Una densa capa de esmog provoca la cancelación de vuelos en Beijing
Miles de pasajeros quedaron parados el martes por la mañana, luego de que decenas de vuelos fueran cancelados o retrasados debido a una espesa y oscura nube de esmog que cubre la capital de China.
La neblina ocasionó que 34 vuelos se cancelaran y otros 98 se demoraran luego de que la visibilidad en el espacio aéreo de Beijing y sus alrededores era menor a los 200 metros, reportaron los medios locales.
Las compañías aéreas retomaron sus vuelos con normalidad alrededor de las 10 horas (tiempo local), reportó la agencia estatal de noticias Xinhua. Sin embargo, la calidad del aire en la ciudad seguía siendo calificada como “razonable”.
La embajada de los Estados Unidos, que reporta los niveles de contaminación en su cuenta de Twitter, dijo que el nivel de acumulación de partículas era “superior a los niveles permitidos” durante la mayor parte de la mañana, lo que significa que la contaminación excedió la escala usada para medirla.
Las autoridades de China y la sede diplomática estadounidense usan diferentes sistemas para medir la contaminación del aire, el monitoreo de la embajada incluye partículas más pequeñas, que tienen un diámetro menor a los 2.5 micrómetros.
El consulado general estadounidense en Guangzhou, en China, explica que son estas pequeñas partículas “las que se cree podrían ocasionar los mayores daños a la salud” y que “son lo suficientemente pequeñas para llegar hasta los pulmones e incluso al torrente sanguíneo”.
El mes pasado, el aeropuerto internacional de Beijing canceló más de 200 vuelos y retrasó más de 125 debido al esmog.
Los analistas culpan a la rápida urbanización y la industrialización de la ciudad por la gruesa capa de contaminación. Beijing, por ejemplo, consumió unas 27 millones de toneladas en 2010, de acuerdo a los medios estatales.
A pesar de los esfuerzos para limitar el parque vehicular con un sorteo automático de placas, se estima que en Beijing ahora circulan unos cinco millones de autos, cifra superior a los 3.8 millones que circulaban en 2008.
La contaminación tiene un impacto más severo por la gran cantidad de habitantes (unos 17 millones) y el rápido crecimiento de su crecimiento económico, aseguran expertos.