Durante su visita de estado a México, el presidente francés François Hollande firmó junto con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, 42 acuerdos para trabajar en conjunto en las áreas de economía, finanzas y aeronáutica, así como en los sectores energético, académico, de salud, desarrollo sustentable, cooperación territorial y seguridad pública. De ellos, sin duda, destacan los que facilitarán el intercambio comercial y de conocimiento entre petroleras francesas y Petróleos Mexicanos (PEMEX).
Pese a la tensión en las relaciones diplomáticas entre ambos países, el intercambio comercial reportó números favorables al cierre de 2013. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), Francia es para la economía mexicana el proveedor 14 de productos y servicios a nivel mundial y el quinto proveniente de la Unión Europea. Esta posición rompió récord al concluir el año pasado con un total de US$4,864 millones por concepto de comercio –que significa un crecimiento de 14% respecto a 2012, según la Dirección General del Tesoro del Ministerio galo de Economía y Finanzas–.
Por lo pronto, en materia energética Francia piensa invertir a través de las petroleras GDF-Suez y Total. Con la primera se diseñarán e implementarán proyectos de cooperación técnica para la preservación del medio ambiente y el combate al cambio climático. Además, desarrollarán en conjunto proyectos de infraestructura para el tratamiento y transporte de gas natural, y de plantas de licuefacción y regasificación. Con la segunda, Pemex podrá intercambiar tecnologías en actividades de exploración y producción en aguas profundas.
Con la firma del acuerdo de libre comercio entre México y la Unión Europea en 2000, que exentó del pago de derecho de aduana, fue posible fortalecer el comercio con el mercado francés. Sin embargo, la balanza aún favorece a Francia pues el año pasado sus exportaciones a mercados mexicanos crecieron 13.2% al pasar de US$1,255 millones en 2012, a US$1,377 millones en 2013. Por eso, la firma de acuerdos representa para México no solo fortalecer su participación en Francia, sino además atraer Inversión Extranjera Directa (IED).
La economía mexicana está a punto de entrar a un ambiente de negocios internacional, en el que las reglas del juego son claras y en algunos casos, despiadadas para quienes no estén preparados. Bajo esta premisa, es necesario establecer estrategias de negociación de la mano de instituciones financieras expertas en comercio exterior a fin de lograr intercambios justos y alineados a regulaciones legales internacionales.