Del mar al servidor: la vigilancia digital en el océano Pacífico
Cuando la Secretaría de Gobernación anunció a primera hora del 11 de marzo la llegada de una ola gigante proveniente del masivo terremoto ocurrido en Japón horas antes, a pocos llamó la atención la precisión en la hora de su arribo: 8:44 horas para Ensenada, 13:44 horas para Guerrero, y 14:44 para las costas de Oaxaca y Chiapas .
¿Cómo pudo estimarse con tanta exactitud la llegada de un tsunami originado al otro lado del mundo?
Silenciosamente, en todo el océano Pacífico una red de sensores analiza los movimientos del mar en espera de peligrosas olas. Este sistema, establecido en 1968, se denomina Pacific Tsunami Warning and Mitigation System (Sistema de alerta y mitigación de tsunamis en el Pacífico, o PTWS, por sus siglas en inglés) y en él participan más de 30 naciones de la región incluyendo México, representado por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).
El núcleo de este sistema (llamado DART) es un aparato de aproximadamente 325 kilos, depositado en el fondo del mar a profundidades de hasta 6,000 metros, llamado Underwater Monitoring Module (Módulo submarino de monitoreo, o UM). Energizado por una batería de litio que puede durar hasta 2 años, el UM registra la presión del agua cada 15 segundos.
Sin embargo, si la red de más de 100 sismógrafos que apoya al PTWS registra un sismo mayor a 6.5 grados, el UM recibirá la orden de almacenar información cada segundo.
Si una ola de tsunami pasa encima del Módulo submarino de monitoreo, éste manda información sobre la velocidad y presión de la ola con un sistema de comunicación similar al de las ballenas: por medio de pulsos de ultrasonido con un dispositivo denominado módem acústico a una velocidad de hasta 15.3 kilobits por segundo (aproximadamente la décima parte de una conexión de banda ancha).
Dicha información es recibida por una boya en la superficie y retransmitida por microondas hacia un satélite y de allí a la sede central de la red de monitoreo en Hawai.
Pero antes de distribuirla a las autoridades y al público de las zonas en peligro, la información debe ser procesada y convertida en imágenes. Para ello el PTWS y centros como la Red Mareográfica del CICESE, emplean un programa llamado Tsunami Travel Time Software Package (TTT; software del viaje del tsunami), creado por la firma Geoware , que puede instalarse en computadoras con sistemas operativos Windows, Mac, Linux y UNIX, a disposición gratuita de los miembros de la red PTWS y que convierte las hojas de datos en mapas con la velocidad de desplazamiento del tsunami y su posible intensidad.
Así, de acuerdo con las estimaciones del PTWS, es posible tener información detallada sobre el trayecto y hora de impacto de una ola de tsunami aproximadamente 10 minutos después de ocurrido el sismo; tiempo crítico para activar alarmas y determinar zonas de evacuación. Una tecnología que espera su momento de actuar, escondida en el fondo del mar.