Francisco busca mejorar la relación de la Iglesia católica con la ciencia
De rodillas ante 10 cardenales de la Inquisición, vestido con la tradicional camisa blanca de penitencia, Galileo Galilei fue forzado a retractarse de su teoría “hereje” de que la Tierra se movía alrededor del Sol.
El científico fue encarcelado en el siglo XVII, interrogado durante 18 días y amenazado con ser torturado. Prometió nunca enseñar de nuevo su teoría y pasar el resto de su vida bajo arresto domiciliario en su granja en las afueras de Florencia, Italia.
El destino de Galileo fue muy distinto al de otros científicos en la época de la Inquisición . Algunos fueron ejecutados por amenazar las enseñanzas de la Iglesia. El astrónomo y filósofo italiano Giordano Bruno fue quemado en la hoguera por afirmar que el universo era infinito.
Ahora, mientras el papa Francisco se instala en su nuevo papel como líder de la Iglesia católica, la dirección de Ciencia del Vaticano insta a un replanteamiento de la “malinterpretación” de la relación entre la Iglesia y la ciencia.
El Vaticano quiere que el mundo vea cuánto ha cambiado esta relación.
Debido a que el nuevo papa es un científico (Francisco se graduó como técnico químico antes de estudiar filosofía, psicología y teología), podría ser el momento adecuado para una nueva era de cooperación entre el Vaticano y la ciencia, con el Proyecto STOQ (siglas en inglés para Ciencia, Teología y la Búsqueda Ontológica), creado por el papa Juan Pablo II en 2003.
En su discurso inaugural, Francisco destacó la importancia del cuidado del medio ambiente y una apreciación del mundo natural : “Seamos protectores de la creación, protectores del plan de Dios inscrito en la naturaleza, protectores unos de otros y del medio ambiente”.
Los comentarios del papa Francisco sugieren que puede planear utilizar su papado para centrar la atención del mundo en la lucha contra el calentamiento global y otras cuestiones ambientalistas, de acuerdo con el doctor en Teología de la Universidad Oxford en Gran Bretaña, William Carroll.
Adoptar la ciencia
El director de la Fundación Ciencia y Fe del Vaticano (creada en 2012), el monseñor Tomasz Trafny, cree que el Papa continuará con el progreso que ya se logró en la construcción de vínculos con la comunidad científica. Trafny afirma que el Vaticano hoy en día tiene una relación muy positiva con la ciencia.
“Hubo una época en la que los teólogos pensaban que entendían todo, pero aprendimos la lección de la historia”, dijo Trafny a CNN.
Trafny indicó que la era de Galileo fue un periodo oscuro para la Iglesia y que el Vaticano de la era moderna es mucho más cuidadoso de no molestar a la ciencia.
“Si observas lo que pasa hoy en día verás que los teólogos son muy cuidadosos con lo que piensan o dicen sobre cuestiones científicas”, dijo Trafny, quien será coanfitrión de una conferencia que se enfoca en terapias con células madre, junto con la empresa farmacéutica NeoStem en el Vaticano el 11 de abril, un proyecto parcialmente financiado por el Vaticano.
Esta unión inusual de Iglesia y biotecnología es una iniciativa dirigida, con la cual el Vaticano intenta demostrar que hay una alternativa a la investigación de células madre embrionarias (a la que se opone con vehemencia), la cual no involucra la destrucción de embriones humanos.
“Queremos decirle a las personas que fácilmente pueden sentirse como buenos católicos sin situaciones vergonzosas y sin dificultades para abrazar la ciencia”.
Los tabús permanecen
A algunos miembros de la comunidad científica del Vaticano todavía les preocupa la postura firme de la Iglesia con respecto a ciertos asuntos, como el rechazo a la anticoncepción, que se ve como una interferencia con la voluntad de Dios.
“No propongo ciertos temas que considero tabú. A menos que se nos pida, mejor no los mencionamos”, dijo el doctor Werner Arber, director de la Pontificia Academia de las Ciencias y genetista ganador del Premio Nobel. Arber trabaja como consejero del Vaticano en cuestiones de desarrollo científico y regularmente ofrece recomendaciones en áreas que superponen la ciencia y la fe .
En particular, Arber no está cómodo con la insistencia del Vaticano acerca de que los condones no son la forma correcta para prevenir la propagación del VIH/sida, la cual, dice, es “poco realista”. La Iglesia mantiene la postura de que los preservativos promueven la promiscuidad. En tanto, la Organización Mundial (OMS) de la Salud considera a los condones como altamente efectivos en la prevención de la propagación del VIH, que provoca la muerte de más de un millón de personas cada año globalmente.
Arber dice que espera que el nuevo papa Francisco ayude a la Iglesia a “avanzar” en lo que se refiere a la respuesta al VIH.
Puntos de fricción
Jeremy Webb, editor en jefe de la revista New Scientist, espera que bajo el mandato del papa Francisco la Iglesia católica haga una excepción a su postura sobre el uso de condones para combatir la epidemia global de VIH.
Dice que la velocidad a la que surgen nuevos desarrollos en las ciencias biológicas crea cada vez más conflictos con el Vaticano. Webb lo ve particularmente en relación con las tecnologías reproductivas (como la fertilización in vitro y la donación de óvulos y espermatozoides), todas las cuales son métodos inapropiados de procreación, según de la Iglesia.
“La Iglesia toma este punto de vista de enseñanzas de hace 2,000 años e intenta aplicarlas a un mundo moderno, que ofrece todo tipo de dilemas morales”, dijo a CNN.
De hecho, actualmente está expuesto en Londres un retrato del papa emérito Benedicto XVI, realizado con condones de látex de distintos colores doblados. La creadora, Nicki Johnson, dice que la idea surgió de una declaración de Benedicto, quien según la artista dijo, en un viaje a África, que "promover los condones ayudaría a aumentar la transmisión del sida".
Lo que el papa emérito dijo textualmente, según reportes de la prensa en 2009, es que aumentaría "el problema".
Webb duda que haya algún cambio significativo en la actitud fundamental del Vaticano hacia la anticoncepción bajo el mandato de Francisco y cree que esto permanecerá como un punto de fricción entre las ciencias biológicas y la Iglesia .
“Los católicos creen que cualquier cosa que amenaza la santidad de la vida (incluida la anticoncepción) está mal. Esa es una barrera y siempre lo será”, dijo Webb.
Aún no hay señales sobre si el papa Francisco dará lugar una postura menos rígida del Vaticano respecto a cuestiones como el uso de condones como medios para prevenir el sufrimiento y la muerte temprana.
Werner Arber tiene optimismo en que el Vaticano eventualmente se pondrá al día con la evidencia científica: “Tengo esperanzas, pero —como con Galileo— tomará mucho tiempo”.