Bolivia, ¿el 'villano' de la cumbre climática de Naciones Unidas?
De principio a fin, Bolivia fue la manzana de la discordia de la cumbre climática de la ONU. En el primer día denunció que había un plan de países industrializados para frenar un nuevo periodo del Protocolo de Kyoto y finalmente, fue el único país que no firmó los Acuerdos de Cancún .
El negociador del Estado Plurinacional de Bolivia, Pablo Solón, advirtió de que las "aspiraciones" de los países desarrollados durante la décimo sexta Conferencia de las Partes (COP 16) de Naciones Unidas sobre cambio climático eran limitadas .
"Piensan que el millón de personas de la ciudad de El Alto de Bolivia, que enfrentan un incremento crónico de la escasez de agua debido a la desaparición de los glaciares, ¿tienen bajas expectativas como ustedes?", dijo Solón.
En un artículo publicado en el diario The Guardian, el funcionario boliviano aseguró que si el año pasado en la COP 15 se había fallado en la cumbre de Hopenhagen (en alusión a la palabra "esperanza" en inglés y a la capital de Dinamarca, Copenhage), en 2010 habría un Can’tCun (no se pudo en Cancún).
El presidente boliviano, Evo Morales, apoyó a Solón durante su intervención en la sesión plenaria de la COP 16, donde exigió acuerdos contundentes para frenar los daños del cambio climático y acciones para proteger los "derechos de la madre tierra".
"A Cancún vinimos para salvar al planeta tierra, no para vender y hacer de la naturaleza una mercancía", dijo Morales.
La delegación de Bolivia exigió en Cancún compromisos vinculantes –obligatorios- para que la reducción de gases de efecto invernadero en los países desarrollados fuera del 50% antes de 2020.
Su objetivo era que la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) reconociera que la temperatura máxima permitida para el planeta fuera por debajo de 1.5 grados centígrados. En el documento final quedó en dos grados.
Pablo Solón denunció que los Acuerdos de Cancún no contemplaban compromisos o metas de reducción de emisiones claras: "No es posible tener una decisión que dice que se acuerda un listado -de reducciones- que se va a conformar más adelante. ¿Cuánto es lo que cada uno de los países (…) ha reducido o va a reducir?, ¿en qué periodo?, ¿con qué año base?", cuestionó.
Pese a la negativa de este país de suscribir el acuerdo, la presidenta de la COP 16, la canciller mexicana Patricia Espinosa, aprobó el documento "por consenso".
"Nosotros no acompañamos este documento. No hemos venido aquí a aprobar un mecanismo de cheque en blanco en el cual los países Anexo 1 (industrializados) pongan lo que quieran", dijo Solón.
Los Acuerdos de Cancún destacan las promesas de los países desarrollados para aumentar la reducción de sus emisiones contaminantes para el 2030, pero no establece mecanismos jurídicos que los obligue a hacerlo.
Bolivia también rechazó el mecanismo de financiamiento aprobado.
"¿Cuáles son los recursos efectivos, reales que va a tener este mecanismo de financiamiento?" cuestionó Solón.
El Fondo Verde aprobado en los Acuerdos contempla la movilización de 100,000 millones de dólares anuales a partir de 2020, pero no está definido el régimen que dará vida al mecanismo, es decir, quién aportará los fondos -medios públicos, privados y multilaterales- y cómo se distribuirán.
El país andino propuso la creación de la Corte Internacional de Justicia de Cambio Climático para tener una instancia legal que protegiera al medio ambiente y sancionara a los países que no cumplieran con sus compromisos de reducción de emisiones contaminantes, pero este tema no fue incluido en el documento final de la COP 16.
Bolivia denunció que los acuerdos de la cumbre violaron el reglamento de Naciones Unidas sobre la aprobación de un documento "por consenso" y anunciaron que se impugnará ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya .
