Inspirado por su bisabuela, un joven busca la cura para el alzhéimer
Cuando Max Wallack tenía seis años, su bisabuela Gertrude Finkelstein (Great Grams como la llamaba) fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer. Sus padres fueron honestos con él, al explicarle en términos fáciles de entender que la enfermedad tendría un impacto significativo en la memoria de su bisabuela.
Wallack y su bisabuela siempre fueron cercanos, pero la debilitante enfermedad afectó su relación. Ella lo había cuidado cuando era niño; ahora é l era uno de sus cuidadores principales .
Wallack pasó una gran parte de su niñez en el cuidado de su bisabuela, quien entraba y salía de hogares para ancianos hasta que se mudó con su familia. A pesar de su edad, Wallack a menudo tenía la responsabilidad de cuidar a su bisabuela por sí solo cuando sus padres no podían.
Algo que él denominaba “ser niñero de la abuela”.
El alzhéimer afecta a 350,000 personas en México y se calcula que una de cada tres personas enfrentará esta enfermedad en un familiar, según datos de 2010 de la Secretaría de Salud.
Lee: Cuidar de alguien con alzhéimer no es una tarea sencilla .
Los síntomas incluyen pérdida de memoria, dificultad para realizar tareas cotidianas y no reconocer a familiares cercanos.
“Hubo momentos difíciles”, dice Wallack, quien ahora tiene 17 años.
Recuerda que en unas vacaciones en Hawai, su bisabuela le temía a su propia familia, aunque solo la cuidaban.
Ella falleció cuando Wallack tenía 10 años. Sus últimos años lo inspiraron a dedicar su vida a estudiar el alzhéimer y la demencia.
Wallack es un estudiante de primer año de Neurociencia en la Universidad de Boston en Estados Unidos. Después de que se gradúe, piensa en inscribirse en la escuela de medicina y continuar así con la investigación sobre alzhéimer.
Su currículum ya muestra su pasión: realiza investigaciones en el Laboratorio de Psiquiatría Molecular en el Envejecimiento en el Centro de Alzheimer de la Universidad de Boston en Estados Unidos. También fundó la organización sin fines de lucro Puzzles to Remember (Rompecabezas para recordar), que distribuye rompecabezas a pacientes en hogares para ancianos que padecen de alzhéimer y demencia.
Wallack no logró esto sin persistencia; o inteligencia. Asistió a clases universitarias mientras estaba en la preparatoria y comenzó a trabajar en el laboratorio cuando tenía 15 años.
¿El objetivo final de Wallack? Encontrar una cura o tratamiento para el alzhéimer. Pero atacar la enfermedad desde un punto de vista médico en sí no es su único propósito.
“Tienes que combatirla en muchas formas diferentes”, dice. Decidió enfocar parte de su defensa en una experiencia que era muy familiar: ser un cuidador joven de alguien con alzhéimer.
Este verano, Wallack lanzó un libro para niños Why Did Grandma Put Her Underwear in the Refrigerator? (¿Por qué la abuela puso su ropa interior en el refrigerador?). El título tiene la intención de ser divertido, pero Wallack dice que los niños que tienen seres queridos con alzhéimer también se relacionarán con la parte seria.
El libro tiene como objetivo enseñar a los niños sobre el alzhéimer. Aunque los padres de Wallack eran abiertos con él al explicarle sobre la enfermedad, hay otros que evitan hablar directamente sobre el tema para no asustar a los niños, indica el joven.
Al ofrecer formas de enfrentar el asunto, experiencias relacionables e incluso un poco de humor, el libro tiene como objetivo facilitar esta conversación.
Wallack escribió el libro con la ayuda de Carolyn Given, su maestra de inglés de cuarto de primaria a segundo de secundaria. Wallack ya había planeado escribir el libro durante años, incluso antes de contactar a Given en invierno 2012.
“Me encantaría ayudarlo”, recuerda que dijo Givens. “En cuanto dije eso (después de una semana), ya tenía todo un manuscrito”.
Los dos idearon un libro educativo y alegre que llegó, poco después de su lanzamiento, al Top 100 de Best-Sellers de libros con letra grande de Amazon.
El libro está lleno de historias y formas de ayudar a los niños a aprender sobre el alzhéimer; algunas sacadas de la niñez de Wallack así como otras de niños que conoció.
Una parte describe cómo una persona con alzhéimer puede tener miedo de un gato porque parece un león. Otra parte enseña a los niños a servir comida en platos rojos para las personas con alzhéimer; una estrategia de cuidado comprobada que hace que los alimentos destaquen en los platos, lo que causa que coman más.
Familias de todas partes contactaron a Wallack para agradecerle por compartir esta historia, y elogiándolo por calmar los temores de los niños sobre el alzhéimer.
“Este es el tipo de reacción que esperaba”, dijo Wallack a CNN en un correo electrónico. “Encuentro historias como ésta muy satisfactorias”.