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Expectativas, fortalezas y retos de los candidatos al gobierno del Edomex

En la contienda que apenas inicia, cada uno de los siete abanderados presumirá sus cartas y deberá responder a las críticas de cara a las votaciones del próximo 4 de junio.
mar 04 abril 2017 06:00 AM
En sus marcas...
Contendientes Josefina Vázquez Mota, Alfredo del Mazo y Delfina Gómez encabezan las preferencias rumbo a la jornada del 4 de junio.

Las elecciones del Estado de México, las más importantes antes de los comicios presidenciales de 2018, ya están en marcha.

Mientras los partidos y los candidatos independientes llegan al arranque de la contienda con altas expectativas, analistas advierten que la competencia se perfila como una históricamente cerrada, en la que cada abanderado tendrá que responder a diferentes críticas y librar obstáculos, como descontento social y divisionismo al interior de sus fuerzas políticas.

En total, son siete las personas que se disputan las simpatías de un electorado conformado por más de 11 millones de ciudadanos —el más extenso del país—: Alfredo del Mazo (PRI-PVEM-Panal-PES), Josefina Vázquez Mota (PAN), Delfina Gómez (Morena), Juan Zepeda (PRD), Óscar González Yáñez (PT) y los independientes María Teresa Castell e Isidro Pastor.

Aquí te presentamos el panorama con el que cada contendiente inicia la carrera, que tendrá su fecha culminante en las votaciones del 4 de junio.

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Del Mazo: por la hegemonía del PRI

El candidato del partido en el gobierno estatal es el también exalcalde de Huixquilucan, hijo y nieto de dos exgobernadores mexiquenses, para quien ganar la elección no sólo significa lograr que el PRI tenga continuidad en la entidad, sino posicionar al tricolor de cara a 2018.

Los priistas, sin embargo, en esta ocasión no tienen una elección fácil, pues si bien tienen el control del Poder Ejecutivo estatal y gobiernan a casi 67% de los mexiquenses, tienen en contra los bajos índices de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto, señala el director del Departamento de Derecho del campus Toluca del Tecnológico de Monterrey, Arturo Argente Villarreal.

Video: La populairdad de Peña Nieto va a la baja, según una encuesta

Peña Nieto no sólo es priista, sino que también es primo de Alfredo del Mazo y él mismo fue gobernador del Estado de México antes de hacer públicas sus aspiraciones presidenciales en septiembre de 2011.

Argente Villarreal advierte que el interés del propio mandatario por lograr que el PRI conserve el Estado de México se refleja en las constantes giras que él y su equipo realizan a este territorio para encabezar actos públicos.

“No hay semana que el presidente Enrique Peña Nieto (deje de ir) o fondos federales de la Secretaría de Desarrollo Social se destinen a la entidad”, dice.

No obstante, tanto él como otros especialistas subrayan que el PRI no podrá hacer que se olviden los escándalos protagonizados por militantes del tricolor, ni hechos como que el Estado de México está en los primeros lugares de inseguridad a nivel nacional.

Lee: La inseguridad, primera 'protagonista' de la contienda en el Edomex

Bernardo Barranco, experto en temas político-electorales, señala que el PRI tendrá que lidiar con casos de corrupción como el del exgobernador de Veracruz Javier Duarte —prófugo de la justicia—, así como con los impactos de decisiones federales como el aumento al precio de las gasolinas.

En contraparte, la fortaleza del priismo está en su estructura, que en 2011 ayudó a que Eruviel Ávila arrasara con 60% de la votación. Actualmente, las encuestas ubican a Del Mazo como aspirante puntero, aunque con una menor ventaja que otros priistas en contiendas pasadas. Por ejemplo, una medición del diario El Financiero publicada este domingo indica que Del Mazo tiene 32% de la intención de voto, por 26% de Vázquez Mota y Gómez.

Josefina: la hora de la revancha

Para el PAN, esta elección representa la oportunidad demostrar que si el partido ya ganó la Presidencia de la República en dos ocasiones —en 2000 y 2006—, también puede arrebatarle al PRI el territorio mexiquense.

Su carta para ello es Josefina Vázquez Mota, quien fue su candidata en las presidenciales de 2012 y ahora busca volver a captar los reflectores y presentarse como una aspirante competitiva. No obstante, algunos de sus puntos débiles son los cuestionamientos hacia ella y su familia por posibles irregularidades en el uso de recursos, así como el divisionismo que su designación causó entre la militancia panista.

Vázquez Mota preside la fundación Juntos Podemos, que ha recibido cerca de 900 millones de pesos del gobierno de Peña Nieto para apoyar a migrantes mexicanos. Además, el diario El Universal recientemente dio a conocer que la Procuraduría General de la República (PGR) la investiga a ella y a sus familiares por lavado de dinero.

Sobre el primer punto, la panista ha dicho que ella no ha tocado ni un solo peso del dinero federal, sino que éste ha ido directamente a las comunidades mexicanas. Respecto del segundo, ha negado que su círculo cercano haya cometido algún delito.

Lee: La PGR investiga a familia de Vázquez Mota; la panista acusa guerra sucia

El dirigente estatal del PAN, Víctor Hugo Sondón —coordinador de la campaña de Vázquez Mota—, considera que si la PGR tiene una investigación abierta debía guardar sigilo sobre el tema, y que los señalamientos sólo reflejan el miedo del PRI ante la posibilidad de perder la elección.

Los panistas, además, aseguran que Vázquez Mota tiene amplias probabilidades de triunfo por ser una figura nacional. Sin embargo, en las presidenciales de 2012 ella sólo obtuvo 18.2% del voto mexiquense, contra 43.2% de Peña Nieto y 34% de Andrés Manuel López Obrador.

Asimismo, aún está por verse si la panista consigue el apoyo de los liderazgos que también compitieron por la candidatura. Tal es el caso de Ulises Ramírez quien, como en 2011, quiso ser candidato y tras no ser designado llevó el asunto ante tribunales.

Lo anterior se suma al descenso paulatino en las preferencias que el PAN ha tenido en municipios que antes eran su bastión —en una franja conocida como el “corredor azul”—, aunque su dirigente nacional, Ricardo Anaya, confía en que las victorias que alcanzaron en 2016 darán al panismo un impulso este año.

Delfina: de la mano de AMLO

La elección de este año será la primera en la que Morena compita por el gobierno mexiquense. El partido, fundado por el excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, tiene como su abanderada a la exalcaldesa de Texcoco Delfina Gómez.

Diputada con licencia, Gómez puede explotar el descontento hacia el PRI y el éxodo de militantes del PRD a Morena. De hecho, la mayor parte de su equipo la conforman experredistas como el alcalde de Texcoco, Higinio Martínez; el líder de los diputados mexiquenses de Morena, Francisco Vázquez, y el senador Miguel Barbosa.

El especialista Bernardo Barranco dice al respecto que llama la atención la forma en la que han crecido las preferencias a favor de Morena, que pasó de estar en 5% a 11.6% y ahora arriba de 20%, derivado del peso de la figura de López Obrador.

Lee: López Obrador, a la cabeza en encuestas rumbo a la elección presidencial de 2018

Desde julio de 2016, el propio dirigente nombró a Gómez promotora de la soberanía nacional de Morena en el Estado de México, lo que le permitió recorrer la entidad y darse a conocer.

Paradójicamente, ese respaldo de López Obrador, que le ha ayudado a crecer en las preferencias, también ha sido fuente de críticas, por parte de voces que señalan que Gómez no es quien decide dentro de su campaña, sino el líder de Morena.

Hoy, la fuerza del partido en territorio mexiquense está en seis diputaciones locales —todas plurinominales—, un alcalde, 56 regidores y cuatro legisladores federales.

Zepeda: el camino cuesta arriba

El candidato del PRD, Juan Zepeda, exalcalde del municipio de Nezahualcóyotl, fue elegido en medio de pugnas internas, luego de que el sol azteca fracasara en sus intentos de entablar coaliciones con el PAN y con el PT.

Lee: Juan Zepeda es el candidato del PRD en el Edomex

Zepeda ha sido respaldado por las corrientes Alternativa Democrática Nacional (ADN), de Héctor Bautista —hombre fuerte del perredismo mexiquense—, e Izquierda Democrática Nacional (IDN), de René Bejarano y la senadora Dolores Padierna.

Sin embargo, otros liderazgos perredistas, como su rival por la candidatura, Javier Salinas, han anunciado que no lo apoyarán. Sobre el tema, figuras como el dirigente estatal, Omar Ortega, han dicho que buscarán que los inconformes se sumen al proyecto de Zepeda y, con ello, “cerrar” el capítulo de la división.

A las divisiones se suma el hecho de que Zepeda llega al inicio de la contienda como cuarto lugar en las encuestas, muy por debajo de Del Mazo, Vázquez Mota y Gómez.

El PRD actualmente encabeza 15 ayuntamientos, pues en las últimas elecciones municipales —en 2015— refrendó su presencia en Nezahualcóyotl, Chalco y Tultepec, y avanzó en el sur de la entidad, en las localidades de Amatepec, Tlatlaya, Capulhuac, Cocotitla, San Simón de Guerrero y Ocuilan, entre otros.

PT y independientes: números marginales

La lista de candidatos la cierran Óscar González Yáñez, del PT, y los independientes María Teresa Castell, empresaria, e Isidro Pastor, exlíder estatal del PRI.

González Yáñez fue nombrado en marzo luego de que el PT decidiera romper su coalición con el PRD. Es la primera vez que los petistas compiten en territorio mexiquense con un candidato propio.

Lee: El PT elige a Óscar González Yáñez como su candidato en el Edomex

En las últimas elecciones locales para renovar alcaldías y diputaciones, el partido sólo consiguió 3.27% de la votación, aunque su abanderado —exalcalde de Metepec y exdiputado federal y local— ha dicho que confía en que crecerán en las preferencias.

Castell y Pastor, en tanto, son los únicos aspirantes independientes que pasaron los filtros para obtener registro. Otros tres habían juntado las más de 300,000 firmas de respaldo ciudadano exigidas por la ley, Abelardo Gorostieta, Erasto Alemán y Guillermo Ortiz Solalinde, pero no fueron registrados porque el árbitro electoral encontró fallas en las mismas.

Ambos contendientes también arrancan abajo en las preferencias y enfrentan el reto de competir principalmente con recursos privados, debido a la escasa cantidad de financiamiento público que les corresponde.

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