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El futuro de los retornos de inversión

Se ha hablado mucho sobre el peligro de que los robots y la IA sustituyan a la fuerza laboral humana. Independientemente de cualquier opinión, esto es algo que ya está sucede con un ímpetu imparable.
mar 16 mayo 2023 06:10 AM
El futuro de los retornos de inversión
Todo negocio tendrá que transformarse en empresa de tecnología e inteligencia estratégica para mantener su competitividad a corto, mediano y largo plazo, apunta Juan Carlos Chávez.

(Expansión) - Crear proyectos que generen retornos de inversión ya no depende de que el capital humano trabaje ni compre.

¿Esto es una buena noticia? Muy buena en cuanto a las posibilidades nuevas que representa y muy mala para aquellos que no estemos preparados.

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Se ha hablado mucho sobre el peligro de que los robots y la Inteligencia Artificial sustituyan a la fuerza laboral humana. Independientemente de cualquier opinión que se tenga sobre el tema, esto es algo que ya está sucediendo con un ímpetu imparable.

La tendencia evidente es automatizar procesos para hacer más eficiente la generación de valor.

Sin embargo, se habla muy poco sobre dichas automatizaciones reemplazando al mercado y sus compradores.

Analicemos esta situación con la profundidad adecuada. ¿Por qué existe el comercio y para qué quiere vender algo una persona o empresa?

Comencemos por el principio. Los Homo sapiens somos una especie derivada de un proceso de evolución que ha definido características fisiológicas y psicológicas representando ventajas de supervivencia durante más de 4,000 millones de años. Entre muchas de ellas, además de nuestra característica postura, se encuentra un anhelo de poder insondable e insaciable. Sin esa experiencia emocional manifiesta en hambre por procurar aquello que nos admite satisfacer nuestros deseos, seguramente no existiríamos.

Como nota complementaria, históricamente, esa tendencia de comportamiento predefinida genéticamente ha representado un aliado para la prevalencia, pero en el contexto contemporáneo se ha tornado principalmente en nuestra contra.

Esto último explica directamente por qué existe el comercio y para qué quiere vender algo una persona o empresa: para satisfacer su deseo de poder instintivo por medio de servicios y bienes materiales.

Ahora, ¿qué pasaría si eso mismo lo pudiera conseguir alguien sin necesidad de otros humanos? Marcaría el fin del llamado humanismo liberal, donde los políticos y empresarios nos manipulan con anzuelos emocionales para saciar su necesidad de potencia; ya no nos necesitarían.

¿Estamos en ese punto? Aún no, pero los hechos indican que la transición ya comenzó. Por lo tanto, mantener una visión amplia para tomar decisiones inteligentes es crucial.

Entonces, ¿qué podemos hacer para proteger nuestros intereses individuales y colectivos frente a este entorno?

La clave a corto plazo está en comprender mejor los sistemas de retornos de inversión: en síntesis, se trata de destinar esfuerzo y recursos para conseguir el máximo de recursos adicionales y alimentar los mandatos biológicos que experimentamos como deseos. El juego presente se llama competencia de eficiencia.

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En el caso de las empresas, la eficiencia se maximiza combinando sistemas biológicos (humanos) y tecnológicos con base en aquello que genera más con menos. Para esto último, la combinación moderna idónea es la automatización de procesos integrando herramientas de inteligencia artificial, machine learning, big data y robótica con un análisis profundo y creativo humano (lo cual aún no pueden sustituir las máquinas plenamente). En otras palabras, desarrollar organizaciones de tecnología dirigidas por personas con mucho conocimiento y extraordinaria capacidad de pensamiento crítico y reflexivo. Todo negocio tendrá que transformarse en empresa de tecnología e inteligencia estratégica para mantener su competitividad a corto, mediano y largo plazo.

En el caso de los individuos, el imperativo para robustecer y escudar sus retornos de inversión se encuentra en adquirir conocimiento y experiencia, fortalecer su facultad creativa y desarrollar sistemas de producción propios. Por ejemplo, deberá leer mucho, reflexionar en abundancia, apoyarse con las tecnologías disponibles para su productividad y configurar fuentes de energía y alimentación sustentables como filtros de agua, paneles solares y microcultivos de brotes—todas ellas herramientas muy accesibles.

Con respecto a la humanidad y la vida entera, es indispensable entender que las estructuras de retornos de inversión más eficientes para procurar el bienestar y la prevalencia son los ecosistemas naturales. Nunca había sido tan importante proteger el planeta y el equilibrio que ha adquirido durante una secuencia curada por miles de millones de años; sin este balance será muy difícil amparar nuestra resistencia y posibilidad de conquistar nuestros deseos más superficiales o audaces.

Nota del editor: Juan Carlos Chávez es Profesor de Creatividad y Bioeconomía (Genética, Neurobiología, Biofísica y Psicología en un contexto económico) en el sistema UP/IPADE y autor de los libros Inteligencia Creativa (2022), Multi-Ser en busca de sentido (2021), Psico-Marketing (2020) y Creatividad: el arma más poderosa del Mundo (2019). Es director de www.G8D.com Agencia de Comunicación Creativa y consultor de cientos de empresas nacionales y transnacionales. Síguelo en Facebook , Instagram y LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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