Los pesticidas comunes afectan al cerebro en desarrollo
El chlorpyrifos, un pesticida común, puede tener una sutil influencia en el desarrollo cerebral de los niños, según un nuevo estudio. Las anormalidades cerebrales encontradas en un pequeño grupo de niños en edad escolar pudieron presentarse mientras ocurría el desarrollo del feto dentro del útero.
De acuerdo a los científicos, lo que es preocupante es que la exposición a una relativamente pequeña cantidad de chlorpyrifos parece haber causado una cascada de cambios cerebrales.
“Está ahí presente y no sabemos cuál será el impacto de una baja exposición a largo plazo ”, dijo Virginia Rauh, profesora de Población Clínica y Salud Familiar para la escuela de Salud Pública en la Universidad de Columbia, y autora principal del estudio. “Pero parece estar asociado al daño cognitivo y cambios estructurales en el cerebro”.
Para el estudio, a 40 niños -entre los 6 y 11 años- se les practicaron resonancias magnéticas. La mitad de los niños presentaba niveles relativamente bajos de chlorpyrifos con base en muestras de sangre tomadas de su cordón umbilical al nacer, mientras que la otra mitad presentaba niveles relativamente altos.
Las anormalidades encontradas en los niños con niveles de exposición más alta de lo normal al chlorpyrifos incluían sobrecrecimiento y subcrecimiento en áreas del cerebro relacionadas con la atención, las emociones, el comportamiento e incluso el nivel de inteligencia.
“Cuando el cerebro se está desarrollando y las células están migrando a las diversas partes del cerebro a donde deben de ir, es entonces cuando el proceso se interrumpe”, dijo Rauh.
Pero los productores del chlorpyrifos dicen que la pequeña población de niños estudiados descalifica los hallazgos.
“Debido al pequeño número de muestras de sangre y al pequeño grupo de niños evaluados, incluso la más mínima clasificación errónea entre exposiciones ‘altas’ contra ‘bajas’ pudieran sesgar drásticamente los resultados de las comparaciones entre las imágenes de las resonancias magnéticas, las cuales son el punto focal de este artículo”, dijo vía correo electrónico Garry Hamlin, un representante de Dow AgroScience, productores del chlorpyrifos.
Chlorpyrifos era un pesticida de uso común hasta que fue retirado de su uso residencial por la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) en el 2001, según el estudio. Pero aún es utilizado en espacios comerciales y públicos, además de en la agricultura, lo cual resulta en un impacto muy importante para un amplio sector de la población.
Una teoría que no ha sido bien estudiada es que el chlorpyrifos entra al vientre materno a través de frutas y vegetales consumidos por mujeres embarazadas.
“La madre está expuesta, el químico atraviesa la placenta y entra al torrente sanguíneo del feto”, dijo Rauh, subdirectora del Centro de Salud Ambiental para Niños de Columbia. “Es un medio de transporte hacia todo el cuerpo del niño”.
En su página web, la EPA indica que “la exposición a través de la dieta al consumir alimentos de cosechas tratadas con chlorpyrifos está por debajo de los niveles de preocupación para la población total de Estados Unidos, incluidos los infantes y niños”.
“Existe una creencia general de que los químicos sólo tienen una función conocida, que sólo hacen una cosa y nada más”, dijo el médico David Carpenter, director del Instituto para la Salud del Medio Ambiente en la Universidad de Albany. “Este estudio demuestra claramente que ese no es el caso… que hay grandes cambios en la estructura del cerebro”.
“Creo que este estudio es muy importante”, añadió.
La preocupación entre los expertos en salud ambiental no sólo se centra en el chlorpyrifos; también incluye otros pesticidas dentro de la clasificación de organofosfatos. La sugerencia de estudio en animales y, recientemente, en humanos, radica en que durante etapas críticas para el desarrollo del cerebro los organofosfatos pudieran estar alterando el desarrollo cerebral de manera irreparable, y que el problema persista a medida que el niño crece.
Un hallazgo interesante en el estudio actual incluye la posibilidad de que el chlorpyrifos interfiere con la diferenciación sexual dentro del cerebro en sus etapas tempranas de desarrollo, informó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences .
“Tenemos evidencia de que entre los niños con alta exposición, esas diferencias se ven un poco desvanecidas”, dijo Rauh. “Esto significa que el cerebro de un niño promedio se ve menos como el cerebro de un niño, y se parece más al cerebro de una niña”.
Ya que la población utilizada para el estudio aún no llega a la etapa de la pubertad, las implicaciones reales de este hallazgo aún son desconocoidas.