La biodiversidad marina en Florida está amenazada por el pez león
Hasta hace cuatro años, el pescador de langostas Gary Nichols nunca había visto un pez león en su vida, pero hoy sus trampas están llenas de ellos.
"Agarrarás dos o tres trampas decentes con langostas, pero si atrapas cuatro o cinco peces león, a las langostas no les gustará", dijo Nichols.
Ahora, atrapa tantos peces león (hasta 90 kilos al día) que ha empezado a venderlos. Pero sus langostas se venden en 16 dólares por kilo, y por el pez león le dan solo 12 dólares.
Los peces león provocan pérdidas en su negocio y en la amplia industria pesquera comercial en Florida, al devorarse otras poblaciones de peces, en algunos casos reduciéndolas hasta un 90%.
De acuerdo con el Departamento de Protección Ambiental de Florida, el pez león es originario del Océano Índico y el Pacífico, pero fueron introducidos por error a las aguas del Atlántico y del Caribe a inicios de la década de 1990.
Sin predadores naturales en el Atlántico y una habilidad para reproducirse todo el año, sus números aumentaron constantemente en años recientes.
Los peces león no solo afectaron a los pescadores de langostas, como Nichols, también amenazan con modificar el balance del frágil ecosistema del arrecife de coral.
"Lo que hemos descubierto a través de un análisis de su estómago y trabajando con peces que han sido recolectado es que ellos están consumiendo una gran variedad de presas", dijo Lad Akins, director de proyectos especiales de la Fundación de Educación Ambiental sobre Corales (REEF, por sus siglas en inglés).
"Comen casi todo lo que quepa en su boca. El pez león probablemente puede consumir la mitad de su propio tamaño. Pueden con presas de tamaño considerable", añadió.
Algo de lo que come son especies con valor comercial, dice Akins, como el mero y el pargo, de los que dependen los pescadores.
Algunas especies con importancia ecológica como el amia calva, que se alimenta de las algas y evita que crezca sobre los arrecifes, también es afectada, dice.
"Soy optimista pero los impactos en potencia del pez león podrían causar cambios mayores en la ecología de las barreras de arrecifes del Caribe y del Oeste del Atlántico", dijo.
"Incluso puede causar la extinción de algunas especies marinas".
En un esfuerzo por minimizar el impacto, REEF organiza un concurso mensual, abierto tanto para negocios como para individuos, ofreciéndoles premios a los que atrapen más peces león. También organiza talleres para educar a los buzos acerca de técnicas de recolección y retiro seguro.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) también se unió a la lucha con una campaña que anima a la gente a comer pez león.
Su eslogan es: "Si no los podemos vencer, ¡vamos a comérnoslos!", y lo colocaron en restaurantes como el Fish House Enco, en Cayo Largo, Florida.
Michelle Kosiek, el gerente general, sirve pez león desde hace 18 meses.
"Lo pusimos en el menú para tratar de quitarlos de los arrecifes y hacer que la gente realmente les guste y los disfrute", dijo Kosiek.
"Hay un poco del factor miedo al comerlos. Pero una vez que saben que la piel no tiene veneno, están de acuerdo con eso y quieren probarlo”.
Al animar a la gente a comer pez león, Kosiek espera incitar a los pescadores para que los saquen del océano.
Una vez cocinados, las espinas venenosas son inofesivas y Peter Tselikis, chef en el Field House Encore, dice que la respuesta de los clientes ha sido muy alentadoras.
“Al principio era como algo novedoso. Y los que lo probaron hablaron bien de él”, dijo Tselikis.
Nichols, quien lleva más de un cuarto de siglo como pescador en las costas de Florida, estudia esta amenaza y especula que puede ser cíclica, ya que la naturaleza usualmente encuentra una manera de adaptarse.
“A lo mejor solo se está tomando su tiempo”, dijo él.
“Pero es muy extraño, he sido pescador toda mi vida, es solo que es difícil que en tan poco tiempo algo como esto pueda pasar”.