Cómo enfrentar el estrés postraumático después de un terremoto
En espera de que los chilenos de la ciudad de Concepción se recuperen de la devastación del terremoto del sábado de 8.8 grados de magnitud, los expertos en salud mental advierten que los efectos psicológicos más graves no se forman hasta que las situaciones de los individuos se estabilicen.
La sensación de confusión, el temor, la agitación, el dolor y la ira que rodean a un gran acontecimiento traumático, como el terremoto del sábado, dan paso a más trastornos psicológicos, una vez que las necesidades básicas de la población han sido atendidas, dicen los expertos.
"Una vez que los recursos iniciales se encuentran, cuando en realidad la mayoría de la gente empieza a sentirse fuera de peligro, es cuando las secuelas psicológicas van a golpear a la gente", señala la doctora Daniella David, profesora de psiquiatría clínica de la Universidad de Miami Miller School de Medicina. "La gente tiene que pedir ayuda cuando esto sucede".
En el período inmediato a corto plazo después de un evento a gran escala traumático, la gente se preocupa principalmente por la autopreservación y el cuidado de familiares y amigos, indica el doctor Sandro Galea, director del Departamento de Epidemiología en la Universidad de Columbia Mailman. Estas personas experimentan estrés agudo y ansiedad, causados por tratar de cumplir con las necesidades físicas inmediatas.
Hay una respuesta de estrés normal e inmediato como respuesta al ver que sus viviendas tienen daños o han perdido a algún familiar, dice David.
El estrés de la situación de desastre, combinada con el potencial de predisposición hacia los trastornos de estrés, podría generar una reacción emocional extrema, pero eso no significa que estos factores resulten en cualquier tipo de comportamiento de extrema violencia u otros, señala Joan Cook, profesor asistente de psiquiatría en la Universidad de Yale.
Cuando las víctimas de desastres tienen información sobre su situación, tienden a tomar decisiones racionales y tienden a las necesidades inmediatas de sí mismos y aquellos cercanos a ellos, menciona Galea. “Hay poca evidencia de un pánico generalizado en esos casos pero se corre el riesgo de la desinformación”.
"La gente puede aceptar la incertidumbre, siempre y cuando la incertidumbre sea a partir de lo que les digan y dejen de decir las autoridades. Es sumamente importante que haya información oficial desde una sola fuente".
Para ayudar en la primera etapa, lo más importante e inmediato que se debe hacer después de un desastre -por ejemplo, en este momento en Chile- es tratar de ayudar con las necesidades básicas como refugio y comida, menciona David. En términos de apoyo psicológico, los estudios de los desastres naturales demuestran que la gente debe trasladarse a una zona segura e informarse sobre si el peligro inmediato ha pasado.
Un mes después de que ocurre un desastre, una vez que las necesidades físicas inmediatas se han cubierto, los síntomas de la enfermedad mental comienzan a manifestarse en condiciones específicas como el trastorno de estrés postraumático y depresión, indica Galea. El trastorno de estrés postraumático, en particular, puede durar años después del evento en una parte sustancial.
La respuesta varía. Algunas personas pueden volverse temerosas y desarrollar ataques de pánico, mientras que otros experimentan tristeza que se convierte en depresión, y otras tienen una reacción de estrés agudo que lleva a trastorno de estrés postraumático u otro trastorno de estrés, agrega David.
En las secuelas del huracán Katrina en 2005, los investigadores encontraron que los factores de estrés tales como no tener un trabajo, no tener acceso a un seguro y no poder recibir sus pagos contribuyen a los síntomas de la enfermedad mental.
"La reconstrucción de la vida, la reconstrucción de los apoyos sociales, la reconstrucción de apoyo financiero y práctico a recorrer un largo camino para reducir al mínimo las consecuencias para la salud del evento que ha pasado", concluyó David.