Las especies adorables son más cuidadas que las menos agraciadas
Los conceptos de los humanos sobre la belleza han enfocado los esfuerzos de conservación hacia las especies bien parecidas en detrimento de los animales que no tienen una apariencia amigable, de acuerdo con un nuevo estudio.
El reporte La nueva arca de Noé: solo especies útiles y bonitas. fue publicado en la revista científica Biodiversity, en su edición de abril de 2012.
En él se describe cómo las especies vulnerables que pueden tener características que los humanos respetan o encuentran deseables, como la belleza, la fuerza, el poder o la ternura, son más propensos a ser el foco de atención de programas de conservación, sobre los animales o plantas que no son tan agradables a la vista.
“La gente tiene preferencia hacia las especies que son más glamorosas”, dijo el doctor Ernie Small, autor del estudio y taxonomista del departamento de Agricultura de Canadá.
“Los animales que son bonitos, divertidos o que su tamaño y poder inspiran respeto, por lo regular reciben mayores formas de protección”.
El estudio subraya que la fauna ‘carismática’, como las ballenas, los tigres o los osos polares, son especies que regularmente son el foco de exitosos programas de conservación, legislaciones o reciben el apoyo con la recaudación de fondos.
Como resultado, las dificultades de las especies poco glamorosas aunque no menos importantes para los ecosistemas, como las serpientes, las arañas o las ranas, son frecuentemente ignoradas.
Smarr argumenta que enfocarse a las especies grandes y espectaculares puede tener consecuencias muy graves para una gran variedad de ecosistemas con un delicado balance y frágiles cadenas alimenticias.
“Cuando te concentras en la preservación selectiva de especies… haces un trabajo inadecuado para proteger la biodiversidad en su conjunto”, dijo.
Añadió que al emplear tales métodos selectivos, los humanos moldean a la naturaleza para reflejar su propia imagen o las características que admiran.
“Encontramos atractivos los animales que tienen las mismas cualidades que nos parecen atractivas para nuestra especie. Sin embargo, por lo regular estas especies no son las más importantes para los ecosistemas”, añadió.
Para aquellos que trabajan directamente en la conservación, las preocupaciones de Small y su estudio son muy reales.
De acuerdo con el doctor Sybille Klenzendorf, director del Programa de Especies del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), hay suficiente evidencia que sugiere que la gente está más interesada en animales vulnerables que se asemejan más a los humanos, regularmente mamíferos con ojos al frente.
Pero Klenzendorf asegura que las campañas de conservación de estas especies vulnerables pueden llevarnos a mejorar las prácticas de conservación y sus programas.
“Estas son especies grandes y carismáticas… aquellas que requieren un mayor espacio en la naturaleza, y al preservar su hábitat también protegemos a otras especies menos atractivas”, aseguró.
“Para asegurarnos que los tigres sobrevivan, nosotros no solo tenemos que proteger una gran área de bosque, también tenemos que defender a las especies que cazan y las plantes de las que dependen. Lo mismo aplica para los osos polares y los elefantes”.
A pesar de que Small reconoce que esta tendencia “no ha sido del todo improductiva”, cree que se deben realizar más acciones para proteger a las especies menos atractivas.
“Los estándares de estética se han vuelto una de las principales razones para que las especies sean dignas de ser conservadas y esto debe de ser conservadas”, destacó.