Apple y Samsung, socios importantes a pesar de las demandas por patentes
Fue la última pesadilla de Steve Jobs.
Un poderoso fabricante asiático, Samsung Electronics, emplea el sistema operativo Android de Google para crear teléfonos avanzados y tabletas con un gran parecido con el iPhone y el iPad. Samsung empieza a ganar cuota de mercado, dañando los márgenes de Apple y el valor de su acción y poniendo en peligro su reinado en el mundo de la electrónica de consumo.
Jobs, por supuesto, tenía una respuesta para esto: una guerra "termonuclear" legal que habría excluido a los clones del mercado. Cerca de dos años después de que Apple presentara por primera vez una demanda por infracción de patentes contra Samsung, y seis meses después de que obtuviera una enorme victoria legal sobre su rival surcoreano, las opciones de Apple de bloquear las ventas de productos Samsung se debilitan cada día.
Una serie de recientes sentencias judiciales hacen pensar que las guerras de patentes de los smartphone están llegando a un punto muerto en el que Apple es incapaz de mostrar que sus ventas se hayan visto dañadas seriamente cuando sus rivales, especialmente Samsung, han imitado sus productos.
Esto puede hacer entrar en una nueva fase a la compleja relación entre las dos empresas dominantes en el creciente mercado de la informática móvil.
Tim Cook, el sucesor de Jobs como presidente ejecutivo de Apple, era contrario a demandar a Samsung en un primer momento, según personas con conocimiento en la materia, sobre todo debido al papel esencial de la empresa como suministradora de componentes para el iPhone y el iPad.
Apple compró piezas por valor de 8,000 millones de dólares a Samsung el año pasado, de acuerdo con estimaciones de analistas.
Mientras tanto, Samsung se ha visto inmensamente beneficiado por el conocimiento del mercado que ha logrado en su relación con Apple, y de producir smartphone y tabletas que son muy parecidas a las de Apple .
Un socio importante
Aunque las dos empresas compiten ferozmente en el mercado de los teléfonos inteligentes de gama alta, en el que acaparan la mitad de las ventas y virtualmente todos los beneficios, sus fortalezas y debilidades son, en muchos aspectos, complementarias.
El jefe de operaciones de Apple, Jeff Williams, dijo a Reuters el mes pasado que Samsung es un socio importante y que tenían una relación fuerte en el campo de los suministros, pero no quiso dar más detalles.
A medida que su guerra legal se disipa, cada vez queda más claro que Apple y Samsung tienen un interés común cuando trabajan para derrotar a otros potenciales adversarios, como BlackBerry o Microsoft.
La comparación con otras rivalidades en la industria tecnológica es sombría. Cuando Apple acusó a Microsoft en la década de 1980 de copiar el Macintosh para crear el sistema operativo Windows, la existencia misma de Apple estuvo en el aire. Apple perdió, el Mac se convirtió en un producto de nicho y la empresa se acercó a la extinción antes de que Jobs regresara a finales de 1996 y la salvara con el iPod y el iPhone.
Jobs murió en octubre de 2011.
De una forma similar, las guerras de los navegadores de Internet a finales de 1990 que enfrentaron a Microsoft y a Netscape acabaron con Netscape vendida a un precio de saldo, y su producto insignia abandonado.
Apple y Samsung, por otra parte, no están inmersos en un combate corporativo a muerte, sino más bien en una rivalidad en diferentes segmentos que, a veces, es amistosa y otras más dura. Para competidores como Nokia, BlackBerry, Sony, HTC e incluso Google —cuya filial Motorola tiene previsto lanzar nuevos smartphones a finales de este año— son un dúo formidable.
Sus diferencias, combinadas con las imponentes fuerzas que ambas empresas aportan al mercado, pueden hacer de la cooperación tranquila una estrategia más adecuada que la guerra que se desarrolla de un tiempo a esta parte.
Brad Silverberg, un ex directivo de Microsoft, que participó en la guerra entre Mac y Windows indicó: "Apple ha aprendido muchas lecciones de aquellos días".
"La gente magnifica este asunto porque muestra una especie de drama, pero la realidad empresarial es que la temperatura No está tan elevada", dijo un abogado que ha observado en la batalla legal a ejecutivos de ambas empresas.