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Encinas promete un debate abierto sobre la Constitución de la CdMx

Para que el documento tenga legitimidad, los diputados deben recibir y escuchar las propuestas de los ciudadanos, dice el presidente de la Asamblea Constituyente de la capital.
lun 24 octubre 2016 06:00 AM
Nuevo encargo
Nuevo encargo A principios de mes, Encinas fue elegido presidente del órgano, que sesiona en la antigua sede del Senado de la República. (Foto: Diego_Simon)

Alejandro Encinas admite que cuando era jefe de gobierno de la Ciudad de México, entre agosto de 2005 y diciembre de 2006, no se imaginaba que la capital del país llegaría a vivir el proceso en el que actualmente se encuentra: la discusión y elaboración de su primera Constitución.

“Sinceramente no, yo era escéptico”, dice en entrevista.

Sus pocas esperanzas de que llegara a avanzar una reforma política para la ciudad se basaban en que, por años, el tema se topó con “enormes resistencias” a nivel federal, a pesar de que en el ámbito local contaba con respaldo mayoritario.

A finales de 2015, sin embargo, el panorama empezó a cambiar. Tanto en el Senado como en la Cámara de Diputados, los partidos políticos acordaron empujar el asunto, que en diciembre quedó aprobado por ambas cámaras, después recibió el aval de los congresos locales y, finalmente, se promulgó el 29 de enero de 2016 .

Como parte de la reforma, en septiembre pasado se instaló la Asamblea Constituyente de la capital, órgano que tiene la responsabilidad de aprobar la primera Constitución local y que será presidido por Encinas, quien promete trabajar para que el debate esté abierto a la ciudadanía.

Lee: El camino de la Asamblea Constituyente

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Tal apertura es necesaria, dice, porque únicamente así la Asamblea Constituyente podrá responder al “déficit de legitimidad” que tiene en su contra —derivado de que sólo 60 de sus 100 integrantes fueron elegidos en las urnas—, así como sacar adelante un documento que sea aceptado por la mayoría de los capitalinos.

“Por eso la importancia de que hayamos abierto el parlamento, de que se establezcan la iniciativa ciudadana sin ninguna discusión y la audiencia pública. En noviembre y diciembre va a haber una gran participación social en la Asamblea Constituyente, de eso estoy convencido, y creo que eso puede ayudar a superar, junto con la redacción final, mucho del déficit de legitimidad”, afirma Encinas, un político de izquierda que en septiembre pidió licencia a su escaño en el Senado, con la finalidad de dedicarse de lleno a sus labores como diputado constituyente.

Muchos derechos, ¿pocos recursos?

De acuerdo con la reforma política de la Ciudad de México, la Asamblea Constituyente tiene hasta el 31 de enero de 2017 para aprobar la Constitución local. El punto de partida de la discusión será el proyecto del jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera, que contiene puntos como la revocación de mandato, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el derecho a internet, a tener 20 días de vacaciones al año y a tener áreas verdes suficientes.

Lee: La capital ideal, según el proyecto de Constitución para la CdMx

Algunos analistas creen que la propuesta es una lista de buenas intenciones y que la capital carece de fondos para cumplir con ellas, ante lo que Encinas —quien participó en la redacción del texto— responde que la ciudad no puede negar derechos a sus habitantes, sino que debe buscar la forma de garantizarlos.

“Hay gente que dice que son demasiados derechos (los contenidos en el proyecto), cuando la inmensa mayoría de esos derechos ya está consagrada en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Y la primera pregunta que yo les haría es: 'Digamos a quién le quitamos sus derechos'. Dicen que es irrealizable, que no hay recursos que alcancen. Es esa vieja lógica de ‘dime cuánto dinero tienes para ver para cuántos derechos te alcanza’”, argumenta.

“Toda Constitución es una carta aspiracional. Por supuesto que hay limitaciones para el ejercicio pleno de los derechos, pero el principio de progresividad implica, además de reconocer un derecho, que los recursos se dispongan en la medida de lo posible para que el Estado garantice lo mínimo para el bienestar de las personas”, insiste.

"Acuerdos transversales"

Acerca de las discusiones que esperan a los diputados constituyentes, Encinas dice ser consciente de que serán “intensas”, en particular en temas que generalmente polarizan a las fuerzas políticas, como el matrimonio igualitario y si debe o no regularse el derecho a manifestarse.

Sin embargo, confía en que los legisladores logren construir acuerdos y concluir su trabajo dentro del plazo fijado en el decreto de reforma.

“Nos debe de alcanzar (el tiempo). Todo mundo dice que difícilmente en cuatro meses podrá haber un acuerdo. Bueno, el Constituyente de 1917 (que elaboró la Constitución nacional vigente) duró menos de dos meses, y después de una rebelión armada. Aquí creo que el problema principal que tenemos no es de tiempo, es de voluntad política”, dice.

Además, considera que otro factor que obligará a los partidos a negociar para que los temas avancen es que ninguna fuerza política por sí sola tiene los votos suficientes para aprobar artículos (67) ni tampoco para vetarlos (34).

“Por eso, lo importante es que logremos mayorías calificadas muy concertadas (…) Va a haber la necesidad de acuerdos transversales en torno a causas comunes”, concluye el legislador, de cara a los debates que se vivirán en la casona de Xicoténcatl.

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