de confianza en la materia, que publica la consultora Kearney. Pero, eso sí, nuestros socios, Estados Unidos y Canadá, se mantienen en el lugar número 1 y 2, respectivamente, de inversiones en nuestro país.
Los ataques a empresas internacionales por parte del gobierno nacional (fundamentalmente en el sector energético), el aumento de la violencia, la inseguridad jurídica para inversiones y la errática política exterior en materia de comercio han sido más palos en la rueda del carro que trae inversiones al país.
¿Balanza comercial? En 2021 tuvimos un déficit de 11,491 mdd, un dato negativo comparado con el superávit de 34,013 mdd de 2020, aun cuando fue el año más duro de la pandemia, de cierre de fronteras, de industrias prioritarias. Y según los últimos datos del Inegi (a mayo), en el primer trimestre de este año acumulamos otro déficit por 4,795 mdd. Esto significa que en solo tres meses ya llevamos 42% del total de 2021.
¿Por qué son importantes estos datos? Porque el comercio exterior representa 4 de cada 10 dólares del PIB nacional. Desde el inicio del T-MEC, el gran tema sobre la mesa era la tensa relación de Estados Unidos con China (precisamente, por el alto déficit comercial). Pero tampoco supimos ganar peces en ese río revuelto.