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Banxico. Resurge viejo debate, pero misma conclusión

Al buscar la estabilidad de precios, Banxico también propicia el crecimiento económico de forma implícita, pues una inflación controlada permite la planeación económica en todas las esferas.
mié 06 julio 2022 06:10 AM
(Fachada del Banco de México en la CDMX)
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la postura de darle un doble mandato a Banxico, es que podría estar sujeto a presiones políticas para encausar la política monetaria para optar por el crecimiento económico, señala Ángel Huerta.

(Expansión) - En un contexto en el que los bancos centrales están incrementando las tasas de interés buscando combatir la elevada inflación (que en economías como la estadounidense o la británica, ya está en niveles no vistos en 40 años), pero a costa de impactar la actividad económica y los mercados laborales, está surgiendo el viejo debate de si los bancos centrales deberían también ser los responsables de propiciar el pleno empleo, además de preservar el poder adquisitivo de su moneda, como es el caso de la Reserva Federal de Estados Unidos (mandato dual) o si sólo se deberían enforcarse únicamente en el segundo objetivo, como es el caso de Banco de México (mandato único).

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Como casi todo en economía, es difícil de responder puntualmente. En primer lugar, porque las condiciones y la estructura económica de cada uno de los países es diferente, y cada uno necesita un banco central con objetivos específicos para atender esas condiciones en particular de cada economía.

Además, cabe aclarar que, si bien es lo usual, no son los dos únicos escenarios en los que pueden operar los bancos centrales. Por ejemplo, el de Panamá no asume ninguno de esos dos mandatos, pues no es responsable del crecimiento económico y tampoco puede emitir dinero pues la moneda de curso legal es el dólar estadounidense, y sólo se limita a vigilar el funcionamiento del sistema financiero e incluso incursiona en la banca comercial.

Otra cuestión que se debe tener en cuenta antes de asumir una posición en este debate es que encontrar el equilibrio entre los mandatos es sumamente complicado, e incluso llegan a ser incompatibles. Esa contradicción se puede expresar de muchas maneras, por ejemplo, varias medidas de las que se valen los bancos centrales para propiciar el crecimiento son inflacionarias, como la inyección de dinero.

Actualmente estamos presenciando una de esas contradicciones: los bancos centrales no pueden combatir la inflación sin causar un impacto en la economía.

Hablando específicamente del caso de México, existen claramente dos posturas: quienes apoyan la propuesta de que a Banxico también se le encomiende el mandato de velar por el crecimiento de la economía (en este contexto y con sus respectivas reservas, ‘pleno empleo’ se usa de forma indistinta de ‘crecimiento económico’), y los que prefieren que mantenga su estatus actual.

Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la postura de darle un doble mandato, es que podría estar sujeto a presiones políticas para encauzar la política monetaria para optar por el crecimiento económico, que es el mandato típicamente más popular.

Los dualistas han intentado disipar esos temores arguyendo que la Reserva Federal no es menos independiente que Banxico por tener doble mandato, ni el Banxico es más independiente por tener solo uno, lo cual es cierto.

En todo caso, al buscar la estabilidad de precios, Banxico también propicia el crecimiento económico de forma implícita, pues una inflación controlada permite la planeación económica en todas las esferas (consumo, inversión, sector financiero, etc.); además, los banqueros centrales consideran la actividad económica y sus posibles reacciones ante las decisiones de política monetaria, al momento de decidir los ajustes en la tasa de interés, tal y como lo demuestran todos los comunicados y minutas de cada una de las decisiones.

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Además, el hecho de que el Banxico reciba el mandato dual de forma explícita no garantiza de ninguna manera que sus decisiones para controlar la inflación no tengan repercusiones en la actividad. Al final, los mandatos sólo son leyes escritas en papel, pero el funcionamiento económico seguirá siendo el mismo: a mayores tasas de interés para combatir la inflación, la actividad va a resultar afectada, y viceversa, el estímulo monetario a la actividad genera presiones inflacionarias.

Ello sin mencionar que, si Banxico tuviera los ambos mandatos, tendría que dividir sus esfuerzos entre los dos, y en lo que gana la experiencia y solidez necesarias, en un primer momento se podría esperar que sea poco efectivo el cumplimiento de alguno de ellos.

Por todo lo anterior, este viejo debate puede resurgir tantas veces como quieran los dualistas, pero la conclusión seguirá siendo la misma: todavía no hay razones suficientes para creer que es buena idea dotar a Banxico de un mandato doble.

Nota del editor: Ángel Huerta es analista económico de Grupo Financiero Bx+. Es economista y aprendiz de matemático. Le gustan los tacos, la música clásica, y las discusiones académicas sobre crecimiento económico y desarrollo social. Tuitea, luego existe en @aiihmonzalvo . Las opiniones expresadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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