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¿Los niños que se educan en casa están mejor preparados?

Algunas desventajas del proyecto es que los niños reciben menos exposición a la socialización con personas de su edad, según expertos
mar 15 octubre 2013 10:07 AM
Padre e hijo haciendo la tarea
COR. Padre extremista Padre e hijo haciendo la tarea

Dessiree Martínez es profesora de primaria y secundaria. Sus alumnas son sus hijas. Únicamente sus hijas. Hace dos años, ella y su esposo decidieron hacerse cargo de la educación de las niñas, que actualmente tienen 11 y 14 años, e impartirles las clases en casa.

Uno de los varios factores que motivaron esta decisión fueron las ganas de dar más espacio a las actividades extraescolares –a las que cada vez tenían que destinar menos tiempo por la carga de las tareas– y de darles la oportunidad de llevar una educación mucho más personalizada, así como la creciente inseguridad en las escuelas de Monterrey, amenazadas por el crimen organizado.

Ni en el artículo tercero de la Constitución mexicana –que habla de la obligatoriedad de la educación– ni en la Ley General de Educación se habla de que los niños deban asistir a un centro escolar para educarse. Ante este vacío legal, la familia Martínez decidió “jugársela” y acreditar la educación básica de sus hijas con exámenes del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA).

Dicho esquema también es utilizado frecuentemente por alumnos de escuelas con una currícula extranjera que no revalida la Secretaría de Educación Pública (SEP): los estudiantes interesados presentan en el INEA la solicitud para acreditar su primaria o secundaria; el INEA les da los materiales con los que deben prepararse y les asigna una fecha para el examen.

Martínez educa a sus hijas con base en una mezcla de los materiales del INEA y de una escuela de Estados Unidos que apoya a las familias que educan en casa.

“Si quieren ir a la universidad, no podrían si no tienen un certificado, se les complicaría, entonces lo que hicimos es que aquí en México, a través del INEA, existe la ayuda para que los niños validen sus estudios o a través de escuelas en Estados Unidos que nos ayudan con el plan de estudios que ellos dictan (...) Hacemos la planeación de todo el año, se las mandamos a ellos y al final con trabajos, con fotografías, videos, exámenes que pudieran hacérseles a los niños les crean su certificado de estudios de todo el año”, explica Martínez.

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CNNMéxico solicitó a la SEP datos estadísticos sobre niños que estudian en casa en México, pero no hubo nadie disponible para brindar información.

En internet, decenas de blogs de padres invitan a otros a practicar el home schooling y los orientan para superar algunos retos educativos. Una de ellas es la comunidad Aprende con alas, que fundó Laura Castellanos, una profesora de lenguaje musical y lectoescritura que educa a sus hijas de 5 y 9 años. En su blog, comparte sus experiencias.

Martínez también tiene una comunidad llamada Familia en Tribu, con la que busca orientar a otros padres de familia y dar y recibir consejos sobre los mejores métodos de enseñanza.

“Surgió hace dos años precisamente para hablar sobre cómo estábamos educando a las niñas, para los papás que empiezan, y lo fuimos complementando, hablando de crianza respetuosa y de home schooling, entre otras cosas. Y empezamos a dar pláticas vía internet para darle a otros papás la información que nosotros tenemos con nuestra experiencia”, cuenta.

Las desventajas, ¿valen la pena?

“Hay muchos beneficios de la educación individualizada porque se puede ir a su ritmo, porque se puede profundizar en los temas que más les interesan, porque se puede avanzar a partir del interés de los niños, de los proyectos que ellos van desarrollando, de su inquietud por ir conociendo ciertos temas y también nos sirve por supuesto para ir consolidando la autonomía en el autoaprendizaje”, dijo en entrevista Marco Antonio Delgado Fuentes, especialista en Educación Infantil y Temprana y Coordinador del Doctorado Interinstitucional en Educación de la Universidad Iberoamericana.

Sin embargo, advierte que para aprovechar la educación en casa, los padres deben tener conocimientos de distintos métodos pedagógicos.

Una de las desventajas podría ser la falta de espacios de socialización, ya que algunos niños que reciben educación académica sin escuela no acuden con regularidad a lugares donde puedan convivir con otros niños de su edad, señala el académico.

Aunque las hijas de Martínez toman clases de inglés diariamente y entrenan tiro al arco, lo que les permite socializar con niños de su edad, para Patricia Bermúdez Lozano, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo ideal para la formación de la personalidad de los niños es que acudan a un centro escolar y convivan con otros niños de manera regular. Esto se vuelve aún más importante si los padres no tienen recursos para poder pagar clases extracurriculares.

“Sí es necesario que haya una convivencia y la cooperación, poder colaborar y convivir con otros iguales, porque cuanto más podamos compartir los conocimientos y podamos propiciar el debate, la reflexión y el intercambio de ideas, obviamente va a ser mucho mejor”, explica Bermúdez.

La educación en casa es un reto no solo para los niños, dice Bermúdez, sino también para los padres, que deben dedicarse completamente a la educación de sus hijos y comprometerse con no solo educarlos para pasar exámenes, sino para poder inculcarles cierta disciplina que les ayude en su vida laboral en un futuro. Señala que en este sentido, no todos los padres cuentan con una personalidad idónea para educar a sus hijos en casa, un elemento que debe tomarse en cuenta antes de tomar la decisión de sacar a los hijos de la escuela.

“Habemos algunos (padres o familiares) que somos seguramente muy dispersos, que no tenemos una planificación y organización de nuestro propio tiempo y entonces, cuando nos queremos hacer responsables de alguien más, pues esa misma característica no nos favorece”, indica Delgado, y añade que si bien los padres que decidan educar a sus hijos en casa no deben tener características específicas, sí es importante saber qué partes de su personalidad pueden aprovechar para beneficio de sus hijos.

“No todas las personas somos iguales y hay una gran cantidad de diversidad de personalidades entre los maestros, pero lo que se esperaría de una buena preparación magisterial es que aprendiéramos a conocer cuáles son los puntos fuertes de la personalidad y así usarlos en favor del aprendizaje de los alumnos”, indica.

Martínez opina que el home schooling puede potenciar habilidades en los niños que en un sistema tradicional sería imposible. En el caso de sus hijas, una de ellas está en el Programa de Talentos de la SEP y cada sábado está en un grupo especial en el que llevan un programa de matemáticas y física de alto rendimiento para competir en las Olimpiadas del Conocimiento. La otra recientemente expuso sus pinturas en la Pinacoteca de Nuevo León.

Dada la experiencia con sus dos primeras hijas –que considera exitosa y mejor que en una escuela tradicional– la regiomontana de 36 años educará a su hijo de dos años y medio solo en casa y ya sin un periodo previo en un sistema escolarizado como lo hizo con las niñas de 11 y 14 años.

“Lo que buscamos es darles herramientas que realmente en un futuro, que no sabemos cómo vaya a ser, les sean útiles para ellos como seres humanos para desarrollarse”, dice.

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