Durante la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno en la ciudad de Panamá, el presidente Enrique Peña Nieto sostuvo una reunión con su homólogo panameño, Ricardo Martinelli Berrocal, a fin de reanudar sus relaciones diplomáticas y comerciales. La oportunidad no pudo llegar en mejor momento pues al cierre de 2012, el país centroamericano se ubicó como el tercer socio comercial más importante de México en el Istmo Centroamericano.
En datos más recientes, el comercio mexicano registró un saldo a favor por US$1,053 millones en sus operaciones con Panamá. Esto se debió a que las exportaciones de productos fueron por US$1,136 millones en tanto que las importaciones registraron un total de US$83 millones. Por su parte, las inversiones de empresas mexicanas en ese país han sumado US$2,325 millones de dólares, mientras que la inversión acumulada de ambos países a marzo de 2013 fue de US$2,324.5 millones.
Hoy, Panamá se posiciona como el segundo destino de las inversiones mexicanas en Centroamérica. Con ello, grandes consorcios como Grupo Elektra, Banco Azteca, América Móvil, Grupo Carso (a través de la cadena Sanborns), Cinépolis, Omnilife, Grupo Bimbo y Eumex ya operan activamente en suelo panameño. Ahora bien, si se llega a firmar el Tratado de Libre comercio este año, para las empresas mexicanas significaría entrar a un mercado compuesto por 3.4 millones de habitantes y un Producto Interno Bruto (PIB) per capita de US$16,329 -es el más alto de Centroamérica-.
Las negociaciones traerán importantes beneficios a ambos países. Mientras que para Panamá se abrirían las puertas de la Alianza del Pacífico -el equivalente a un un mercado de 209 millones de habitantes que moviliza 50% del comercio en América Latina y representa 36% del Producto Interior Bruto Regional (PIB)-, para México sería la oportunidad de comercializar en la Zona Libre de Colón -que permite la importación y re exportación de mercancías sin aranceles así como la operación con una carga fiscal muy baja-.
Actualmente, México exporta a Panamá televisores, material para construcción (varilla), automóviles, medicamentos, combustóleo, propano y botellas. Sin embargo, la lista podría incluir servicios del sector turístico (de negocios y placer) con el cierre del acuerdo comercial antes de finalizar 2013. Bajo esta premisa, las empresas mexicanas deberán contemplar hacerse de aliados estratégicos con gran experiencia en comercio exterior que funjan a manera de guías si de ofrecer productos y servicios al mundo se trata.