México considera viable el uso de biocombustibles en la industria aérea
El uso de biocombustibles en el transporte masivo mexicano es viable y tiene potencial para ser empleado en la industria aérea, dijo secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas.
En un panel con representantes de compañías del sector aéreo mundial, el funcionario se refirió a las fuentes alternas de energía que al menos tienen ya un caso concreto en su uso en la ciudad de Tapachula, Chiapas, donde todo el transporte público funciona con biocombustibles.
En cuanto a su eventual aplicación en la industria aérea, resaltó que hace un lustro nadie apostaría por el uso de esos combustibles en aviones, y ahora eso, en los hechos, es cada vez más posible con mezclas de keroseno.
Por su costo de producción, que es aún muy alto, la bioturbosina enfrenta problemas para su rápida implantación en el sistema aéreo, pues resulta, de momento, cuatro, cinco o hasta 20 veces más caro que el combustible convencional para esos transportes.
La industria aérea se ha planteado ahora, dijo, es lograr un 50% de combustible convencional y el otro 50% del generado por fuentes alternas, pero eso no ocurriría ahora, sino en unas tres o cuatro décadas, precisó el secretario.
Antes, en un panel junto a ejecutivos de empresas como la canadiense Bombardier y la holandesa KLM, Molinar Horcasitas estableció que la aportación de la industria aeronáutica internacional a la emisión de gases de efecto invernadero es de un dos por ciento.
Destacó la eficiencia que las empresas aéreas y fabricantes de estos aparatos han logrado para eficientar el uso de los combustibles que emplean en beneficio del medio ambiente.
Comparó la eficiencia de esos transportes con la de un automóvil convencional que es más o menos similar, pues utilizaría el mismo combustible (unos tres litros) por pasajero, por cada 100 kilómetros recorridos.
En el panel del foro Soluciones Verdes, alterno a la COP16, agregó que las partes del sector que intervienen en el análisis sobre el medio ambiente tienen un compromiso moral en ese sentido, pero consideró que esos propósitos no están reñidos con el desarrollo de la industria.
Al respecto, sostuvo que no hay razón para que haya enemistad entre los negocios del sector y los objetivos ambientales que ya tienen en su agenda.